1. México es un país grande (2 millones de kilómetros) y con mucha
riqueza producida por sus 113 millones de habitantes: sus campesinos,
obreros, empleados. Por ese hecho debería ocupar el décimo u onceavo
lugar mundial en producción, circulación, desarrollo y distribución
equitativa de la riqueza; pero nada de eso. Comparado con el resto del
mundo, en función del ingreso nacional por habitante, se encuentra en la
posición 78, con 8 mil 960 dólares anuales; o en el sitio 77 del mundo
si la medición es en función del poder de compra del ingreso. Somos un
país rico, pero con un pueblo miserable y manipulado.
2. O sea, México produce mucho menos que lo que puede producir por
carencia de estabilidad, ausencia de inversiones, desconfianza, huída de
capitales. La producción y las ganancias se concentran en unas cuantas
familias que no rebasan el millar; el país crece pero no se desarrolla
porque la riqueza que se produce no se distribuye de manera equitativa.
El neoliberalismo, que se aplica en el país desde 1982, ha agudizado la
situación porque ha hecho tronar el mercado interno para apoyar las
políticas de exportación de las más grandes empresas. Ello ha agudizado
el cierre de decenas de miles de empresas micros, pequeñas y medianas.
3. Las cifras globales o macros proporcionadas por el Banco Mundial,
pero si le damos vida a eso que se llama “ingreso nacional por
habitante” y el “poder de compra” veremos con más crudeza la realidad al
hacer promediar multimillonarios ingresos con miserables: Se olvida que
Slim y Azcárraga obtienen más de mil veces 8 mil 960 dólares anuales y
los trabajadores menos de mil 500 dólares al año. En resumen: México es
uno de los países más inequitativos del mundo porque todos sus gobiernos
han estado al servicio de los empresarios y porque han sido muy hábiles
y eficientes para mantener engañado y bien manipulado al pueblo.
4. El gasto militar en México –publica La Jornada con datos del Banco
Mundial- creció el último año a una cifra sin precedente de 64 mil 348
millones de pesos, un incremento de 44 por ciento en lo que va el
gobierno de Felipe Calderón. Pero lo más grave es que la asignación de
mayores recursos públicos a la compra de armas, al mantenimiento de
tropas, a aumentos de ingresos a los altos jefes militares, contrastó
con el estancamiento del gasto en educación y salud que ha llevado a la
población a peores condiciones de vida: millones de estudiantes
rechazados por pobreza y marginación y desplome del IMSS, ISSSTE,
Salubridad en cuanto a hospitales, médicos, medicinas.
5. Revisando una entrevista realizada por Amy Goodman a Manfred
Max-Neef, Premio Nobel Alternativo de Economía, dice algo que suena
interesante: “Hemos alcanzado un nivel en nuestra evolución en el que
sabemos muchas cosas, pero entendemos muy poco. Nunca en la historia de
la humanidad ha habido tanta acumulación de conocimiento como en los
últimos cien años y mira cómo estamos. ¿Para qué nos ha servido el
conocimiento? La esencia está en que el conocimiento por sí mismo no es
suficiente, carecemos de entendimiento”. Max-Neef parece olvidar que
los intereses de clase están por encima del conocimiento y la manera de
adquirirlos.
6. Dice Max-Neef: “El punto es que los economistas (honestos, diría
yo) estudian y analizan la pobreza desde sus oficinas lujosas, poseen
todas las estadísticas, desarrollan todos los modelos y están
convencidos de que saben todo lo que hay que saber sobre la pobreza.
Pero ellos no entienden lo que es la pobreza, ese es el gran problema y
es también el motivo por el cual la pobreza aún existe. Esto cambió
completamente mi vida como economista: inventé un lenguaje coherente
para esas condiciones de vida… Ellos ven la pobreza desde afuera en
lugar de vivirla desde adentro. Y es adentro donde se aprenden cosas
extraordinarias”.
7. ¿Cómo puede México aprovechar su fuerza y presencia en el contexto
mundial, mismo en el que debería estar en los primeros lugares? El
único camino es que obtenga un alto nivel de conciencia de lucha. No es
un asunto de escolaridad o de títulos universitarios, sino de elevar sus
concepciones de lucha a partir de organizarse de manera independiente.
Como dice Max-Neff “ya sabemos muchas cosas, pero entendemos muy poco”.
¿Para qué ha servido el conocimiento? Alguien subrayó que sin teoría no
hay movimiento revolucionario; pero también alguien dijo: vale más un
movimiento real que cien mil palabras. ¿Necesitamos acaso a Cioran?
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