1.
Los compañeros profesores de Quintana Roo que están en huelga de hambre
en la ciudad capital de Chetumal, desde hace seis días son, sin duda,
un ejemplo para los profesores de la Península de Yucatán y Campeche.
Son un ejemplo por ser quienes han estado ayudando a la lucha nacional
que encabeza la Coordinadora (la CNTE) desde hace años y, al mismo
tiempo son una muestra del valor que tienen los educadores para
defenderse de la represión de sus muy ignorantes autoridades que creen
que la represión es el medio de acabar con el descontento. Habría qué
decirles: señores funcionarios les elegimos y pusimos en ese lugar para
resolver los problemas no para ignorarlos y reprimirnos.
2.
Lo que puede verse es que los habitantes de ese lugar –que creció en
número de pobladores a partir de 1972 cuando dejó de ser Territorio para
convertirse en Estado- han demostrado mayor conciencia de lucha que los
últimos estados nombrados. Ese nivel de pensamiento se atribuye a que
la mayoría de los habitantes de Cancún –el centro turístico más
importante del país por su nivel internacional- y Chetumal, son de
varios estados de la República y no sólo de origen maya cuyas
características han sido de mucho pacifismo y hasta de sometimiento. Por
ello cuando los profesores se deciden a la huelga de hambre sólo
debemos decir que son dignos de nuestro apoyo y aplauso.
3.
Son ustedes los profesores en huelga de hambre y los compañeros que los
apoyan los que deben decidir cuándo levantan ese movimiento decidido en
colectivo. Los organismos humanos son diferentes y pueden resistir una
huelga de ese tipo de 6 días a sesenta días. No hay que esforzarse mucho
porque la huelga es de convicción política-ideológica. Siempre los
primeros dos o tres días son difíciles, pero después se olvida uno de
ello. Yo he hecho huelga de hambre de una semana y de 15 días, pero mi
amigo Julio Macosay la hizo en Mérida de 60 días estando en la cárcel.
Se dice que nuestros indígenas y campesinos mexicanos de las regiones
miserables están en permanente huelga de hambre “alimentándose” con un
poso de maíz, frijol y chile.
4.
Pero las huelgas deben servir como “chispa para encender la pradera”,
deben ser un instrumento de agitación y para poner en ridículo a las
autoridades que se dicen democráticas y justicieras. Si una huelga no
está logrando extender el descontento o por lo menos denunciar una
situación no tiene mucho caso hacer el sacrificio. El equipo que rodea a
los huelguistas debe estar editando volantes, interviniendo en los
medios de información, paralizando carreteras y calles o, por lo menos
haciendo un mitin permanente. Cuando el compañero Julio que era asesor
jurídico de trabajadores (fallecido muchos años después por otra cosa)
realizaba su huelga en el penal. más de 15 activistas –junto con sus
familiares- estábamos en asambleas, mítines y marchas.
5.
Se que Chetumal es una ciudad difícil de movilizarse, pero son ustedes
los que conocen bien la situación. Parece que Cancún tiene mejores
condiciones para desarrollar la lucha; pero lo que ustedes hacen con
nuestro aplauso, servirá como experiencia para otras luchas. Espero que
los compañeros de la CNTE nacional estén totalmente enterados de su
lucha; deseo que los pocos compañeros de Yucatán y Campeche estén
también colaborando con ustedes. Lo importante es que estén convencidos
de que lo que están haciendo (su huelga de hambre) sólo la hacen seres
especiales que han entendido que las batallas ayudan a despertar a la
gente que la tienen dormida o enajenada por los medios de información.
No hay mayor calidad humana que la lucha por la defensa de los derechos
colectivos.
6.
La CNTE, junto con ustedes, está batallando nacionalmente en defensa de
los maestros del país. Desafortunadamente el 60 por ciento de
magisterio siempre ha pertenecido a esa “mayoría silenciosa” que ha sido
educada en el individualismo capitalista. Pero ni modo: somos las
minorías las que tenemos que mover el pequeño motor para ver si
arrastramos a esos que se resisten a luchar para defender sus derechos.
¡A los huelguistas de hambre mis respetos! Y a los compañeros que los
acompañan tratando de extender el descontento, igual. NO se desanimen ni
caigan en ninguna trampa de las autoridades que siempre prometen y nada
cumplen. Fuertes abrazos compañeros: si hoy el triunfo es sólo la
lucha, mañana mejor organizados podremos barrer la podredumbre política y
sindical. (16/VII/13)
Pedro Echeverría V.
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