1.
Es tan grande el número de políticos y empresarios que participó en la
compra y venta de votos que jamás se podrán reunir todas las pruebas; es
tan grande la cantidad de pruebas entregadas que jamás podrán contarse y
evaluarse por el IFE y el TRIFE. Lo que harán las llamadas autoridades
electorales es revisar las 20 acusaciones más sobresalientes y encontrar
los argumentos más adecuados para aceptarlas o rebatirlas. Lo que nunca
hizo el IFE fue comprobar de inmediato las acusaciones durante la
campaña pensando que con un abrumador triunfo de Enrique Peña Nieto –que
podría demostrarse en las urnas con conteos y más conteos- sería
suficiente, sobre todo si lograban que Andrés Manuel López Obrador
terminara en tercer lugar. Pero les falló el cálculo y aparecieron los
tremendos negocios en la compra de los votos.
2.
A Manlio Fabio Beltrones –ex gobernador, exsenador, exdiputatado, ex
precandidato presidencial, extodo, se le ocurrió (o le aconsejaron)
salir a la palestra para decir que Peña Nieto –el llamado presidente
electo de México- será proclamado por el IFE y el TRIFE entre unos días,
es decir, antes del seis de septiembre, para darle tiempo a preparar la
toma de posesión. Beltrones, como todos saben, es el político “pulpo”
que lo abarca todo y que mucho de lo que declara ya ha sido consultado
con los que interesa de manera directa. Así que en este mismo mes –sin
revisar todas las quejas o pruebas, pueden declarar lo que se espera.
Más aún, Beltrones quería la candidatura del PRI y la presidencia, pero
esperaba que de manera natural se la ofrecieran sin levantar ni un dedo;
Televisa y Peña Nieto se le adelantaron por más de cinco años.
3. Beltrones lo abarca todo: En 1997 el diario The New York Times vinculó a Beltrones y Jorge Carrillo Olea (entonces gobernadores de Sonora y Morelos, respectivamente) con el narcotráfico. El reporte acusaba a los funcionarios de proteger al narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, "El Señor de los Cielos". El origen de la información se remitía a más de 20 fuentes del gobierno mexicano y sus agencias de seguridad pública. Beltrones envió una carta a la dirección editorial del periódico en la cual negaba los rumores publicados y afirmaba que en su calidad de gobernador del estado de Sonora se caracterizó por denunciar por primera vez las actividades ilegales de Amado Carrillo Fuentes en el estado, acción que derivó en la confiscación de muchos de los bienes pertenecientes a este capo de la droga.
4. Imaginen el escándalo que se armaría en México –incluso internacional- si después de 80 años se aceptara poner a un presidente interino en el país por un flagrante fraude electoral en el que intervinieron poderosos políticos, el principal partido, grandes empresarios y bancos. Provocaría un profundo cambio de paradigmas en política y sería una gran revolución en los procesos electorales. Pero las autoridades electorales no se van a “aventurar” por ese camino porque como dicen en México: “Es mejor malo por conocido que bueno por conocer”. Se preguntan: ¿Qué tal si las masas descontentas y hambrientas rebasan a sus dirigentes y deciden hacer justicia por su propia cuenta? ¿Qué tal si regresan aquellos linchamientos de las masas de hacerse justicia por propia mano ante la terrible desconfianza a las instituciones?
3. Beltrones lo abarca todo: En 1997 el diario The New York Times vinculó a Beltrones y Jorge Carrillo Olea (entonces gobernadores de Sonora y Morelos, respectivamente) con el narcotráfico. El reporte acusaba a los funcionarios de proteger al narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, "El Señor de los Cielos". El origen de la información se remitía a más de 20 fuentes del gobierno mexicano y sus agencias de seguridad pública. Beltrones envió una carta a la dirección editorial del periódico en la cual negaba los rumores publicados y afirmaba que en su calidad de gobernador del estado de Sonora se caracterizó por denunciar por primera vez las actividades ilegales de Amado Carrillo Fuentes en el estado, acción que derivó en la confiscación de muchos de los bienes pertenecientes a este capo de la droga.
4. Imaginen el escándalo que se armaría en México –incluso internacional- si después de 80 años se aceptara poner a un presidente interino en el país por un flagrante fraude electoral en el que intervinieron poderosos políticos, el principal partido, grandes empresarios y bancos. Provocaría un profundo cambio de paradigmas en política y sería una gran revolución en los procesos electorales. Pero las autoridades electorales no se van a “aventurar” por ese camino porque como dicen en México: “Es mejor malo por conocido que bueno por conocer”. Se preguntan: ¿Qué tal si las masas descontentas y hambrientas rebasan a sus dirigentes y deciden hacer justicia por su propia cuenta? ¿Qué tal si regresan aquellos linchamientos de las masas de hacerse justicia por propia mano ante la terrible desconfianza a las instituciones?
5.
Todos los políticos y empresarios buscan controlar desde arriba los
cambios, arrojar mendrugos o limosnas desde arriba para que los de abajo
se entretengan peleándose como siempre por las migajas. En eso piensan
los del PRI, PAN y el PRD: un pacifismo que enseñe a ser tolerante, a
ser respetuoso del Estado de derecho, pero sobre todo a vivir siempre
con la esperanza que los de arriba comprendan. Entre tanto el grandísimo
equipo de seguidores de López Obrador sigue reuniendo pruebas
–posiblemente se reúne ya un camión de ellas- pensando en que serán
revisadas para obligar al PRI a declarar inválido el proceso electoral y
a que sea nombrado un presidente interino. Por ello Beltrones y demás
personajes del PRI han llegado a la conclusión de que no se puede
esperar más y que lo urgente es el reconocimiento de Peña.
6.
¿Pero es que alguien piensa en que todas las pruebas serán revisadas
para luego sacar de ellas un dictamen? La realidad es que sin revisar
las pruebas se tiene la idea y el planteamiento político: ¿Qué conviene
más determinar en estos momentos que todos los empresarios, los medios
de información, los del PRI y del PAN, la Iglesia presionan por
reconocer a Peña, y los estudiantes, el Movimiento Progresista y algunos
sectores de trabajadores presionan para que se desconozcan las
elecciones? El IFE, el TRIFE, saben que los gastos de campaña fueron
rebasados 10 veces por el PRI, que Monex, Soriana y las encuestadoras
intervinieron de manera abierta; pero meterse en el lío del conteo es
una “pérdida de tiempo sin salida”; así que la decisión tiene que ser
política y dependerá de las fuerzas que presionan y lo más fácil es que
nada cambie.
7.
Se ha unificado a millones de seres humanos tras el grito de “no a la
imposición de Peña” y al nombramiento de un gobierno interino; sin
embargo esa “unidad” es muy laxa, muy floja, débil, sin muchos
compromisos para mantener la lucha en las calles. En caso de que el IFE
obedezca al senador Beltrones y resulta declarar “ganador” a Peña entre
unos días, ahora sí no nos quedará otra que salir a la calle, a las
carreteras, a los bloqueos. ¿Estaremos preparados en serio para ellos?
Yo recuerdo que López Obrador señaló alguna vez que está muy confiado en
que será hasta el seis de septiembre o muchos días después porque hay
mucho (y más) que revisar. Por otro lado, aunque el movimiento
estudiantil, los oaxaqueños, la CNTE, los electricistas, Atenco y otros
grupos están puestos a luchas contra la imposición de Televisa y el PRI,
no están dispuestos a hacerlo sin coordinación. (6/VIII/12)
Pedro Echeverría V.
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