1.
Como Estudiantes de Izquierda sentimos la responsabilidad ética de
hacer política, no podemos dejar que unos pocos privilegiados sean
quienes eternamente definan las medidas y contornos que debe tener
nuestra patria, ajustándola siempre a sus pequeños intereses.
2.
La clave del éxito para el movimiento estudiantil está en volver a
situar a los estudiantes en una posición de vanguardia en el nivel
nacional, en volver a entretejer redes sociales con los pobladores, los
trabajadores, las organizaciones sociales y gremiales
3.
Romper con la burbuja universitaria que instala el individualismo, la
competencia y el éxito personal como patrón de conducta para los
estudiantes por sobre ideas y conceptos fundamentales como lo son la
solidaridad, la comunidad y la colaboración entre nosotros.
4.
Somos contrarios a la visión de que la universidad es sólo venir,
sacarse buenas notas y abandonar cuanto antes sus aulas para salir
pronto a ganar dinero en el mercado laboral. Nuestro compromiso por la
transformación social es irrenunciable.
5.
Necesitamos hoy, más que nunca, una profunda discusión respecto del
país que queremos construir y a partir de aquello de cuál es el tipo de
universidad que se pondrá al centro de dicha construcción.
6.
No creemos en la universidad como un espacio neutro dentro de la
sociedad. Nuestra responsabilidad está en generar organización al
interior de aquélla, lo cual nos permita transformar la universidad,
para así poder transformar la sociedad.
7. La universidad no debe buscar ubicarse en los primeros ranking de la
competencia o el marketing universitario, de los cuales hoy en día
mucho se habla, sino en el primer lugar de aporte al desarrollo social
del país, el primer lugar en el fomento de la equidad en cuanto a la
composición social de sus estudiantes, que ocupe el primer lugar en el
desarrollo de la ciencia y tecnología al servicio de los intereses de
Chile y su pueblo.
8.
Creemos en una universidad permanentemente vinculada con los problemas
que nuestro pueblo le presenta, activa en la búsqueda de soluciones y en
la entrega de aportes por medio del conocimiento.
9.
La universidad es cada vez más un proyecto sin otro norte que no sea el
que le señala el mercado; a la educación superior se le ha puesto
precio y nuestras universidades son medidas por criterios industriales
de producción como si fueran una empresa más dentro del esquema
productivo de la nación, una empresa especial con muchas comodidades en
su proceso productivo, pero empresa al fin y al cabo.
10.
En este esquema, un rol fundamental lo jugó el desfinanciamiento
sistemático que vivió la universidad pública al momento de implementarse
las políticas neoliberales.
11.
Fueron cayendo rápidamente en la desgracia y el abandono, las
universidades públicas se volcaron a sí mismas, viviendo casi un
chauvinismo institucional, donde cada una se preocupaba de su propia
sobrevivencia, perdiéndose la visión de conjunto que poseía nuestro
antiguo sistema de educación superior pública.
12.
Este procedimiento operado en plena dictadura, siguió su curso con los
gobiernos de la Concertación, la cual no operó mayores cambios, más bien
se dedicó a administrar con comodidad el modelo heredado y en algunas
líneas, incluso, lo profundizó.
13.
El gobierno de los empresarios busca poner el broche de oro a la
privatización total de la educación superior, sellando definitivamente
la obra que iniciaron desde las sombras en los años ochenta.
14.
Para dar respuesta a este desafío debemos desplegar un movimiento que
escape a tan solo los estudiantes, necesitaremos de los académicos, los
trabajadores, las autoridades universitarias, todos juntos en las calles
exigiendo que el Estado cumpla con sus universidades, que el Estado
cumpla con la educación superior pública de nuestro país.
15.
Preguntarnos qué es lo que como universidad le estamos entregando a
nuestro pueblo. Necesitamos un nuevo trato del Estado para con la
educación superior pública de nuestro país y, a la vez, necesitamos un
nuevo compromiso de las universidades públicas para con el pueblo de
Chile y sus intereses, esta universidad tiene que ser la universidad de
todos los chilenos y no solo la de unos pocos.
16.
En nuestra casa de estudios se perpetúen desigualdades que determinan,
por ejemplo, que el 20% más rico de la población tenga más del 50% de
las matrículas, en cualquier sociedad que se precie de ser justa y
democrática esta desigualdad fundamental es inaceptable.
17.
¿Seguiremos educando solo a las élites socioeconómicas? ¿Seguiremos
dejando que solo aquellas disciplinas que son rentables en el mercado
alcancen niveles de desarrollo armónicos y de excelencia, o aseguraremos
de manera efectiva que todas las áreas del conocimiento tengan un trato
justo y así puedan contribuir a consolidar la sociedad que anhelamos,
ya no solo en términos económicos, sino que en términos culturales,
intelectuales, cívicos, valóricos, es decir, con seres humanos íntegros?
18.
Por más que quieran hacernos creer lo contrario, para nosotros la
universidad no puede ser un negocio ni mucho menos la educación puede
ser una mercancía.
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