La Haine: José Luis, hoy has comenzado una
huelga de hambre frente la sede del Banco Santander en Barcelona porque
te quieren embargar la vivienda. ¿Cómo empezó todo esto?
José Luis: Me llamo José Luis Burgos y soy una persona más de esta sociedad, de este sistema, al que están atropellando a diario, como a miles de familias. A mi me ha tocado con una particularidad: soy una persona discapacitada desde que era un crío. Tenía un año y medio cuando fui afectado por el virus de la Polio. Me tocó vivir una época difícil. Eran unos tiempos de dictadura militar franquista. Una parte muy importante de las personas que estuvimos afectadas por la Polio fue por una negligencia del propio franquismo. Mientras que toda Europa, EE.UU., una parte importante a nivel internacional estaban vacunando a toda la población infantil, aquí en el Estado se vacunó cinco años después. Todo presupuesto que había se estaba destinando al Valle de los Caídos.
La Polio no me impidió trabajar durante bastantes años, tener una familia, construir un futuro y llegar a una cierta estabilidad. El problema es que hace cuatro años me diagnosticaron una enfermedad degenerativa en la columna: una escoliosis bastante severa, que poco a poco me ha ido restando movilidad hasta dejarme en una silla de ruedas. Tuve que abandonar todo y me vi obligado a solicitar una invalidez que me fue concedida. Después incluso revisarla para obtener un grado de gran invalidez, para la ayuda para la Dependencia porque necesito ayuda de terceras personas para desempeñar ciertas tareas de la vida cotidiana.
En su momento tenía una hipoteca y cuando la firmas te obligan a realizar un contrato de seguro, una póliza, que cubra el posible riesgo que pueda haber en el futuro por una muerte, invalidez… Este caso en concreto estaba perfectamente estipulado en el seguro que yo firmé.
LH: ¿Y qué ocurrió?
J.L: Pues eso me gustaría a mi saber. Lo mismo que está pasando con otras tantas cosas. En su momento yo les pasé toda la documentación y aboné unos ingresos importantes que poseía, para poder tener una pensión justita, para así hacer uso de la indemnización y poder liquidar la hipoteca.
Pasaron unos meses y al cabo de un tiempo recibo una notificación del juzgado de que ejecutaban el embargo. Les pedí explicaciones. Por el mes de abril estuve a las puertas de este mismo lugar, del Banco Santander, durante dos meses con un cartel entregando información. También visité las centrales de Lleida, Girona, Tarragona, etc. Lo único que me contestaron es que en el momento de firmar ese seguro de la hipoteca no les había comunicado que yo era discapacitado. Lo mismo se piensan que por el hecho de ser discapacitado soy imbécil. Esto no es algo que se pueda esconder, era obvio. Además, por aquella época caminaba con la ayuda de un aparato ortopédico. A parte que, para rellenar el formulario tienes que pasar un estudio previo y un director de oficina te toma los datos de manera presencial.
LH: ¿Y después de aquello?
J.L: El Banco sigue en sus trece y yo intentando que se haga justicia, que cumplan con su parte del contrato. Por desgracia, creo que he ido a parar con la entidad más prepotente que hay en estos momentos en el mercado y no muestran ningún tipo de interés.
Tomé una decisión, no sé si acertada o no, que fue ir a otras provincias del estado y comencé en Zaragoza. Allí estuve tres días en frente de la sede del Banco Santander. Al cuarto para ir a Pamplona me levanté con un dolor fuerte en el costado y me alarmé porque estaba orinando bastante sangre. Así pues, me retiré y empecé a hacerme pruebas.
Este tiempo he estado en un cierto reposo en este tema, pero ahora lo retomo. Sabía que ellos no iban a ceder. Son como una máquina tragaperras: no tiene cerebro, no tiene corazón. Y ahora así me encuentro: hoy, día 30 de noviembre, he comenzado una huelga de hambre frente la sede del Banco Santander, en el Pª de Gracia de Barcelona, porque quieren embargarme, han puesto a subasta mi vivienda y creo que es donde más daño les puedo hacer. Me hubiera gustado que llegase la notificación de subasta después de estos fríos, pero no ha podido ser. Será el día 15 de diciembre y he decidido realizar esta huelga.
LH: ¿Por qué una huelga de hambre?
J.L: Porque ya he agotado todos los recursos. Interpuse una demanda, una querella criminal contra el banco. A los 5 ó 6 días naturales el juez la desestimó, diciendo que era un caso de derecho civil más que penal, habiendo una base total de estafa. Esta es la justicia que tenemos, al servicio del poder y del dinero.
En la sentencia que nos hizo llegar nos insinuó que fuéramos por lo civil y así hice. Presenté en el juzgado una denuncia contra el Banco Santander y contra Santander Seguros y Reaseguros, que es una empresa del grupo, la que realizó el seguro.
El juicio se celebrará de aquí a un par de años, tres… No lo sé. La vivienda sí que la subastan el día 15 de diciembre.
LH: ¿Has recibido alguna respuesta, alguna posible solución?
J. L: Nada. A ellos les parece que debe de ser así y ya está. De la misma forma se han quedado 3 mil millones de euros de pensionistas, pequeños empresarios, etc. Estamos en una dinámica en la que no se esconden de nada. Como además tienen el beneplácito de políticos, gobierno, medios de comunicación...
A pesar de que es un riesgo importante para una persona como yo, voy a estar más muerto que vivo sin hacer nada.
LH: ¿Te han dicho algo por estar a las puertas del banco?
J. L: No. Les he entregado un comunicado y les he dicho que la solución para abandonar es que remedien en problema. No me han contestado nada ni han intentado echarme.
LH: ¿Se ha interesado algún medio de comunicación de masas?
De momento solamente han venido un redactor y un fotógrafo de La Vanguardia, pero no me garantizan que puedan publicar la noticia. Ya sabemos todos por qué…
LH: ¿Has recibido alguna muestra de solidaridad?
J. L: Sí, bueno, algunas personas se paran y me preguntan. Pero estamos aborregados totalmente. Esto está pasando porque queremos, ya está, nada más.
Sí se han solidarizado con el tema alguna asociación como Attac Cataluña y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
El éxito o no éxito de una huelga de hambre de estas características no depende tanto de mi, sino de la respuesta de la gente. Ya no por solucionar mi problema específico, sino que son millones de personas las que fatal en estos momentos. ¿Estamos muertos? Por aquí veo zombis caminando. Zombis con chaquetas caras, colonias de chanell, porque estamos en una zona más o menos pija (en el centro de Barcelona, al lado de Plaça Catalunya). Pero bueno, aquí es donde más daño les puedo hacer y es lo que pretendo. Estaré día y noche. Tengo confianza en que la gente despierte un poquito. Las personas que pierden su trabajo, su vivienda, se hunden, se paran a hablar conmigo, se ponen a llorar y veo que no tienen fuerzas, ningún tipo de iniciativa, de poder responder. Creo que tengo la suerte de que, desde pequeño, estoy acostumbrado a luchar, a abrirme el camino y no me viene tan de nuevo todo esto. Yo creo que no vamos a mejor, sino a peor. Están triunfando las derechas, que más que arreglar esta situación la están empeorando.
Además, el Banco Santander tienen las de ganar. Como se puede ver, un embargo corre mucha más prisa que cualquier demanda que yo pueda poner. Ya me dirás qué clase de sistema es este. Confío en que la gente abra los ojos y acabemos con todo esto.
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Fuente, vìa :
http://www.lahaine.org/index.php?p=49708
José Luis: Me llamo José Luis Burgos y soy una persona más de esta sociedad, de este sistema, al que están atropellando a diario, como a miles de familias. A mi me ha tocado con una particularidad: soy una persona discapacitada desde que era un crío. Tenía un año y medio cuando fui afectado por el virus de la Polio. Me tocó vivir una época difícil. Eran unos tiempos de dictadura militar franquista. Una parte muy importante de las personas que estuvimos afectadas por la Polio fue por una negligencia del propio franquismo. Mientras que toda Europa, EE.UU., una parte importante a nivel internacional estaban vacunando a toda la población infantil, aquí en el Estado se vacunó cinco años después. Todo presupuesto que había se estaba destinando al Valle de los Caídos.
La Polio no me impidió trabajar durante bastantes años, tener una familia, construir un futuro y llegar a una cierta estabilidad. El problema es que hace cuatro años me diagnosticaron una enfermedad degenerativa en la columna: una escoliosis bastante severa, que poco a poco me ha ido restando movilidad hasta dejarme en una silla de ruedas. Tuve que abandonar todo y me vi obligado a solicitar una invalidez que me fue concedida. Después incluso revisarla para obtener un grado de gran invalidez, para la ayuda para la Dependencia porque necesito ayuda de terceras personas para desempeñar ciertas tareas de la vida cotidiana.
En su momento tenía una hipoteca y cuando la firmas te obligan a realizar un contrato de seguro, una póliza, que cubra el posible riesgo que pueda haber en el futuro por una muerte, invalidez… Este caso en concreto estaba perfectamente estipulado en el seguro que yo firmé.
LH: ¿Y qué ocurrió?
J.L: Pues eso me gustaría a mi saber. Lo mismo que está pasando con otras tantas cosas. En su momento yo les pasé toda la documentación y aboné unos ingresos importantes que poseía, para poder tener una pensión justita, para así hacer uso de la indemnización y poder liquidar la hipoteca.
Pasaron unos meses y al cabo de un tiempo recibo una notificación del juzgado de que ejecutaban el embargo. Les pedí explicaciones. Por el mes de abril estuve a las puertas de este mismo lugar, del Banco Santander, durante dos meses con un cartel entregando información. También visité las centrales de Lleida, Girona, Tarragona, etc. Lo único que me contestaron es que en el momento de firmar ese seguro de la hipoteca no les había comunicado que yo era discapacitado. Lo mismo se piensan que por el hecho de ser discapacitado soy imbécil. Esto no es algo que se pueda esconder, era obvio. Además, por aquella época caminaba con la ayuda de un aparato ortopédico. A parte que, para rellenar el formulario tienes que pasar un estudio previo y un director de oficina te toma los datos de manera presencial.
LH: ¿Y después de aquello?
J.L: El Banco sigue en sus trece y yo intentando que se haga justicia, que cumplan con su parte del contrato. Por desgracia, creo que he ido a parar con la entidad más prepotente que hay en estos momentos en el mercado y no muestran ningún tipo de interés.
Tomé una decisión, no sé si acertada o no, que fue ir a otras provincias del estado y comencé en Zaragoza. Allí estuve tres días en frente de la sede del Banco Santander. Al cuarto para ir a Pamplona me levanté con un dolor fuerte en el costado y me alarmé porque estaba orinando bastante sangre. Así pues, me retiré y empecé a hacerme pruebas.
Este tiempo he estado en un cierto reposo en este tema, pero ahora lo retomo. Sabía que ellos no iban a ceder. Son como una máquina tragaperras: no tiene cerebro, no tiene corazón. Y ahora así me encuentro: hoy, día 30 de noviembre, he comenzado una huelga de hambre frente la sede del Banco Santander, en el Pª de Gracia de Barcelona, porque quieren embargarme, han puesto a subasta mi vivienda y creo que es donde más daño les puedo hacer. Me hubiera gustado que llegase la notificación de subasta después de estos fríos, pero no ha podido ser. Será el día 15 de diciembre y he decidido realizar esta huelga.
LH: ¿Por qué una huelga de hambre?
J.L: Porque ya he agotado todos los recursos. Interpuse una demanda, una querella criminal contra el banco. A los 5 ó 6 días naturales el juez la desestimó, diciendo que era un caso de derecho civil más que penal, habiendo una base total de estafa. Esta es la justicia que tenemos, al servicio del poder y del dinero.
En la sentencia que nos hizo llegar nos insinuó que fuéramos por lo civil y así hice. Presenté en el juzgado una denuncia contra el Banco Santander y contra Santander Seguros y Reaseguros, que es una empresa del grupo, la que realizó el seguro.
El juicio se celebrará de aquí a un par de años, tres… No lo sé. La vivienda sí que la subastan el día 15 de diciembre.
LH: ¿Has recibido alguna respuesta, alguna posible solución?
J. L: Nada. A ellos les parece que debe de ser así y ya está. De la misma forma se han quedado 3 mil millones de euros de pensionistas, pequeños empresarios, etc. Estamos en una dinámica en la que no se esconden de nada. Como además tienen el beneplácito de políticos, gobierno, medios de comunicación...
A pesar de que es un riesgo importante para una persona como yo, voy a estar más muerto que vivo sin hacer nada.
LH: ¿Te han dicho algo por estar a las puertas del banco?
J. L: No. Les he entregado un comunicado y les he dicho que la solución para abandonar es que remedien en problema. No me han contestado nada ni han intentado echarme.
LH: ¿Se ha interesado algún medio de comunicación de masas?
De momento solamente han venido un redactor y un fotógrafo de La Vanguardia, pero no me garantizan que puedan publicar la noticia. Ya sabemos todos por qué…
LH: ¿Has recibido alguna muestra de solidaridad?
J. L: Sí, bueno, algunas personas se paran y me preguntan. Pero estamos aborregados totalmente. Esto está pasando porque queremos, ya está, nada más.
Sí se han solidarizado con el tema alguna asociación como Attac Cataluña y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
El éxito o no éxito de una huelga de hambre de estas características no depende tanto de mi, sino de la respuesta de la gente. Ya no por solucionar mi problema específico, sino que son millones de personas las que fatal en estos momentos. ¿Estamos muertos? Por aquí veo zombis caminando. Zombis con chaquetas caras, colonias de chanell, porque estamos en una zona más o menos pija (en el centro de Barcelona, al lado de Plaça Catalunya). Pero bueno, aquí es donde más daño les puedo hacer y es lo que pretendo. Estaré día y noche. Tengo confianza en que la gente despierte un poquito. Las personas que pierden su trabajo, su vivienda, se hunden, se paran a hablar conmigo, se ponen a llorar y veo que no tienen fuerzas, ningún tipo de iniciativa, de poder responder. Creo que tengo la suerte de que, desde pequeño, estoy acostumbrado a luchar, a abrirme el camino y no me viene tan de nuevo todo esto. Yo creo que no vamos a mejor, sino a peor. Están triunfando las derechas, que más que arreglar esta situación la están empeorando.
Además, el Banco Santander tienen las de ganar. Como se puede ver, un embargo corre mucha más prisa que cualquier demanda que yo pueda poner. Ya me dirás qué clase de sistema es este. Confío en que la gente abra los ojos y acabemos con todo esto.
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Fuente, vìa :
http://www.lahaine.org/index.php?p=49708
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