El Parlamento griego traicionando la expresión popular aprobó el
domingo por mayoría el plan de austeridad propuesto por la ’troika’,
debido al respaldo de los dos partidos mayoritarios del país. El plan de
recortes sociales se produce para que Grecia pueda recibir un nuevo
préstamo internacional de 130.000 millones de euros, a cambio de vender
el país al mejor postor y condenar a la miseria a las clases
trabajadoras.
Con una cómoda mayoría de 200 votos a favor y 74 en contra (de 300
diputados), Grecia dio luz verde a esta ayuda que concederán la Comisión
Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario
Internacional (FMI). En contra del acuerdo votaron los partidos de
izquierdas, tal y como habían anunciado, pero también 11 diputados del
PASOK y 9 de ND, que rompieron así la disciplina de voto de las dos
formaciones en el gobierno de coalición. También se abstuvieron otros 9
parlamentarios de PASOK y 1 de ND, igual que el grupo parlamentario de
LAOS, la formación ultraderechista que esta semana abandonó el gobierno.
La Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y Fondo
Monetario Internacional exigen más recortes, pero lo cierto es que desde
que Grecia hace lo que le exigen la situación lejos de mejorar empeora
exponencialmente. Y ahí están los datos: desde que Grecia fue
“rescatada”, el paro se ha duplicado, los sueldos han bajado entre un
20% y un 30%, un 13% de las familias ha perdido todos sus ingresos y la
economía no ha parado de menguar. En 2010, el PIB cayó un 3,5%. En 2011,
perdió un 5,5% más; ya es el cuarto año de recesión. Los que pueden,
los más ricos, están evadiendo el dinero del país: unos 200.000 millones
de euros se han fugado a Suiza. Es una cifra equivalente al 60% del
PIB.
Ni siquiera se ha conseguido contener el déficit público. Desde que
la UE –o, más bien, Alemania– es quien manda en Atenas, apenas ha bajado
un punto y medio; en 2011 incluso subirá. Es sencillo de explicar: lo
que se ahorra con la tijera, se pierde porque los ingresos caen aún más
al desangrarse la economía del país.
El último plan de ajuste aprobado el domingo es otra vuelta de tuerca en
la misma dirección. Mientras las calles de Atenas ardían y Wall Street
suspiraba aliviado, el parlamento griego aprobó un nuevo tijeretazo
brutal: despide otros 15.000 funcionarios, reduce un 20% el salario
mínimo –de 751 euros a 600 al mes– y recorta las pensiones para ahorrar
3.330 millones de euros. Dicen que no hay dinero para más. No es del
todo verdad. El presupuesto militar griego sube en 2012: son 7.000
millones, un 18,2% más que el año anterior. Gran parte de esos fondos
servirán para pagar otros 243 tanques Leopard y dos nuevos submarinos
U31 a Alemania; o 15 helicópteros y seis fragatas a Francia. Alemania y
Francia no reclaman recortes en materia militar. El negocio continúa
para ellos mientras el pueblo griego se desangra.
Para colmo la policía ha reprimido con violencia las protestas
ciudadanas. Varias personas han tenido que ser atendidas por los
servicios médicos, incluido el héroe de la resistencia antifascista de
la Segunda Guerra Mundial Manolis Glezos, afectado por los gases
lacrimógenos. "¿Se pueden imponer estas medidas usando gas lacrimógeno?
Estas medidas no han sido votadas por el pueblo griego", ha afirmado
Glezos mientras era atendido en plena plaza Syntagma.
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Audio publicado en Más Voces : www.masvoces.org
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