Paulina Rubilar, estudiante de la Universidad de Concepción, recibió
una bomba lacrimógena en su ojo el 12 de mayo, mientras se encontraba
al interior de su casa de estudios. El proyectil disparado por miembros
de las Fuerzas Especiales de Carabineros le fracturó el pómulo y aún se
encuentra con diagnóstico reservado.
Carabineros niega su responsabilidad en los hechos y asegura que
tiene una declaración de la estudiante herida, momentos después de
recibir el disparo en el rostro, donde los exime de culpas.
Acá una carta abierta de Paulina, donde cuenta lo que ocurrió ese día y desmiente la versión de los policías.
ME ESPERABA QUE DISPARARAN
¡¡¡TAMBIÉN QUE LO NEGARAN!!!
A mi Familia y Amigos
A los Trabajadores y Obreros
A los Estudiantes de Chile
Ante los hechos ocurridos el día jueves 12 del presente mes dentro de la Universidad de Concepción, declaro lo siguiente:
Luego de participar en la marcha estudiantil convocada a nivel
nacional y de ejercer mi derecho a manifestarme pacíficamente por lo que
considero justo, y ser blanco en reiteradas ocasiones de la
injustificada prepotencia policial, me dirigí rumbo a la universidad a
buscar mi bicicleta, ya que la dejé amarrada, para mayor seguridad,
frente al edificio Virginio Gomez.
A los pocos minutos de encontrarme dentro del campus, las fuerzas
especiales de carabineros hacen ingreso DE FORMA ILEGAL, agrediendo de
manera desproporcionada, no discriminando entre personas naturales o
estudiantes, recurriendo al carro lanza agua, el zorrillo y, en un
primer momento, a unas pequeñas descargas de gases lacrimógenos. Pasados
los minutos, y al vernos acorralados por las fuerzas especiales, se
inicia una persecución dentro del campus, donde fuimos perseguidos, tal
presa, por carabineros, los cuales, sin mediar provocación de nuestra
parte, hacían gala de “ser del débil el protector”, intentando
atropellar a compañeros con sus carros, mojando a destajo a cualquiera
que se interpusiera en su camino y aumentando de manera brutal los
disparos de gases lacrimógenos.
Dada esta última situación de peligro, es que logro retirar mi
bicicleta, y junto a amigos y compañeros, busco un lugar seguro para
refugiarme de los ataques de carabineros, siéndome imposible
encontrarlo, ya que la universidad estaba invadida por estos y por sus
bombas. Es en medio de estos acontecimientos de DESCONTROL POLICIAL,
cuando decido salir por una vía alternativa (un costado de la plaza del
estudiante) Justo en ese momento, un piquete de fuerzas especiales se
dirige directamente hacia mí, se detiene a una distancia de no más de
veinte metros, se agrupa, y un efectivo me apunta directamente con la
escopeta, disparándome en pleno rostro. Caigo de mi bicicleta, toco mi
rostro y palpo la sangre que comienza a salir de mi ojo derecho, escucho
como carabineros se mofan de mí, y acto seguido, viendo mi condición de
herida, pasan de largo ignorándome, todo esto a vista de cientos de
personas que estaban en el lugar.
Contrario a lo que dicen las absurdas tesis de los “expertos peritos”
mediáticos, la bomba no quemó mi rostro, ya que esta, al impactarme,
rebotó inmediatamente en mi bufanda, la cual llevaba en mi cuello como
se puede apreciar en las fotografías. La bomba me impacta, golpea mi
pómulo y parte de mi ojo, y rebota inmediatamente, cayendo al suelo en
fracciones de segundos.
En ese preciso instante, carabineros comienza a disparar al cuerpo,
al azar. Un compañero, tratando de evitar una bomba que venía directo
hacia él, cae desde el foro de la universidad, y se fractura su tobillo.
Mis amigos logran tranquilizarme, me prestan los primeros auxilios y
me llevan entre una lluvia de bombas lacrimógenas que caen sobre
nosotros, de urgencia al hospital.
Quiero comunicarles a todos ustedes, que después de esto, cinco
efectivos de fuerzas especiales de carabineros se hicieron presente en
la sala de urgencia del hospital, custodiándome y, cuando se les
preguntó sobre lo ocurrido, manifestaron su total desconocimiento de los
hechos, siendo ellos mismos los que habían participado escasas horas
atrás del operativo que casi me deja sin visión.
Por suerte, el cobarde disparo no me dejó sin mi ojo, pero fracturó
mi pómulo de manera profunda, y me otorgó un hematoma con contusiones
oculares graves, que aún no tiene un diagnóstico certero.
Hoy, viernes trece de mayo, me entero, con menos sorpresa que otra
cosa, que carabineros afirma oficialmente que mis lesiones son a causa
de una pedrada y, si esto fuese poco, que yo les otorgué una declaración
donde, según ellos, “estaba todo claro”, cosa muy poco probable, ya que
en mi actual condición me es imposible hablar de manera fluida, y
cuando llegué a urgencias, NUNCA FIRMÉ NI OTORGUÉ DECLARACIÓN ALGUNA, ya
que el dolor me lo impedía. Por todas estas situaciones he optado por
no dar una declaración hasta ahora, consultándolo, con la mente fría,
con mi familia, pareja y familiares, permitiendo el correcto
funcionamiento de los abogados que me apoyan, los cuales, en este
momento, juntan evidencia.
A través de esta declaración pública emplazo al comandante Luis
Humeres, subprefecto de Concepción, que señala que el mayor de la 1ª
comisaría se entrevistó conmigo, a que se desmienta sus dichos, ya que,
de manera alguna, un interrogatorio a la fuerza, dentro de un box de
urgencias, con mi rostro ensangrentado y lleno de dolor, se puede
considerar un entrevista, menos si ni siquiera sabía con quién estaba
hablando en aquellos momentos, y si esos “supuestos dichos” de mi estado
de salud, constituían una declaración.
DESMIENTO, DE MANERA ROTUNDA, TODO LO DICHO HASTA ESTE MINUTO POR
CARABINEROS, fueron ellos, y no otra cosa, los que dispararon sobre mí,
los que me apuntaron, se burlaron y me abandonaron sin prestarme
auxilio, una constante habitual en su accionar de delincuentes con
uniformes.
Repudio y condeno la represión institucional y toda su sucia lista de mártires e injusticias.
Larga es la lista en esta larga e interminable historia, pero también
largos e infinitos son nuestros sueños de algo nuevo y mejor, de una
sociedad más justa e inclusiva, de una educación de calidad, igualitaria
y realmente enriquecedora. ¿Quién nos protege de nuestros supuestos
protectores?
Lejos de desanimarme, esto me anima mucho más para hacer justicia y
para luchar por los justos derechos de los estudiantes. Sepan que NO
DESCANSAREMOS hasta que los culpables paguen, de una u otra forma. No
nos daremos por vencidos, nuestras evidencias son claras, sólidas y
concluyentes, no nos sentimos atemorizados de ninguna manera.
Repudio, y seguiré repudiando el actuar impune y delictivo de
carabineros, y del Estado chileno, que avala estas prácticas ilegales e
inconstitucionales, en pos de la mal llamada paz ciudadana.
No me queda más que agradecerles a todos por su apoyo y preocupación, los tengo en mi corazón.
A los estudiantes y obreros de Chile, les envío toda mi fuerza y
convicciones, y los animo a seguir dando la pelea contra esta bestia
mediática que planea su nuevo golpe en Aysén y en todo Chile. Los llamo a
creer, a ser fuertes, a persistir. Ganaremos, como sea, pero ganaremos.
Paulina Alejandra Rubilar Méndez.
Mujer, Estudiante y Militante de la vida feliz.
Hospital Regional De Concepción.
14 de Mayo 2011
Vìa :http://radio.uchile.cl/noticias/114775/
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