(apro).- La firma de un acuerdo de cooperación nuclear entre Chile y
Estados Unidos está desatando un enorme rechazo en Chile. Esto, por la
conmoción provocada por el desastre nuclear en Japón y ante la evidencia
de que Chile –país altamente sísmico-- podría sufrir similares horrores
en caso de contar con centrales nucleares.
Este convenio se materializó en el “Memorándum de entendimiento sobre
cooperación en energía nuclear”, firmado en la sede de la Cancillería
la mañana del viernes 18 por el canciller Alfredo Moreno y el embajador
estadunidense Alejandro Wolff.
Aunque el texto del acuerdo no ha sido dado a conocer, hay claras
muestras que éste implica un paso más en la adopción de la energía
nuclear por parte de Chile. En entrevista con El Mercurio, el
14 de marzo, Wolff dio claras luces respecto de esto. “(Este acuerdo
promoverá el) entrenamiento de ingenieros y profesionales del área, en
la perspectivas de establecer las bases de una nueva institucionalidad
(…) con miras a un eventual proceso de construcción de centrales
nucleares en Chile”.
En un principio estaba planificado que el acuerdo lo firmaran los
presidentes Barack Obama y Sebastián Piñera. Pero, en consideración de
los gravísimos acontecimientos en Japón, y del incremento explosivo del
rechazo a la energía nuclear que ha habido en Chile, el embajador Wolff
solicitó al canciller que el pacto se firmara sin la participación de
los presidentes.
Según informó La Tercera en su edición del 16 de marzo, el
ministro de Energía y de Minería, de Chile, Laurence Golborne, acordó
con el canciller Moreno “que, pese a las críticas y dudas internas, se
debía defender públicamente el convenio con Washington, enfatizando que
no apuntaba a la instalación de plantas nucleares para la generación
eléctrica, sino sólo a cooperación científica y formación de capital
humano”.
El rechazo
La oficina local de Greenpeace, haciendo eco a una demanda
transversal, solicitó al gobierno de Chile, el 15 de marzo, desistirse
del mencionado acuerdo nuclear. Su director Matías Asún señaló que "ante
la grave situación que enfrenta la población japonesa por la emergencia
nuclear, rechazamos rotundamente avanzar en las bases para traer la
energía nuclear a Chile".
Agregó que lo ocurrido en Fukushima ayudaría “a tomar conciencia de
lo nociva y peligrosa que es la energía nuclear". Incluso Greenpeace
inició una campaña para evitar que se firme el convenio con Estados
Unidos, cuya primera acción fue desplegar, un día antes de la
suscripción del acuerdo, un espectacular lienzo a un costado de La
Moneda que decía “No Nuclear”.
Y para este domingo 20, Greenpeace y otras organizaciones programaron
una gran manifestación en rechazo a la energía nuclear y a favor de las
energías limpias, la que culminará con un recital en la Plaza Brasil,
de Santiago.
El diputado socialista Marcelo Díaz, manifestó, el 14 de marzo,
mediante un comunicado de prensa, que el eventual acuerdo binacional en
materia de cooperación nuclear no ha sido “informado al país en forma
clara y abierta (…) se está dando por hecho que en Chile vamos a tener
centrales nucleares, pero el gobierno no ha informado ninguna decisión
al respecto de manera transparente. Se hacen inversiones, se firman
convenios y se formulan anuncios como si el tema estuviera zanjado”.
Díaz también dijo que esperaba que el ministro Golborne explique “su
entusiasmo con esta idea puesto que, tras lo visto en Japón, es una
total locura pensar en energía nuclear para Chile”.
La Cámara de Diputados programó una sesión especial, a realizarse el
22 de marzo, con el fin de conocer de parte del ministro de Energía la
política nuclear que está implementando el gobierno.
La influyente bancada de senadores del Partido Demócrata Cristiano
(PDC) hizo este miércoles 16 un llamado al presidente Piñera para que se
respete un compromiso contraído por él, en 2006, según el cual se
opondría a la instalación de centrales atómicas en Chile. Y que, en
consecuencia, no suscriba el mencionado acuerdo con Estados Unidos.
El senador Mariano Ruiz-Esquide, del PDC, afirmó en este sentido que
"ante la inminente catástrofe nuclear en Japón y dada la situación
sísmica de Chile, estamos absolutamente en contra de la energía nuclear
porque ya conocemos su impacto. Y lo que hay que hacer es buscar otras
energías y acostumbrarnos al ahorro energético", finalizó el
parlamentario.
A pesar de los reclamos, el presidente Piñera ratificó la firma del
convenio. El mandatario hizo el anuncio el miércoles 16 al finalizar una
visita a la residencia del embajador de Japón en Chile, Wataru Hayashi.
Allí sostuvo que al gobierno le importan las energías limpias pero que
“no puede negarse a estudiar otras posibilidades”.
El proyecto nuclear de Piñera
El 17 de junio pasado, el Colegio de Ingenieros de Chile realizó –en
su sede principal ubicada en Santiago-- el Seminario de Energía Nuclear.
Las conclusiones de este encuentro, publicadas en la web de los
organizadores, muestran cuál es el tenor del debate nuclear en Chile.
El representante del Ministerio de Energía, Claudio Huepe, confesó en
ese foro que el gobierno “continuará realizando los estudios y acciones
tendientes a avanzar en el desarrollo nuclear del país”.
Y adelantó que su dependencia trabaja en la definición de un órgano
regulador nuclear y la normativa nuclear asociada. Huepe señaló también
que el gobierno se esmeraría en la “formación de la opinión pública”
para el escenario nuclear.
El representante del Colegio de Ingenieros y asesor en materias
antisísmicas del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA),
Rodolfo Saragoni, expresó en aquel seminario que es “perfectamente
posible construir centrales nucleares en la costa de la Zona Central y
Norte de Chile”.
En el mismo seminario, el ingeniero de la Comisión Chilena de Energía
Nuclear (CCHEN), Pedro Orrego, dio a conocer que en Chile habría
suficiente uranio como para alimentar todas las centrales nucleares que
se instalen en el país por 200 años.
El presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Alberto Salas,
sostuvo que “la energía nuclear es una tecnología suficientemente segura
y probada a nivel mundial para el suministro de energía eléctrica base,
con la ventaja de que no emite gases de efecto invernadero en su
operación”.
Cabe señalar que las grandes mineras son las principales interesadas
en desarrollar la industria nuclear en Chile, dado el enorme caudal de
proyectos en ejecución y en preparación.
Según cifras de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), sólo para
los próximos siete años se proyectan inversiones por cerca de 50 mil
millones de dólares.
En junio pasado, el entonces ministro de Energía Ricardo Rainieri
participó en un foro de cooperación energética organizado por la APEC y
realizado en Japón. En éste, los 21 ministros de Energía presentes
hicieron un llamado a potenciar la energía nuclear.
Al concluir el encuentro, subrayaron en un comunicado la naturaleza
“limpia” de la energía atómica y apoyaron la construcción de nuevas
centrales. En la ocasión, el gobierno de Japón expresó su disposición a
colaborar en la construcción de centrales nucleares en Chile, lo que fue
muy bien recibido por el ministro Rainieri.
En el marco de una visita a Francia, el ministro Golborne firmó un
“Memorandum de entendimiento en materia de ciencia y energía nuclear con
fines de uso pacífico”. Este acuerdo lleva la firma de Jaime Salas, del
CCHEN, y del comisario de energía atómica de Francia, Bernard Bigot y
fue suscrito el 24 de febrero.
Entre otros puntos, supone la creación de un grupo de trabajo que
buscará opciones de desarrollo de la tecnología nuclear en Chile. Esta
comisión estará compuesta por las empresas GDF Suez, por parte de
Francia, y de Quiñenco (Luksic), por parte de Chile. Los representantes
de éstas, Gerard de Mestralled y Guillermo Luksic, serán los encargados
de elaborar, en un plazo máximo de un año, un plan para la
implementación de la energía nuclear en Chile.
El acuerdo de cooperación con Francia incluye la creación de un
Comité de Metales Estratégicos, instancia que sería la encargada de
gestar las condiciones para la explotación de uranio chileno.
Cabe tener presente que la mayor proveedora de servicios de energías
nucleares es la estatal francesa Areva. Y que 80% de la electricidad de
Francia es generada por este tipo de energía, por lo que necesita
garantizar el abastecimiento de uranio.
Es importante señalar que en septiembre pasado, la estatal cuprífera
Codelco puso en funcionamiento una planta de recuperación de uranio en
la mina Radomiro Tomic.
Según informó a Radio Bío Bío el diputado Enrique Accorsi,
del Partido por la Democracia, Codelco habría gastado en este proyecto
más de mil millones de dólares, decisión que se habría tomado en
completo secreto y obviando el interés nacional.
En entrevista con Apro, el presidente del Comité de
Defensa y Recuperación del Cobre, Julián Alcayaga, dijo que “la solución
al problema energético es simple: hay que detener todos los nuevos
proyectos mineros y volver a la producción de 1.6 millones de toneladas
de cobre que había en 1989”.
Cabe consignar que la explotación privada de cobre ha hecho que Chile
haya cuadruplicado su producción de este mineral en los últimos 20
años, convirtiendo al país en el primer productor mundial. Sin embargo,
la mayor parte de las empresas ha declarado pérdidas operacionales con
el fin de no pagar impuestos ni regalías.
Alcayaga afirma que “en Chile no existe ni el agua ni la energía
necesarias para sostener la voracidad de las industrias mineras que
trabajan concertadas con funcionarios de gobierno, cuyo único interés es
enriquecerse a costa del interés nacional”.
Fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/89365
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