Lo
cierto, no obstante, es que este militar en retiro ha sido elegido
alcalde de su comuna con más del 60% de los votos en tres elecciones
consecutivas. Recordemos que el mismo Augusto Pinochet
se empinó al 44% en su último plebiscito. Es claro que hay una
componente pinochetista significativa diseminada en toda la derecha
chilena, una de cuyas aristas está constituida por los militares en
retiro, de la cual Labbé forma parte. Si bien en la actualidad la
derecha política quiere tomar distancia del hedor dictatorial -asociado a
torturas, asesinatos y malversaciones– lo cierto es que la “familia
militar” sigue actuando como un poder fáctico en el seno de este sector
político.
El alcalde–coronel irrumpe
en la escena pública enarbolando las banderas del “estado de derecho” y
el “principio de autoridad”, como argumentos para seducir a sectores
medios acomodados, nostálgicos de la dictadura militar. El discurso del
alcalde en defensa del “orden” aparece como un grotesco, viniendo de un
ex agente de la Dina
y paniaguado del dictador. Sin embargo, pone de manifiesto cómo el
pinochetismo permanece larvado -en mayor o menor medida- en los
partidos de la derecha política.
El
Gobierno sabe que el discurso desvergonzado y obsceno de Labbé es una
verdadera provocación al más mínimo sentido democrático. Ello explica
por qué se apresura a desmentir los dichos del militar. Más allá,
empero, del exabrupto político que representa, lo cierto es que hay un
sector de la derecha que adscribe al talante antidemocrático que encarna
el actual alcalde de Providencia. Cuando la derecha se siente amenazada
por el avance democrático de los movimientos sociales, surge el
expediente de corte fascista que encuentra simpatías en sectores civiles
y uniformados.
Pensar que el
pinochetismo en nuestro país es cosa del pasado no solo es una
ingenuidad sino una ceguera política. El actual ordenamiento
jurídico-constitucional permite que sujetos con un pesado prontuario
dictatorial –como Labbé, entre muchos otros- sigan posando de demócratas
en el Chile de hoy. Los dichos y actuaciones de este
alcalde resultan ser una suerte de rehabilitación política del
pinochetismo en tiempos democráticos, algo inaceptable para cualquier
chileno con el más mínimo sentido de la decencia.
Por Álvaro Cuadra
Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. Elap. Universidad Arcis
Fuente, vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/10/01/41689/un-alcalde-indecente/
http://www.elciudadano.cl/2011/10/01/41689/un-alcalde-indecente/
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