Para los demás jóvenes imputados las
penas solicitadas van desde los 541 días a los 20 años de prisión. Es un
completo despropósito y una aberración sólo posible en esta suerte de
fascismo judicial que estamos viviendo. Según el fiscal Alejandro Peña,
los 14 jóvenes acusados, más el delincuente Gustavo Fuentes Aliaga, habrían “participado en la colocación” de algunas de las más de 200 bombas de ruido que, desde el año 2006, han estallado en Santiago de Chile.
Se ha llegado al absurdo de acusarlos, incluso, como responsables del
estallido de bombas de ruido colocadas mientras se encontraban en
prisión preventiva.
Verónica Garín G., compañera del prisionero político Omar Hermosilla Marín
comentó que aún los abogados defensores no han sido notificados de la
presentación de pruebas, a pesar que han transcurrido casi ocho meses
desde sus detenciones: “Esto es un montaje -señaló- con ribetes
políticos por sobre los jurídicos. Algunos de los imputados tienen un
pasado lautarino -ex militantes del Mapu-Lautaro- y por
eso se los condena antes de cualquier juicio… Tengo las sospechas de
que estas penas tan altas las usen de canje para los condenados por
violaciones a los derechos humanos… No tenemos idea de las pruebas que
tienen en contra de nuestros familiares, ya que, según el expediente que
conocemos, no hay pruebas reales que los inculpen…”.
Hasta ahora, las supuestas pruebas
presentadas han sido triviales conversaciones telefónicas, botellitas
vacías de bebidas, literatura considerada anarquista o subversiva -que
cualquiera puede adquirir en librerías-, listados de nombres escritos en
hojas de cuadernos, etc., etc. Para todos los abogados consultados esto
no sería suficiente para condenar a nadie, ni siquiera para mantenerlos
en prisión. Pero ahí siguen encarcelados y aparentemente el Gobierno y sus organismos se la jugarán por condenarlos a las penas del infierno.
En este caso, se ha invocado la Ley Antiterrorista -que fue aprobada por el dictador Augusto Pinochet
en 1984-, diseñada para sancionar “los delitos que busquen infundir
temor en la población”, y que hoy se aplica contra mapuche, anarquistas y
ex prisioneros políticos. Muchos sectores y personalidades de nuestro
país han denunciado este caso -y el de los mapuche- como “aberrantes
montajes” -policiales, jurídicos, políticos y mediáticos- contra quienes
no comulgan con el tipo de sociedad que defiende el Estado.
Pero siguen imputándolos, en un show con “pruebas” que arrancan
carcajadas en el tribunal y que dilatarán aún más la libertad de estos
inocentes. “Todo eso solo existe en la imaginación del fiscal Peña”,
señala el abogado Alberto Espinoza Pino, defensor de uno de los imputados.
El año pasado, “Informe Especial” de TVN,
presentó en un programa sobre los detenidos el 14 de agosto “imágenes
exclusivas”, que fueron presentadas con estridencia como “pruebas del
terrorismo anarquista”. Pero en nuestro país no hay organizaciones
terroristas, y las que hubo fueron organismos gubernamentales dedicados a
asesinar y detener a opositores políticos y a subversivos: la Dina y la CNI.
¿Qué mostró TVN en su bullado reportaje? Jóvenes entrando y saliendo de
casas okupas, que eran centros culturales -y no centros de poder como
señala la Fiscalía- donde se arreglaban bicicletas, había bibliotecas, se exhibían videos y se hacían foros-conversatorios.
Anarquistas, antiautoritarios y ex
lautarinos son acusados y se pretende secarlos en la cárcel con pruebas
absurdas y completamente amañadas por este “fascismo judicial”. Les
aplican la Ley Antiterrorista porque así aumentan las penas y no tendrán
derecho a un “debido proceso”, y podrán acusarles con testigos
inducidos, protegidos y sin rostro. Los abogados defensores tienen una
importante responsabilidad: ¿Estarán a la altura de las circunstancias?
¿Harán un buen trabajo o actuarán con desidia e irresponsabilidad como
en más de alguna ocasión ya lo han hecho?
A mediados de febrero concluía el plazo
de investigación y el fiscal Peña pidió, en marzo, una “reformalización
de cargos” -algo completamente inédito pero que fue aceptado con
obsecuencia-, dilatando el inicio del juicio oral, mientras la tónica ha
sido mantener a los imputados en prisión preventiva durante meses y en
condiciones carcelarias agobiantes. A los jóvenes del 14 de agosto se
suman los del 30 de agosto: Los ex militantes del Mapu-Lautaro Alejandro Rodríguez Escobar y Patricio Gallardo Trujillo, acusados de “asaltantes”, también en un caso con testigos amañados. El juez de Garantía Julio Norambuena
le ha otorgado dos veces la libertad de Alejandro Rodríguez Escobar,
señalando que las pruebas en su contra no son suficientes y, además,
serían ilegales, pero la Corte de Apelaciones de Santiago ha revocado lo actuado por este juez, manteniéndolo en prisión preventiva desde hace más de siete meses.
El 25 de marzo, el Octavo Juzgado de Garantía
ordenó el cierre del proceso de los jóvenes del 14 de agosto, tras
cinco años y meses de investigación. A juicio de los abogados
defensores, la Fiscalía no tiene ninguna prueba concluyente -salvo los
supuestos dichos de “testigos protegidos”-. Pero según el fiscal
Alejandro Peña, él presentará 794 testigos, 221 peritos y 6.744
evidencias materiales, documentos e informes periciales. Dijo a la
prensa: “Espero que la numerosa evidencia y prueba directa que se ha
podido recopilar en la etapa investigativa rinda frutos” en el juicio
oral. “La Fiscalía estima -añadió- que esta asociación ilícita de
carácter terrorista, en forma pericial al menos, ha procedido a la
colocación de alrededor de 30 artefactos explosivos en la Región Metropolitana, desde el año 2006 a la fecha”. Según declaraciones del abogado defensor Héctor Salazar -quien defiende al joven imputado Francisco Del Solar-,
“ya se conoció a uno de los cinco testigos protegidos del caso, quien
es un delincuente internacional, un cubano, que no solamente lo pusieron
al lado de mi representado en la cárcel de alta seguridad, sino que ha
quedado demostrado en los juicios donde ha sido condenado y las
conductas que ha tenido, que es un tipo que se vende, que está dispuesto
a decir cualquier cosa para obtener un beneficio”.
Recientemente los mapuches acusados de dirigir o haber dirigido la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) fueron condenados a penas altísimas gracias a los “testigos protegidos” que presentó el Ministerio Público,
y que fueron aceptados a pesar de que supuestamente no se les aplicó
finalmente la Ley Antiterrorista a los mapuche del juicio de Cañete.
¿Ocurrirá en este caso lo mismo? ¿Se condenará a inocentes incluso
violando la ley, las recomendaciones y convenciones internacionales
firmadas por Chile?
Este es el fascismo judicial que se nos viene.
Historiador y Periodista. Ex prisionero político.
Vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/04/04/fascismo-judicial/
http://www.elciudadano.cl/2011/04/04/fascismo-judicial/
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