Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 1º de marzo de 2010, p. 22
Lunes 1º de marzo de 2010, p. 22
Santiago, 28 de febrero. Saqueos masivos en Concepción obligaron a la policía a repeler con gases lacrimógenos y chorros de agua a cientos de pobladores que buscaban alimentos, mientras miles de militares comenzaron a tomar el control de las regiones chilenas más afectadas por el sismo de la víspera, que en la noche de este domingo quedaron bajo toque de queda y estado de excepción, con el fin de garantizar el orden público y la ayuda humanitaria.
Este domingo se pudo apreciar con más detalle el efecto devastador de las olas gigantes del tsunami que golpeó las costas chilenas 20 minutos después de ocurrido el sismo de 8.8 grados en la escala de Richter, a las 3:34 horas del sábado. Varios reportes del interior dieron cuenta de la virtual desaparición de pueblos costeros, entre ellos Dichato, cerca de Concepción, donde quedaron en ruinas la mayoría de las viviendas de sus 7 mil habitantes dedicados a la pesca.Una complicada situación de seguridad se reporta en la zona de desastre, afirmó el presidente electo, Sebastián Piñera, al reconocer que cuando existe una catástrofe de esa magnitud, sin agua ni luz,
la población con razón está angustiada y se pierde el sentido del orden público.
Ante el caos que prevalece, el gobierno envió este tarde unos 10 mil soldados a las regiones del centro del país en un intento por contener los saqueos de supermercados por damnificados. Tras el aumento de efectivos policiales y militares en la zona, la represión se volvió más dura. Entre gases lacrimógenos, gritos y violencia fueron arrestados aquellos que continuaron con los robos a pesar de la distribución gratuita de ayuda por las autoridades.
Primero con tiros al aire y carros hidrantes después, las fuerzas del orden lograron disuadir a más de un millar de personas que habían aprovechado el caos para saquear comercios y se llevaban incluso aparatos como televisores y lavadoras.
Grupos de civiles llegaron a saquear algunas casas e incendiaron un almacén, luego de llevarse todo lo que había en el interior. Ante la situación, los alcaldes de las localidades afectadas, entre ellas Concepción, reaccionaron con una solicitud de ayuda al gobierno para restablecer el orden.
No tenemos agua ni nada. Nadie se ha aparecido a entregar ayuda. Se necesita más presencia policial para que se ordene esto. Hay mucha gente que está robando, denunció Ana, de 78 años, mientras hacía fila en las afueras de un supermercado.
En la ciudad de Talcahuano, los efectivos realizaron disparos al aire para disuadir a personas que pretendían abrir por la fuerza contenedores de barcos en busca de plátanos, aceite y azúcar.
En Concepción, de unos 670 mil habitantes, donde militares custodian ya las tiendas y supermercados, la policía utilizó gases lacrimógenos para repeler algunos saqueos, pero no tuvo mucho éxito.
Hombres, mujeres, ancianos y niños corrían del local comercial cargando leche y otros alimentos.
Es para nuestros niños, aseguró una mujer a un canal de televisión.
Hay una situación muy compleja. La gente honesta está, creo, con una sensación de indefensión gigantesca, expresó la alcaldesa de Concepción, Jacqueline Van Rysselberghe, quien pidió al gobierno central víveres y la presencia de militares, luego de que la policía local no logró poner orden en la ciudad, la cual se encuentra sin agua ni energía eléctrica.
La presidenta Michelle Bachelet, quien envió 10 mil soldados a la zona y les ordenó poner el orden, decretó estado de excepción por 30 días en las dos regiones más castigadas por el terremoto de 8.8 grados Richter, Maule y Bío Bío, al tiempo que aplicó toque de queda en Concepción entre las 21 y las 6 horas, todo lo cual dotará de mayores poderes al ejército y a la policía para controlar la situación.
La mandataria anunció también un acuerdo con las principales cadenas de supermercados para la entrega gratis de productos de primera necesidad en Maule, Bío Bío y algunos sectores de la Araucanía. Adelantó, en todo caso, que se solicitará ayuda internacional en materia hospitalaria (casas de campaña e insumos), así como en infraestructura (puentes provisionales), telecomunicaciones, equipos generadores de electricidad y purificadores de agua, además del traslado a Chile de especialistas en rescate.
En medio de la desesperación, camiones de distribución de comida comenzaron a repartir bienes de primera necesidad en Concepción, mientras el ministro de Salud, Álvaro Erazo, anunció la llegada de la primera ayuda internacional. Desde Argentina arribaron tres hospitales de emergencia con personal para fortalecer el servicio en las ciudades de Curicó, Cauquenes y Parral.
Los equipos de bomberos continuaban el rescate de quienes siguen atrapados entre los escombros en inmuebles de Concepción, incluido un edificio de 15 pisos que colapsó el sábado y donde quedaron atrapadas unas 100 personas.
Rescatamos a 25 personas hasta ahora, sacamos a tres fallecidos y hay otros cinco cuerpos que ya detectamos, aseveró el comandante de bomberos, Fian Argo.
Se eleva a 708 el número de víctimas
El último balance de víctimas ofrecido por la gubernamental Oficina de Emergencias elevó a 708 el número de fallecidos, 541 sólo en la región de Maule. Además, el gobierno calculó que 2 millones de personas resultaron afectadas por el terremoto y los tsunamis.
El ministro de Defensa, Francisco Vidal, admitió que la Marina chilena, encargada de alertar de posibles tsunamis, cometió un error de diagnóstico y no advirtió a tiempo sobre un maremoto que 20 minutos después arrasó decenas de poblados costeros.Las regiones de Maule, Bío Bío, O’Higgins, Araucanía, Valparaíso y Metropolitana, que concentran 80 por ciento de la población del país, fueron declaradas zona de desastre, con edificios derrumbados, vías cortadas y puentes caídos.
Las imágenes de la televisión muestran en Concepción, capital de Bío Bío, casas totalmente destruidas y barcos de pesca arrasados por la crecida del mar y las olas gigantes.
A pesar de todo, el costo humano del terremoto –el más fuerte en Chile desde 1960– es muchísimo más bajo que el que demolió en enero la capital de Haití.
Los daños podrían costar a Chile hasta 30 mil millones de dólares o casi 15 por ciento de su producto interno bruto, según Eqecat, firma que ayuda a las aseguradoras a delinear modelos de riesgo.
Habrá un impacto amplio y profundo en la economía chilena, manifestó Nick Chamie, jefe de investigación de mercados emergentes de RBC Capital Markets, en Toronto.
Los bomberos tambien continuaron buscando sobrevivientes entre los escombros de los edificios. Una decena de personas estaban desparecidas en el archipiélago Juan Fernández, que fue arrasado por las olas.
Un día después de uno de los terremotos más potentes de la historia, la industria del cobre, espina dorsal de la economía chilena, reanudó poco a poco sus operaciones. El sismo afectó también las refinerías Aconcagua y Bío Bío de la petrolera estatal ENAP, que descartó, sin embargo, problemas de abastecimiento.
Muchos se preparaban el domingo para pasar otra noche a la intemperie, durmiendo en descampados o sencillamente con sus pertenencias en la calle por temor a las réplicas, que siguen estremeciendo las zonas centro y sur del país.
Los primeros aviones provenientes del extranjero comenzaron a aterrizar el domingo en el aeropuerto de Santiago, también afectado por el terremoto, que comienza a reanudar sus operaciones.
Santiago, menos castigada que otras ciudades, iba regresando paulatinamente a la normalidad. El ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, destacó que los saqueos también han ocurrido en algunos barrios.
No tiene ninguna justificación. Solamente llevamos 24 horas del sismo y es muy difícil imaginar que se produzca un estado de necesidad tal que justifique un saqueo, indicó.
Además, los residentes agotaron los productos en los supermercados y las filas delante de las estaciones de servicio de gasolina eran de varias cuadras. Gran parte del centro histórico de Talca, ciudad de 180 mil habitantes, a 250 kilómetros al sur de Santiago, estaba destruido.
(Con información de agencias)
Para eso esta el estado, proteger la propiedad privada, lamentable... en lugar de abrir la puertas de los supermercados, reprimían porque 5 personas se llevaban electrodomésticos,en estas situaciones criticas se ve la ineficacia y lo innecesario de estado
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