Por: La Tabla
La historia que las grandes corporaciones de la comunicación han posicionado globalmente es que, en enormes movilizaciones, manifestantes pacíficos son reprimidos, heridos y apresados por fuerzas militares que mantienen en el poder a un dictador (Nicolás Maduro) rechazado por la mayoría de los ciudadanos.
Desde principios del mes de abril Venezuela está bajo una violenta ofensiva de carácter fascista que utiliza como un ejército de ocupación a una pequeña pero muy activa parte de su población. Las acciones contemplan una combinación de formas de lucha que van desde marchas y caravanas pacíficas hasta saqueos a comercios e instalaciones públicas y ataques armados a agentes de seguridad.
Los hechos se han concentrado en cinco centros urbanos del eje norte-costero y en dos entidades de la región andina y han provocado unas 40 muertes, la mayoría en saqueos y por ataques de supuestos manifestantes contra otros civiles y efectivos militares y policiales.
Sin embargo la historia que las grandes corporaciones de la comunicación han posicionado globalmente es que, en enormes movilizaciones, manifestantes pacíficos son reprimidos, heridos y apresados por fuerzas militares que mantienen en el poder a un dictador (Nicolás Maduro) rechazado por la mayoría de los ciudadanos.
Estas son algunas claves para comprender lo que realmente está pasando en Venezuela hoy.
1. El objetivo declarado de la violencia es la ingobernabilidad. Por eso se realizan operaciones quirúrgicas de protesta, con diversos niveles de violencia, para provocar el cierre de vías tanto dentro de las ciudades como en las principales autopistas y carreteras troncales.
2. En lo simbólico-emocional los eventos buscan desligitimar la acción del Estado, especialmente en lo referente al monopolio del ejercicio de la violencia, por eso la insistencia en la supuesta actuación de “hombres vestidos de negro”, “colectivos” o civiles con uniformes militares-policiales. La idea es mostrar-convertir al Estado en “forajido”.
3. Eso explica, en una parte, la criminalización de la actuacion de los cuerpos de orden público uniformados como la GNB y la PNB. Ante la imposibilidad de hacerlos “fantasmas” optan por atribuirles, sin documentos y muchas veces sin hilo narrativo, acciones ilegales o delictivas.
4. La hipótesis y el modelo de conflicto planteado es decididamente bélico y apocalíptico: en lo discursivo hay manifestantes pero en lo concreto son combatientes. El fin de la guerra es la destrucción del otro. Por eso no hay víctimas (incluso en el lenguaje se usa poco el término) sino “mártires” o “caidos” en la lucha, cuando se trata de sus partidarios, o de “esbirros eliminados” cuando son efectivos militares-policiales.
5. El carácter de combatientes, que la oposición le atribuye a sus activistas, es fundamental, especialmente para “moralizarlos” y evitar la desmovilización y deserciones. Se parte de la premisa de que en una guerra se mata o se muere, es algo inherente a la misma. Eso explica que el único tuit de la fatidica serie de abril que no borró el “sociólogo del matero” fue: “Mañana vamos con todo. Ellos también. Algunos nos quedaremos en el camino.” Y hace apenas días a Lilian Tintori diciendo que “ninguna muerte es en vano”.
6. Adicionalmente los “combatientes” heridos o encarcelados se consideran a si mismos como “bajas”, un producto “natural” de la guerra. Por eso los procesados y los lesionados, como alias “Bolívar”, el joven autoquemado en Altamira, le piden a sus compañeros que “sigan la lucha por nosotros”.
7. En lo simbólico-discursivo el carácter bélico del conflicto contribuye a “naturalizar” el uso de dispositivos e indumentaria para la guerra: cascos, capuchas, máscaras para gases, camisas manga larga, guantes y en algunos casos tubos y armas caseras o convencionales. Ya nadie se asombra al ver esas imágenes ni parece asustarse ante su encuentro. Por lo demás, en lo narrativo, se justifica ese apertrechamiento artesanal por la “necesidad” de defenderse de una maquinaria represiva profesional y tecnologizada.
8. En lo propagandístico, propiamente, el guión muestra, por tanto, un choque asimétrico entre “manifestantes” que luchan por su derecho a la protesta con ingenio y voluntarismo, contra una “dictadura” que posee la organización humana y técnica para vulnerar los derechos fundamentales. Estos aspectos, absolutamente cinematográficos, propios de una puesta en escena, son los que sustentan el libreto genérico de violación a los derechos humanos pese a la evidente violencia de los supuestos manifestantes.
9. Sin embargo, en lo concreto, los sectores extremistas de la oposición venezolano se han preparado para una guerra, con su carácter apocalíptico, desde hace muchos años, quizá desde el propio golpe de estado de abril de 2002, con el uso exitoso de lo que pudieramos denominar “soldado-masa” (la masa orientada a objetivos bélicos). Eso pudiera definir lo que ocurrió con la multitudinaria marcha opositora desde Chuao con destino a Miraflores el 11 de abril, en la cual pueden identificarse casi todos los atributos o característica de la masa, incluyendo el poder de sentirse invencible.
10. En el desarrollo de ese “soldado-masa” se pueden identificar hitos relevantes como las primeras jornadas de protestas violentas callejeras o “guarimbas” de febrero-marzo de 2004, las acciones de rechazo a la no renovación de la concesión de RCTV en mayo de 2007, y finalmente las etapas y eventos más acabados como “La Arrechera” de abril de 2013, “La Salida” en febrero de 2014 y las movilizaciones como la Toma de Caracas en septiembre de 2016.
11. Ese proceso, además de las características del comportamiento de masas, como su identificación como una élite (meritocracia, clase media, estudiantes, profesionales, “emprendedores” o descendientes de europeos), incorpora un atributo de territorialidad, anclado en la formación de urbanismos aislados, discontinuos, delimitados y cerrados perimetralmente. Eso ocurre primero (años 60) en áreas muy cercanas o colindantes con la ciudad, como las urbanizaciones “La Fundación” (viviendas aisladas VIPOSA/Fundación Mendoza en Maracay o Barquisimeto). Y continúa posteriormente (años 70 y 80) en áreas más alejadas adoptando la forma de “ciudades-dormitorio” o suburbios para la “clase media” (profesionales y pequeños “empresarios”) en torno a las grandes metrópolis como San Antonio de los Altos y Guatire (para Caracas), Cabudare (para Barquisimeto) y San Diego (para Valencia).
12. En términos de la confrontación física la masa comienza a defender no sólo sus “derechos” (privilegios amenazados por la inclusión social, productiva, sanitaria y educativa promovida por el chavismo) sino su territorio. Obviamente el objetivo clásico o más aprehensible de la guerra es la ocupación y el control del territorio, y eso implica, de por sí, operaciones “militares”: puntos de acceso supervisados, barreras perimetrales y patrullaje interno, por lo menos, para detectar “intrusos” o actividades “hostiles”. (Evoque ahora como han cambiado este tipo de operaciones, inicialmente justificadas por la inseguridad, en su comunidad).
13. A los dispositivos físicos o tecnológicos de seguridad se integran vecinos con preparación de “combate” y procedimientos para el control social y la “defensa” comunitaria. Abundan las historias documentadas de censos de residentes y de recursos disponibles para la “defensa” ante el esperado ataque de “colectivos” apoyados por la GNB (la narrativa se concentra en el componente militar, aunque puede incluir otros cuerpos de seguridad). La creación de áreas para almacenar gasolina, cauchos y bombas molotov, asi como la identificación de puntos de tiro, incluso dentro de las viviendas, para la “defensa”. (Otra vez recuerde o pregunte como son las cosas en Montalbán, San Antonio, Cabudare o las urbanizaciones alrededor de Valencia)
14. El producto de estos eventos y procesos es hoy día un “ejército de ocupación interior” en esas áreas de las grandes ciudades o en las ciudades-dormitorio aledañas, por una parte. Y por la otra una élite de “combatientes” captados en esas áreas y en universidades, con disposición de movilizarse a nivel nacional y realizar acciones quirúrgicas en puntos claves donde no es posible el control territorial clásico, como autopistas y carreteras troncales asi como las principales intersecciones de la trama vial urbana o interurbana.
15. Estos “combatientes-élite” tienen actualmente entre 22 y 28 años y fueron captados a partir de 2012, desde distintas organizaciones auspiciadas por factores partidistas pero no determinados por esas filiaciones. Son grupos heterogeneos que pueden pasar de un partido a otro, muchos han participado en el programa Lidera, de la Fundación Futuro Presente, y una mayoría, especialmente los más osados, son de ciudades de provincia. Han participado en actividades como la Operación Libertad, frente a la embajada de Cuba en 2013, los campamentos de Las Mercedes y Los Palos Grandes en 2014 y en la actual jornada desde hace poco más de un mes. Entre ellos está José Víctor Salazar, de 28 años, quien resultó quemado en Altamira.
16. Se trata de “combatientes” qué, sin salir de la categoría de “soldado-masa”, tienen algún entrenamiento para asumir distintos roles y combinar formas de lucha. Pueden actuar como activistas políticos o sociales que protestan pacíficamente, gestores de redes sociales o como activistas urbanos que ejercen diversos grados de violencia para imponer el caos y la ingobernabilidad. Muchos de ellos tienen comportamientos antisociales como el descuartizador José Pérez Venta o antecedentes de consumo de drogas como se comprobó en 2014 tras el desmantelamientos de los campamentos.
17. Enfrentar ese “soldado-masa”, que no se convierte abiertamente en combatiente, tanto por los roles que adopta como por el hecho de ser presentado desde lo simbólico como un “muchacho de la Resistencia”, es muy complejo en lo narrativo y en lo operativo. Por eso sólo una organización con preparación, experiencia, equipamiento y disciplina como la GNB, tiene la capacidad y flexibilidad para hacerlo.
18. Esa caracterización del conflicto explica el sistemático y ordenado ataque que viene recibiendo la Guardia desde el mismo inicia de esta etapa de la confrontación atribuyendole automáticamente la responsabilidad de todas las víctimas. Incluso, en casi todos los casos, sin documentos que respalden el señalamiento y ni siquiera una narrativa de la supuesta acción de los militares en cada evento. Se trata de liquidar operativa y moralmente a la Guardia y así eliminar la principal barrera de defensa de la nación ante esta compleja ofensiva de la “guerra no convencional”.
19. Los datos indican que el desempeño de la GNB ha sido impecable y con consecuencias fatales mínimas. Mientras en las “guarimbas” 2014 fueron asesinados seis integrantes del componente, en esta jornada de abril y mayo sólo ha sido uno, el sargento Niumar Sanclemente en San Antonio de los Altos. Al tiempo que la muerte de un sólo posible manifestante, Gruseny Canelón, en Barquisimeto, ha sido atribuida a la Guardia. Pese a que la Policía de Carabobo, con dos casos, tiene el mayor número de señalamientos de muerte de civiles, todo el fuego mediático se centra en el componente militar.
20. Eliminar la barrera concreta que representa la GNB es una condición para pasar a la siguiente fase de conflicto, que es la confrontacion apocalíptca con los componentes tradicionales de la FANB, orientados a la defensa ante los enemigos externos de la Nación, como el Ejército, la Armada y la Aviación. La fantasía suprema del fascismo es ver a la fuerza armada chavista realizando una masacre.
21. Esta hipótesis ya ha sido ensayada en al menos dos oportunidades orientada al asalto y ocupación de cuarteles militares por manifestantes ciudadanos. El 20-21 de abril con un ataque al tiros a una alcabala del Fuerte Tiuna por dos oficiales subalternos de la Armada (reclutados como mercenarios) simultáneamente con los saqueos de El Valle y el intento de ocupación del hospital materno, y hace sólo unos días la acción, con el uso de explosivos, en la base aérea Miranda, en La Carlota.
22. Los hechos más recientes apuntan a un intento de agudización de la escasez derivada de la obstaculización del transporte de hortalizas y productos agrícolas en Mérida y Táchira, y posiblemente otros estados que producen alimentos no industriales, como Apure y Guárico. Ese podría ser el caso del cierre de vías en Calabozo, el pasado martes, donde resultó herida una joven estudiante de la UC, residenciada en San Diego y activista opositora que se movilizó expresamente para participar en la acción.
23. Asimismo las marchas y caravanas que intentaron efectuar este sábado, movilizando activistas de un estado a otro, parecen tener como objetivo darle proyección nacional a acciones que sólo pueden realizar en unas pocas ciudades o áreas urbanas.
24. Al mismo tiempo mantendrían las perturbaciones en el eje Altamira-Las Mercedes para cortar la comunicación dentro de la capital, Caracas, y entre oriente y occidente, con afectaciones del abastecimiento de productos e insumos importados.Y desde el lunes 15 comenzarán a promover paros comerciales en los ejes urbanos donde mantienen algún control territorial como los Altos Mirandinos.
25. Estas notas está revisión y actualización permanentes, asi como están abiertas a modificaciones derivadas de aportes y críticas.
Publicado en: http://www.latabla.com/analisis-la-tabla-claves-urgentes-de-la-violencia-fascista-en-venezuela-mayo-2017/
vía:
http://www.telesurtv.net/opinion/Claves-urgentes-de-la-violencia-fascista-en-Venezuela-Mayo-2017-20170513-0041.html
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