El particular sueño americano de
Janeth acabó bruscamente en el llamado
“kilómetro 35”, tras coger el
tren que parte de Tenosique (México)
hacia el norte. Como ella relata
en el documental María en tierra de
nadie, de Ruido Photo y Elfaro.net,
había salido de El Salvador “sin saber
nada, de atrevida”. Quizás por
ello, no sabía que los informes de la
Comisión Nacional de Derechos
Humanos de México han contabilizado
alrededor de 20.000 secuestros
anuales de migrantes en tránsito
por el país, un viaje de 25 días a través
de más de 5.000 kilómetros.
Tampoco sabía que ella iba a entrar
a formar parte de esa estadística,
que esconde una realidad en la que
las mafias como Los Zetas, “nunca
te van a soltar si no has dado nada”.
La migración centroamericana se
concentra principalmente en dos rutas
que parten del sur del país para
cruzar México y que son, en muchas
ocasiones, las mismas que siguen los
cargamentos de droga. Además, se
han localizado, al menos, 16 rutas migratorias
terrestres. Por la ruta atlántica
o ruta del Golfo, los migrantes,
de los cuales, el 96% procede de
Guatemala, Honduras y El Salvador,
cruzan la selva guatemalteca y se internan
en el Estado de Tabasco. Allí,
como hizo Janeth, tratan de encaramarse
al tren que parte desde la localidad
de Tenosique. Esta ruta, hasta
llegar a lo Estados Unidos, está controlada
por Los Zetas kilómetro a kilómetro.
Por la otra ruta migratoria,
la ruta del Pacífico, en Tapachula
(Chiapas), deben caminar casi 300
kilómetros antes de alcanzar la primera
estación y, durante ese camino,
son muy vulnerables a las bandas de
asaltantes. La situación es especialmente
peligrosa para las mujeres y
los menores, que están, además, expuestos
a los abusos sexuales y a ser
víctimas de las redes de prostitución.
Según la Estación Migratoria del DF,
el 20% de los migrantes irregulares
que transitan a través de México son
mujeres. Las dos rutas del tren se
unen al sureste de la capital mexicana,
en el estado de Veracruz, la zona
más peligrosa, para, una vez cruzado
México DF, volverse a separar en cinco
direcciones diferentes, rumbo a la
frontera con Estados Unidos, una
muralla de 3.140 metros, custodiada
por 18.000 patrulleros y bajo el control
de los cárteles de la droga. A pesar
de ello, más de 3.000 personas
tratan cada día de atravesarla.
Agresiones sistemáticas
Este verano, se descubrieron en el Estado de Tamaulipas, en el noroeste del país, 72 cadáveres acribilladosmigrantes indocumentados a lo largo del país. en lo que se ha llamado una “narcofosa”. Eran migrantes que se negaron a ser extorsionados por Los Zetas para poder proseguir su camino hacia Estados Unidos y fueron ejecutados. Los Zetas son un nuevo cártel que incluye entre sus filas a ex militares de élite, muchos de ellos entrenados en su momento por Estados Unidos, y que controlan, además de parte del narcotráfico nacional, el secuestro y la extorsión organizada a
Este verano, se descubrieron en el Estado de Tamaulipas, en el noroeste del país, 72 cadáveres acribilladosmigrantes indocumentados a lo largo del país. en lo que se ha llamado una “narcofosa”. Eran migrantes que se negaron a ser extorsionados por Los Zetas para poder proseguir su camino hacia Estados Unidos y fueron ejecutados. Los Zetas son un nuevo cártel que incluye entre sus filas a ex militares de élite, muchos de ellos entrenados en su momento por Estados Unidos, y que controlan, además de parte del narcotráfico nacional, el secuestro y la extorsión organizada a
Fue entonces cuando, internacionalmente,
se constató una vez más
que las agresiones que sufren los migrantes
centroamericanos en tránsito
por México son sistemáticas y no
hechos aislados, como han denunciado
organizaciones religiosas y civiles
que luchan por la defensa de
los derechos de los migrantes. Estas
organizaciones son las que se enfrentan
cara a cara con la actual realidad
en las Casas de Migrantes, diseminadas
a lo largo de las rutas migratorias
en suelo mexicano. Allí recalan
las víctimas como Janeth, que
sobrevivió y pagó los 500 dólares para
volver a su país trabajando como
cocinera para Los Zetas durante cuatro
meses. Junto a ellos fue testigo
de los secuestros (más de 70 personas
en cada una de las cinco llamadas
“casas de seguridad”), las vejaciones
y agresiones, la utilización de
secuestrados como “espías” en los
trenes y albergues, las violaciones, y
los asesinatos: “Van por categorías,
los soldados que nos cuidan, los que
agarran a la gente en el tren y están
los carniceros, que son los que matan
a las personas que no responden
por ellas. Despedazan a la gente que
no puede pagar, los meten en un barril
y les prenden fuego”.
Colaboración policial
Estas agresiones y secuestros se cometen, en muchas ocasiones, con el conocimiento, el consentimiento e incluso la colaboración de las diferentes y corruptas fuerzas policiales, como denuncia el Sexto informe sobre la situación de los derechos humanos de las personas migrantes en tránsito en México, impulsado por Belén Posada del Migrante de Saltillo, Humanidad sin Fronteras y Frontera con Justicia, en junio de este año. En él se relata como se han recogido testimonios en las Casas de Migrantes que hablan del “abuso de autoridad y detención ilegal que han cometido en su contra miembros de las policías municipales, que, coludidas con el crimen organizado, utilizan su autoridad, su uniforme, sus vehículos oficiales e, incluso, sus centros de detención, para secuestrar a las perso- nas migrantes y entregarlas a miembros del crimen organizado”.
Estas agresiones y secuestros se cometen, en muchas ocasiones, con el conocimiento, el consentimiento e incluso la colaboración de las diferentes y corruptas fuerzas policiales, como denuncia el Sexto informe sobre la situación de los derechos humanos de las personas migrantes en tránsito en México, impulsado por Belén Posada del Migrante de Saltillo, Humanidad sin Fronteras y Frontera con Justicia, en junio de este año. En él se relata como se han recogido testimonios en las Casas de Migrantes que hablan del “abuso de autoridad y detención ilegal que han cometido en su contra miembros de las policías municipales, que, coludidas con el crimen organizado, utilizan su autoridad, su uniforme, sus vehículos oficiales e, incluso, sus centros de detención, para secuestrar a las perso- nas migrantes y entregarlas a miembros del crimen organizado”.
Unas fuerzas policiales que, además,
son incapaces de evitar las agresiones
a las Casas de Migrantes, como
la de Saltillo, que ha sido atacada
en numerosas ocasiones, y cuya protección
ha sido asumida recientemente
por la propia ONU.
“Tragedia humanitaria”
Ante esta situación, el año pasado diversas organizaciones civiles, de la Iglesia católica y la Comisión Nacional de Derechos Humanos hicieron pública la “tragedia humanitaria” del secuestro a migrantes, y denunciaron que el Instituto Nacional de Migración continúa sin promover el diseño y la ejecución de una política migratoria integral que aune derechos humanos, seguridad ciudadana y desarrollo. Para los impulsores del Sexto informe sobre la situación de los derechos humanos de las personas migrantes en tránsito en México, esta institución es “quien tiene el deber de promover y procurar una política migratoria integral,secuestro”. Y es que, para ellos, el Estado mexicano tiene una gran responsabilidad en la actual situación, ya que con “su objetivo de impedir el tránsito de migrantes se les coloca en condiciones de vulnerabilidad y riesgo que desembocan en violaciones a sus derechos humanos por omisión”. Las mismas violaciones que llevan a que migrantes como Janeth, tras meses de abusos y violencia, afirmen: “No se puede seguir en tren... Yo me regreso para atrás”, ante la perspectiva de perder la vida por un sueño incierto y desconocido a un infierno de distancia. transversal y abierta a las necesidades de la población transmigrante que evite, entre otras múltiples violaciones a los derechos humanos, la sistematicidad de la problemática del
Ante esta situación, el año pasado diversas organizaciones civiles, de la Iglesia católica y la Comisión Nacional de Derechos Humanos hicieron pública la “tragedia humanitaria” del secuestro a migrantes, y denunciaron que el Instituto Nacional de Migración continúa sin promover el diseño y la ejecución de una política migratoria integral que aune derechos humanos, seguridad ciudadana y desarrollo. Para los impulsores del Sexto informe sobre la situación de los derechos humanos de las personas migrantes en tránsito en México, esta institución es “quien tiene el deber de promover y procurar una política migratoria integral,secuestro”. Y es que, para ellos, el Estado mexicano tiene una gran responsabilidad en la actual situación, ya que con “su objetivo de impedir el tránsito de migrantes se les coloca en condiciones de vulnerabilidad y riesgo que desembocan en violaciones a sus derechos humanos por omisión”. Las mismas violaciones que llevan a que migrantes como Janeth, tras meses de abusos y violencia, afirmen: “No se puede seguir en tren... Yo me regreso para atrás”, ante la perspectiva de perder la vida por un sueño incierto y desconocido a un infierno de distancia. transversal y abierta a las necesidades de la población transmigrante que evite, entre otras múltiples violaciones a los derechos humanos, la sistematicidad de la problemática del
El actor y productor
mexicano Gael García Bernal, en colaboración con Amnistía Internacional,
ha grabado un viaje lleno de abusos, secuestros, violaciones e incluso
asesinatos a través de cuatro cortos, llamados "Los Invisibles. Un viaje oculto a través de México".
Estos vídeos muestran como cada año, decenas de miles de personas dejan
atrás sus hogares en Centroamérica y atraviesan México como migrantes
irregulares. Viajan con la esperanza de llegar a Estados Unidos y de ver
cumplida allí la promesa de trabajo y de una nueva vida. Pero con
demasiada frecuencia sus sueños se convierten en pesadillas al afrontar
uno de los viajes más peligrosos del mundo.
Fuente, vìa :
http://www.diagonalperiodico.net/La-tragedia-del-camino.html
http://www.diagonalperiodico.net/La-tragedia-del-camino.html
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