Sale la verdad del ropero con su paso
tranquilo y recorre pasillos y oficinas, algunos hablan por lo bajo y
otros se alegran, otros piden ayuda a sus abogados y algunos estrellados
se hacen pequeños, quieren que el tiempo sea quien borre todas las
evidencias de los crímenes cometidos
Desde hace ya algunos meses en las oficinas del Ministerio de Interior del gobierno de Piñera,
hay más de 60 procesos que no han sido enviados a los tribunales para
que inicien el indispensable recorrido jurídico, y poder conocer qué
sucedió con esos chilenos, quién los mató, quién los mandó a matar,
quién los torturó y dónde están sus cuerpos. No le interesa a la derecha
ni a Piñera, conocer la verdad ni los nombres de los asesinos que
pertenecen a las Fuerzas Armadas, este es el gobierno de los herederos de la dictadura, Chile en manos de sus propios dueños.
Es indispensable para tal efecto la
firma del Ministro del Interior, todos están a la espera que lo haga,
los familiares y las agrupaciones de familiares víctimas de la
dictadura. El gobierno debe hacerse parte en esos casos, debe pedir se
investigue y se haga justicia… hasta el día de hoy no ha firmado nada.
Hay muchas formas de hacerse cómplice de
estos delitos. Dejar que el tiempo haga su trabajo, es decir que los
asesinos sigan cumpliendo años y cuando finalmente deben comparecer ante
un tribunal, y cuando sucede están muy viejos, alcohólicos, dementes o
seniles.
Otra forma de complicidad, es que sea
política de las Fuerzas Armadas ocultar información, como ha sido su
estrategia en más de 20 años. La verdad se impone por el trabajo de los
jueces y los abogados, no por la disposición a colaborar de los
uniformados, que en resumen se entregan en los cómodos brazos de la
cobardía… tan sencillo como eso.
Lo extraño en todo este gravísimo asunto, es que durante años tampoco el sector progresista de la dictadura, es decir la Concertación,
los que administraron el modelo durante veinte años, poco intentaron
hacer para poder avanzar en el esclarecimiento de los procesos, en
algunos casos de falsos enfrentamientos, o detenidos desaparecidos, o
las querellas por torturas, tratos crueles inhumanos y degradantes. Los
casos en que se han dictado sentencias son menos que el listado de
víctimas de la dictadura.
“En la medida de lo posible”… y nació la Comisión Verdad y Reconciliación.
“Guardados por sesenta años” la verdad sobre la tortura, los torturadores, nombres, rangos militares, y los centros de tortura. Ricardo Lagos. Comisión Prisión Política y Tortura.
Un solo proceso ha sido firmado en este gobierno.
Hace algunos días lo firmó el Ministro
del Interior, y corresponde al caso por la muerte en extrañas
circunstancias (como todas las sucedidas bajo dictadura) del ex ministro
del Gobierno Popular José Tohá. Todos saben que aquel
ex Ministro fue muy maltratado por los militares. José Tohá los conocía,
sabía de qué ralea venían, y a la que pertenecían, se sabe que los
asesinos siempre tratarán de borrar las huellas que los inculpen, como
en este caso.
Llama profundamente la atención esa
diferencia que se hace entre las víctimas. Las víctimas que fueron
importantes y conocidas, y los que eran sencillamente gente de la
calle. La Señora Tohá es libre de aceptar acompañar junto a otros
concertacionistas al presidente Piñera en sus viajes al extranjero,
mientras éste regala piedras de la mina, fotocopias de la carta de los
mineros, escribiendo en alemán lo aprendido de corrido y de memoria en
un colegio católico.
Los procesos emblemáticos parece que se
ven más rápido, se logra saber con mayor agilidad quiénes fueron los
responsables, y en algunos se les repara como debería suceder con todos
los casos que fueron víctimas del mismo grupo de asesinos, nos referimos
al personal de las Fuerzas Armadas, muchos de ellos hasta hace poco en
servicio activo, con el conocimiento de todos los Ministros de Defensa
de la Concertación… y durante veinte años.
Frente a esta injustificada demora, algo debería decir o hacer la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados.
Muchos son los años que han pasado en
que se intenta pedir se haga justicia para los delitos cometidos por el
personal de las Fuerzas Armadas. Los procesos se hacen lentos, los
abogados de los uniformados colocan una y otra trampa para impedir que
los asesinos, pagados con dineros fiscales, puedan comparecer ante un
juez. Siempre niegan todo, el olvido los embarga, tiemblan, algunos se
esconden, les da miedo estar frente a la verdad que los coloca en el
sitial de criminales.
No son ya esos hombres que entraban con
arrogancia a los centros de tortura, haciendo sonar sus botas, con voz
militar insultando, glorificando el golpe militar, agrediendo a los
detenidos que amarrados eran apaleados y sometidos a torturas.
Ahora, en estos tiempos manifiestan que
están muy viejos, alcohólicos y seniles para rendir cuentas de su pasado
criminal ante los tribunales, y que sus declaraciones ya poco podrán
aportar para saber la verdad… piden que se les tenga consideración.
En honor a la verdad… militares
Fuente, vìa :
http://www.elciudadano.cl/2010/12/01/el-gobierno-de-pinera-niega-la-justicia/
http://www.elciudadano.cl/2010/12/01/el-gobierno-de-pinera-niega-la-justicia/
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