Por Actualidad Ambiental
La siguiente imagen satelital muestra el
avance de la minería informal en la Reserva Nacional de Tambopata
(región Madre de Dios) y su zona de amortiguamiento. Como se aprecia, en
tan sólo un año, la acción de los mineros pasó de ser un punto
imperceptible a la distancia a ser una inmensa huella parda de
deforestación y depredación que se sobrepone a áreas donde alguna vez
existieron bosques primarios.De acuerdo a
esta información, entre noviembre del 2010 y octubre de este año, la
zona deforestada por la minería aumentó de 100 a 1583 hectáreas. En esta
imagen se evidencia, además, que el radio de acción de los mineros ha
llegado a la misma Reserva Nacional de Tambopata, y no sólo a su zona de
amortiguamiento.
El “Análisis espacio temporal de la actividad minera” no sólo arroja
información comparativa a un año; la destrucción de la minería en la
zona también fue medida en mayo de este año, cuando el área deforestada
llegó a abarcar cerca de 999 ha. Así, tan sólo en los últimos cuatro
meses, la destrucción del bosque aumentó en un 50% aproximadamente.
Este estudio fue elaborado por Cristina Trujillo, de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA).
En diálogo con Actualidad Ambiental, Augusto Mulanovich, director de
esta organización, indicó que catástrofes como esta son posibles
“gracias a la ausencia prolongada del Estado en la zona, además de su
nula capacidad de reacción”.
Mulanovich precisa: “En la zona derecha de la imagen que mostramos se
aprecia campamento minero de Guacamayo. Este campamento existe desde
hace mucho, y nada se ha hecho en ese caso. Son esos mismos mineros, en
buena parte, los que han decidido ir más allá y atentar contra la
Reserva Nacional de Tambopata”.
Para Víctor Zambrano, Presidente del Comité de Gestión de la Reserva
Nacional de Tambopata, “la imagen mostrada sólo refleja lo que el
satélite puede captar. Y es que la minería informal sigue deforestando y
sigue creciendo bajo los árboles, en las zonas donde aparentemente aún
permanece algo verde. Por ello, creemos que la depredación es mucho
mayor”.
Zambrano recuerda que esta destrucción se inició el año 2008 gracias,
en buena parte, a una serie de medidas perniciosas por parte del
Estado. “Tiempo después se produjeron esfuerzos aislados, pero nada más.
Nadie apoyó estas medidas, ni el Estado, ni el anterior Gobierno
Regional. Sin embargo, ahora hay algunos intentos de cambio por parte
del Gobierno Central y el nuevo Presidente Regional”.
“Es por cosas como las que están pasando en la Reserva Nacional que
marchamos por dos días. Lo que queremos es llamar la atención, a nivel
nacional, sobre esta tragedia. Queremos que se tome conciencia y se
planifiquen acciones a futuro”, agregó.
Tanto la Reserva Nacional de Tambopata como su Zona de
Amortiguamiento son áreas sensibles a los impactos ambientales negativos
por deforestación y degradación que produce la actividad minera. Por
ello, un probable ordenamiento de esta actividad en esos territorios
debería considerar rigurosos estándares ambientales y sociales para su
desarrollo, únicamente en los casos establecidos por el Decreto de
Urgencia 012-2010.
La RN Tambopata tiene uno de los mayores índices de diversidad biológica en el mundo. Recientemente, cumplió once años como área natural protegida (ANP)
por parte del Estado, y está ubicada al sur del río Madre de Dios, en
los distritos de Tambopata e Inambari (provincia de Tambopata). La
Reserva tiene una extensión es de más de 274 mil hectáreas y está
inscrita en cuenca del río Tambopata.
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Fuente: SPDA – Actualidad ambiental: http://www.actualidadambiental.pe/?p=12797
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Fuente: SPDA – Actualidad ambiental: http://www.actualidadambiental.pe/?p=12797
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