No debe ser motivo de asombro que la derecha política chilena rinda homenaje a las Fuerzas Armadas,
a sus oficiales con trajes llenos de estrellas y medallas. Entre ellos
existen profundos lazos históricos políticos, económicos y familiares, y
desde hace muchos años ellos dicen… somos los dueños de Chile.
Es
de público conocimiento que Chile hace mucho tiempo que no hace ni gana
una guerra, así que suponemos bien que todas las condecoraciones que
cuelgan de planchados uniformes, tienen su origen en los crímenes y
delitos cometidos desde el día 11 de septiembre de 1973. Las medallas
son los testimonios y reconocimiento por actos de carácter militar, o
por decirlo de otra manera, acciones de arrojo y valentía que los
uniformados reconocen que darían la vida si fuera indispensable. La
historia en los conflictos militares establece que el sector con menos
bajas son justamente se encuentra entre la oficialidad, los muertos
provienen siempre de los soldados, a los que bien se les podría decir
ciudadanos… de a pie.
El sector social/político/militar, UDI/RN
y que levanta su bandera de victoria desde el día 11 de septiembre,
debe saber que fueron piezas del proyecto norteamericano, allí están los
archivos desclasificados de la CIA, los informes de la Comisión Church.
No son creíbles sus gárgaras de patriotismo, no es verdadero los cantos
con que rompen sus gargantas, falacia pura y dura sus ruidosos pasos,
nada de eso es verdad.
Las Fuerzas
Armadas están y estarán siempre lejos del país real, marchan más cerca
del sector económico del cual son sus sostenedores y serviles. No es
casual que los altos mandos militares al salir de sus cuarteles se
convierten en políticos de la UDI/RN, guardianes de la institucionalidad
redactada por sus antecesores, una estructura institucional excluyente,
antidemocrática, la foto nefasta de la dictadura con la que hay que
convivir como si de una condena perpetua se tratara.
Miguel Krassnoff
es entre tantos criminales, un notable ejemplo del aparato militar
represivo chileno que existe para cuidar los intereses de la patria, que
no es lo mismo decir de todos los chilenos. Este brigadier se coloca en
la postal histórica de los que sostienen que su carrera militar es un
aporte a la patria, ellos son soldados de la patria, se autoproclaman
sus salvadores, y que la cárcel es su destino equivocado…injusto.
La criminalidad de su actuación está escrita con nombres y apellidos en Londres 38 y Villa Grimaldi,
este militar fue condenado por los tribunales de justicia donde pudo
ejercer su legítima defensa. Krassnoff nunca fue torturado, él tuvo la
posibilidad de ejercer su defensa usando todos los derechos que él les
negó a sus victimas. Sabemos que sus argumentos tienen el aroma del
dólar, mucho más moderno y vigente que la naftalina de los viejos
estandartes.
Pinochet/Krassnoff/….y Piñera
Pinochet fue consecuente con sus militares que asesinaron a miles de chilenos, dejó escrita y promulgada una amnistía… la de 1978.
En junio de 1995 el senador Sebastián Piñera Echeñique,
propuso otra amnistía, para favorecer a personal de las Fuerzas Armadas
por graves delitos contra la población civil. Este intento pretendía
evitar que los responsables de crímenes tuvieran que ir a declarar en
los casos de detenidos desaparecidos o ejecutados en falsos
enfrentamientos.
El actual presidente
de Chile, consideraba una afrenta el desfile de militares en los
tribunales, y así pretendió darles una ayuda, como lo practican los
millonarios para con los que les son buenos empleados… incondicionales y
serviles.
“ Concédese amnistía a
todas las personas que, en calidad de autores, cómplices o encubridores
hayan incurrido en hechos delictuosos desde el 11 de marzo de 1978 hasta
el 11 de marzo de 1990, siempre que no se encuentren actualmente
condenados o sometidos a proceso, sin haber sido sobreseídos
temporalmente en virtud de lo dispuesto en el N° 5 del artículo 409 del
Código de Procedimiento Penal”.
Siempre
la derecha política y económica chilena junto con las empresas
norteamericanas, quedaron agradecidos de los militares nacionales por
haber sido los protagonistas victoriosos, en el enorme tablero de
ajedrez del conflicto en los tiempos de la guerra fría. Todos los
uniformados chilenos se sintieron la reserva moral y militar de
occidente, como así lo fuera valorado por el Departamento de Estado norteamericano, y bendecido por Henry Kissinger con su presencia en Chile.
El
proyecto político nacido de la unión de militares y la burguesía que
refundó un país, contó con el acuerdo de todos los actores que se sitúan
en ese sector social, pequeño, rico, racista y que se construyó un
Chile a la medida de sus antojos e intereses.
Este
país pobre, con sus intentos de grandeza, con sus presidentes
mediocres, con sus contradicciones sociales no resueltas, tantos
millones de personas un lado y tan pocos del otro, son la vieja
fotografía color sepia que se mantiene por decenios y decenios.
Los
tiempos pasan y podemos constatar la crueldad de los tiempos
cotidianos, como las pocas oportunidades suben de precio y el hambre con
su olor a perro mojado, con un futuro eternamente incierto va siete
pasos más adelante… que las urgencias.
Por Pablo Varas
Vìa, Fuente :
http://www.elciudadano.cl/2011/11/22/44354/pinochet-krassnoff-labbe-pinera/
No hay comentarios:
Publicar un comentario