La pérdida de estas 29 vidas ocurrió durante un ataque de insurgentes en la volátil provincia afgana de Wardak. Los talibán se atribuyeron el atentado, afirmando que habían utilizado una granada pro
El ataque con alto número de víctimas ocurre dos semanas después del comienzo del proceso gradual de traspaso de seguridad de las fuerzas extranjeras a las tropas y policía afganas, y en un momento en el que crece el descontento por una guerra costosa e impopular. Se estima que el proceso finalizará cuando todas las tropas de combate extranjeras abandonen Afganistán, a finales de 2014. El presidente norteamericano, Barack Obama, quien se enteró de las muertes estando en Camp David, se refirió al incidente ayer por la noche. “Esto demuestra los extraordinarios sacrificios que hacen los militares en los raids”, dijo Obama. Sin embargo, algunos legisladores norteamericanos han comenzado a dudar acerca de si la entrega de mando es lo suficientemente rápida.
Los incidentes que involucran muchas muertes aumentan las preguntas acerca del proceso de transición y de cuánto deberían quedarse las tropas norteamericanas. Mientras el gran temor sigue siendo saber si los talibán intentarán desestabilizar a la policía y la fuerza militar afganas con ataques tales como el atentado suicida en la comisaría de Lashkar Ga de la semana pasada, el ataque de ayer es un recordatorio de que las tropas de la OTAN siguen siendo un blanco. Las pérdidas ascienden este año a 375 personas para las tropas extranjeras. Zabiullah Mujahid, vocero talibán, dijo que las fuerzas de la OTAN atacaron una casa en Sayd Abad, en donde estaban reunidos un grupo de insurgentes. Ocho de ellos murieron, mientras que el resto disparó al helicóptero. Por viajar a baja altura y a relativa baja velocidad, los helicópteros son siempre vulnerables a estos ataques.
Hace menos de dos semanas un Chinook CH-47F de la OTAN fue derribado por una granada propulsada a misil, hiriendo a dos tripulantes. Ha habido al menos 17 choques de la fuerza aérea de la coalición y de la afgana en el país este año, pero la mayor parte de ellos atribuibles al error del piloto, las condiciones climáticas o las fallas mecánicas. En junio de 2005, 16 Navy Seals y tropas especiales fueron asesinados cuando sus helicópteros eran derribados en la provincia occidental de Kunar luego de haber sido aparentemente alcanzadas por una granada propulsada a misil.
En septiembre de 2010, nueve soldados norteamericanos fueron asesinados en Zabul cuando un Blackhawk chocó. Mientras el gobierno insiste en culpar al mal clima, los talibán se atribuyen haber derribado el helicóptero.
Debido a que en Afganistán las rutas son campos minados, los militares dependen en gran parte de los movimientos aéreos. La guerra soviética y de Afganistán de 1979-89 se caracterizó por un alto número de víctimas fatales en la fuerza aérea, en gran parte porque la CIA les daba misiles Stinger FIM-92 a los mujaidín, con luz infrarroja y resistentes a las emisiones de las naves. En total, al menos 333 helicópteros y 118 jets se cayeron en esa guerra.
Mientras que no existe evidencia por la cual pensar que los talibán accedieron a esos misiles, hay varios incidentes de naves aéreas que se derriban por granadas propulsadas a misil. El enemigo no sólo es una amenaza que enfrentan las fuerzas aéreas: el clima y el terreno dificultoso tienen responsabilidad en estos choques.
Ayer, un funcionario del gobierno afgano dijo que la OTAN había asesinado a ocho miembros de una familia durante un ataque aéreo en el área de Nad Ali en la provincia de Helmand, en donde las tropas británicas operan. Un vocero de la OTAN dijo que los talibán arrojaron granadas propulsadas a misil a las tropas de la coalición. La OTAN está bajo sospecha por haber matado a nueve civiles accidentalmente durante operaciones contra supuestos insurgentes. Un informe de las Naciones Unidas del mes pasado dijo que 1462 civiles fueron asesinados en incidentes relacionados con el conflicto durante los primeros seis meses de 2011, hasta el 15 por ciento más que la primera mitad de 2010. Se culpa a los insurgentes por el 80 por ciento de esas muertes. Las fuerzas militares británicas en Helmand confirmaron que un marine inglés del comando 42 fue muerto el viernes. Las tropas volvieron al puesto de control cuando fueron atacados, y mataron el marine.
Q De The Independent. Especial para Página/12.
Fuente, vía :
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-173947-2011-08-07.html
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