En la provincia india de Orissa, en los últimos años, unos 10 mil
campesinos se han suicidado al no poder afrontar las deudas bancarias
adquiridas para “modernizar” su producción. Así lo afirma Nicholas
Barla, de la Federación para la Protección del Agua, los Bosques y la
Tierra.
Orissa es un Estado situado en la costa este de la India, en la Bahía de
Bengala, con una población cercana de 40 millones de personas. Es
además el Estado más pobre de toda la India.
Desde allí llegó hasta Roma, la capital italiana, Nicholas Barla, para
participar de las negociaciones en torno a las Directrices Voluntarias
sobre tenencia de la tierra, recursos forestales y pesqueros que se
desarrollaron previamente a la 37ª sesión del Comité de Seguridad
Alimentaria Mundial.
Su testimonio de los efectos de lo que podría denominarse una segunda
“revolución verde” entre los agricultores de Orissa no tiene, por
cierto, un final feliz.
Allí las comunidades campesinas venían trabajando de acuerdo con las
prácticas ancestrales, tradicionales, conservando el suelo, las
semillas, enriqueciendo las parcelas con el estiércol de los animales.
Sin embargo, desde hace dos décadas ha comenzado un cambio con la
introducción de semillas industriales, fertilizantes químicos y
pesticidas. “Los agricultores se han visto inducidos a comprar semillas,
fertilizantes y han tenido que emplear dinero, para lo cual han debido
obtener créditos. Lamentablemente en los últimos cinco u ocho años unos
10 mil campesinos han cometido suicidio al no poder afrontar esas
deudas”.
Todo ello, las inversiones, el acaparamiento de tierras y los cambios en
el modelo de agricultura favoreciendo lo empresarial por encima de lo
familiar, “se hace en nombre del desarrollo”, dice Nicholas,
lamentándose.
Orissa es un Estado minero, sin embargo, pese a los 60 yacimientos de
hierro y casi 50 industrias siderúrgicas presentes la desocupación es
grande y las nuevas exploraciones presionan a los campesinos por el uso
de sus tierras.
“No tenemos seguridad alimentaria. Nuestros derechos a la tierra están
siendo violados permanentemente”, reitera Nicholas en la sede del CSA
señalando que la discusión sobre las Directrices Voluntarias “parecen
ser muy útiles para nosotros, para defender nuestros derechos, para
evitar que las comunidades sigan dejando sus tierras para concentrarse
en la ciudad”.
Las grandes inversiones -locales y extranjeras- en agricultura, así como
el acaparamiento de tierras en India, dice Nicholas quien integra la
Federación para la protección del agua, los bosques y la tierra de la
mencionada provincia India, se lleva adelante contrariando las
normativas nacionales existentes al respecto.
“Nuestras poblaciones originarias, indígenas, hasta hace unos diez años,
poseían un bienestar y autosuficiencia; todo ello ha cambiado hoy,
según se dicen, en nombre del desarrollo. ¿Qué desarrollo es este?”, se
pregunta finalmente Nicholas en la entrevista con Radio Mundo Real.
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Audio publicado en Más Voces : www.masvoces.org
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