La deuda
externa argentina es tanto ilegal como ilegitima. La expresión no
pertenece a ningún zurdito trasnochado. Es la sentencia que sin dejar
lugar a dudas resolvió el juez en lo penal Jorge Ballestero en el año
2000, como conclusión del juicio que durante 18 años llevó adelante
Alejandro Olmos padre contra el pago de la deuda externa. Se registraron
unas 470 operaciones directamente ilegales, como cuentas dobles,
cuentas vencidas que se siguieron pagando, cuentas inexistentes para los
escasos registros existentes, etc., etc.
“No
existe ninguna justificación para el pago de la deuda externa, ni
económica, ni administrativa ni financiera”, concluía el Juez
Ballestero, quien agregó que es ilegitima por que fue originalmente
contraída durante la Dictadura Militar, donde ningún poder civil podía
controlar su destino real.
Lo más curioso es
que quien estableció posteriormente el monto fraudulento de nuestra
supuesta deuda fue una comisión de bancos extranjeros, presidida por el
City Bank. Ahora bien, a quien se le ocurre contratar a uno de nuestros
principales acreedores y preguntarle cuanto quiere que le paguemos?
Parece demente, pero no, fue el superministro Domingo Cavallo.
Los
petrodólares madre de la deuda.
En 1973, luego
de la guerra de Ion Kipur en Medio Oriente, los países árabes
productores de petróleo triplicaron el precio del crudo para obligar a
Estados Unidos a cortar el apoyo militar a Israel. Los dólares
literalmente atiborraron al mundo árabe, donde los grandes Jeques y
Emires, con otra muestra del progresismo que los caracteriza,
depositaron esos dólares en bancos occidentales, especialmente
estadounidenses como el City, el Morgan y el Chase. Entonces, estos
bancos comenzaron a ofrecer créditos blandos a mansalva. Así comenzó la
era de la “plata dulce”. America Latina, gobernada casi totalmente por
militares, se metió en el juego de cabeza. Sin parlamentos donde
justificar los créditos ni prensa que haga investigaciones
independientes, la deuda de la región creció cerca de un 900% en pocos
años.
Los militares argentinos no quisieron ser
menos. Cuando dieron el golpe de estado en 1976, la deuda externa
llegaba a 7 mil millones de dólares y se pagaba con un solo año de
exportación de cereales. Al asumir su fracaso y dejar el poder en 1983,
la suma llegaba a unos 45 mil millones.
Eficientes
cuando queremos, ché …
El ideólogo de la
dictadura fue su ministro de economía, José Martínez de Hoz. Fiel a la
histórica actitud de su añeja familia de vende patrias (colaboraron con
los ingleses cuando la invasiones de 1806 y con el general Roca para
matar indios, estafar criollos y quedarse con la tierra), el ministro
calificó de ineficiente a la industria nacional y la declaró en quiebra.
Al mismo tiempo colocó a la superavitaria YPF como garante de los
créditos externos y la fundió.
Lo más curioso
es que junto a su amigo Walter Klein, omitieron llevar un registro de
los préstamos que entraban al país y su destino. La eficiencia se le fue
a los caños. ¿Piensa Ud. noble lector que lo metieron preso al volver
la democracia? No se ilusione, fue absuelto por el parlamento de
Alfonsín. Entre bueyes no hay cornadas…
Para
completar la obra maestra y antes de entregar el poder los militares, su
admirador y emulador Domingo Cavallo decidió en 1982 limpiar la casa.
Salvó a los amigos y cómplices civiles de la dictadura al estatizar en
1982 la deuda externa de los empresarios privados locales. La trampa se
cerró. Así comenzó este sainete donde cada argentino que nace ya debe
mas de 30 mil pesos.
Prometo pero no cumplo…
Con
la decisión de Cavallo, grandes bancos como el Italia, Londres,
Galicia, Frances, etc., pasaron al Estado argentino supuestas deudas que
habían contraído con sus propias casas centrales. También se benefició a
multinacionales como Ford, ESSO, Renault, etc. Incluso en la lista
figuran destacados miembros de la oligarquía nativa como la familia
Macri (Fiat), Ernestina Noble (Clarín y Papel Prensa), y Amelita
Fortabat (Loma Negra), entre otros. Estas destacadas personalidades
firmaron un compromiso para devolver en su momento el importe al Estado.
¿Piensa Ud. que pagaron? No se preocupe, nadie se los reclamó tampoco.
Es que entre bueyes no hay cornadas…
Con la
democracia, el presidente Raúl Alfonsín amagó con investigar el origen
de la deuda. Incluso su histórico compañero del radicalismo, el ministro
de economía Bernardo Grispun, comenzó una auditoria que concluyó que el
90% era fraudulenta. Resultado: todo quedo en amagues. Grispun fue
renunciado y su sucesor Machinea firmó los compromisos de pago.
Nuevamente entre bueyes no hubo cornadas…
Se
vino el Brady, ¡entreguen todo!
En los 80
estaba claro que America Latina no tenia capacidad de pagar ni los
intereses de la supuesta deuda. Los principales bancos mundiales estaban
atiborrados de compromisos de pago en bonos que no valían nada en el
mercado financiero.
Entonces Estados Unidos
saltó a la palestra, cuando no. El ministro Brady pergeñó un plan para
auxiliar a los bancos. El Tesoro norteamericano dio aval a los bonos,
que entonces quintuplicaron su valor. Los bancos vendieron una parte a
inversionistas privados. Así nacieron los llamados fondos buitres.
Para
cerrar el circulo, el FMI salio a apretar a los países latinoamericanos
exigiendo recortes presupuestarios para el pago de los intereses de la
deuda. Chau salud y educación…
Pero la rapiña
del FMI y el Banco Mundial iba a ir más lejos aun. En base a las
directivas norteamericanas del llamado Consenso de Washington, se exigió
que entreguemos las empresas de servicios públicos y que aceptemos esos
mismos bonos como parte de pago. Chau soberanía…
El
historiador Alejandro Olmos hijo, recuerda haber encontrado en el
Ministerio de Economía comunicados del FMI, el BM y el BID, donde
recomendaban a los bancos privados internacionales que fueran benévolos
con Argentina dado que habíamos aceptado entregar YPF y todo lo demás.
Así renunciamos a un Estado que pueda regular el mercado interno en
áreas estratégicas como energía y comunicaciones. Chau futuro…
Acá
no tenemos ni idea ché…
El problema para darle
una cara de seriedad al pago de la deuda era determinar, aunque sea más
o menos, cuanto se suponía que debíamos. El entonces superministro
Domingo Cavallo reconocía que no tenia ni idea. ¿Cree Ud. que se convocó
a una comisión parlamentaria o de expertos, tal vez universitarios, de
reconocida trayectoria e imparcialidad para iniciar una investigación?
Ni lo sueñe.
Cavallo no tuvo mejor idea que
llamar a nuestros propios acreedores y pedirles que determinen cuanto
querían cobrar, con intereses y todo. Se armó una comisión presidida,
cuando no, por el City Bank, cabeza de nuestros acreedores y así nos
desayunamos, por ejemplo, que la mitad de la deuda correspondía
originalmente a los privados argentinos.
Sorprendentemente,
la comisión investigadora del City tuvo a un argentino al frente. Pero
eso no nos ayudó. Pusieron a Walter Klein, el antiguo funcionario de la
Dictadura, quien había firmado en nombre del Estado argentino, por
ejemplo, que de encontrarse un ilícito nuestro país se abstendría de
reclamar. Un verdadero patriota el pibe ché!
Unidos
para robar
El fallo del Juez Ballestero en el
año 2000 fue claro y concluyente. El infame fraude al Estado argentino
reunía en el mismo banquillo de acusados a una dispar caterva de
cómplices: desde los militares asesinos al City Bank, pasando por
afamados economistas argentinos, todos adherentes incondicionales del
neoliberalismo estadounidense. ¿Que hizo entonces el presidente De la
Rua? Nada. ¿Qué hizo el Congreso argentino? Lo cajoneó. Nuevamente no
hubo cornadas entre los bueyes.
Un ejemplo
contrario es Brasil. Allí el presidente Lula nombró una comisión
parlamentaria para investigar los últimos 30 años de actividad económica
y la real deuda del país.
Pero el ejemplo más
destacado lo representa Ecuador. El otrora país bananero, donde la
norteamericana United Fruit acostumbraba designar a los gobiernos,
decidió revelarse con el presidente Correa a la cabeza. Denunció la
deuda externa y nombró una comisión independiente para investigarla.
Mientras tanto, default y a callarse la boca. Y hasta los fondos buitres
se callaron la boca cuando las 55 mil páginas de la investigación
revelaron una tremenda estafa, que también reunía a cómplices nacionales
y extranjeros, donde curiosamente figura el City Bank. Acá los bueyes
se toparon con un verdadero toro.
La historia
vuelve a repetirse
La pregunta entonces es:
¿Por que este gobierno se calla ante tremenda estafa donde están
implicados todos aquellos mismos políticos y empresarios que gustosos
quisieran voltearlo? ¿Es que entre ellos tiene algunos amigos que
proteger?
Pero peor aun, la presidenta repite
el mismo fatídico error que Cavallo. Nombra como nuestro representante
ante los acreedores extranjeros a la banca Barclays, que históricamente
ha representado a fondos buitres. Curiosamente, junto a esta banca
figura una empresa consultora, Arcadia, donde tendría influencia el
actual Ministro de Economía, Amado Budou. Ahí sí que se entendería la
situación. Están haciendo su propio negocio y listo. Otra traición a la
patria, y van…
fuente, vìa:
http://www.argenpress.info/2010/05/argentina-breve-historia-de-una-infamia.html
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