1.
Dirigentes del Movimiento Progresista –Alberto Anaya del PT y Jesús
Zambrano del PRD- dijeron hoy que en caso de que el TRIFE y el IFE
reconozca el triunfo de Enrique Peña Nieto para ocupar la Presidencia de
la República pueden surgir en el país muchos estallidos sociales y el
Movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador no puede ser
responsable. Señalaron que no están haciendo ninguna convocatoria, pero
que el país –que vive en una situación aguda de pobreza y hambre- ya no
resiste más engaños y burlas. Esa declaración que sólo se planteó como
una advertencia o un reconocimiento de una realidad, fue calificada
inmediatamente por el PRI y por los medios de información de
“irresponsable”. Anaya y Zambrano –es bien sabido- han tenido una
posición política pacifista y, por el contrario, han intervenido para
evitar el desbordamiento de la lucha de los pueblos.
2.
Lo que sucede es que la derecha política (PRI, PAN, empresarios, así
como los medios de información) han aprovechado todas las declaraciones
de los sectores progresistas para presentarlos como violentos ante la
opinión pública. Acusan de violentos a quien se atreve a describir
medianamente la verdadera situación de la nación mexicana que ellos
mismos, políticos y empresarios, se han encargado de mantener tal como
se encuentra: ¿Puede negarse acaso que mientras el 70 por ciento de la
población apenas alcanza para cubrir sus necesidades más inmediatas, el
otro 10 por ciento de los sectores más ricos goza de todas las riquezas y
privilegios? ¿Puede desmentirse que el desempleo es gigantesco, el más
grande de la historia y que más de 10 millones de mexicanos tienen que
ocuparse en la informalidad, salir del país o engrasar la llamada
delincuencia?
3.
Por eso cuando Anaya y Zambrano declaran con mucha tibieza que si los
resolutivos de la autoridad electoral confirman a Peña y, por el
contrario, no piden un gobierno interino, pueden surgir muchos
estallidos en el país, no están inventando nada sólo están repitiendo lo
que miles de investigadores y periodistas hemos escrito y advertido más
de mil veces, por lo menos durante los últimos 30 años: “Irresponsables
autoridades, empresarios y medios de información, dejen de jugar con
fuego y no despierten al México bronco porque después quizá nadie pueda
frenar su molestia y su rabia acumulada durante un siglo, por lo menos”.
Los únicos culpables de la situación tan oprobiosa del México
trabajador y desempleado, sólo han sido los grandes capitalistas que,
sin el menor sentido social, se han dedicado a acumular gigantescas
riquezas. ¿No será a caso justo que despierte?
4.
Vean nada más un resolutivo reciente del TRIFE o IFE (son iguales): No
hubo ventaja en el servicio y los tiempos usados por el PRI y el
Movimiento Progresista; no hubo ventaja en el comportamiento de las
casas encuestadoras y, al contrario, hay que felicitar su
comportamiento. ¿No es acaso un argumento que pone de idiotas a todos
los mexicanos? Solo falta ahora que resuelvan que las tarjetas de
Soriana, Monex y el lavado de dinero, no existió y que por tanto no hubo
compra de votos. Que cuando más el PRI, como los otros partidos, sólo
cometió errores que pueden solventarse con una multa millonaria que bien
puede pagarse con el presupuesto público. Por ello las palabras de
Anaya y Zambrano son apenas una breve reflexión de lo que podría pasar
causando alarma entre quienes explotan y gobiernan que son quienes
usando la violencia sometiendo a la población.
5.
Hay organizaciones de trabajadores que están en el extremo del
descontento: los 45 mil electricistas del SME que fueron puestos a la
calle; los miles de trabajadores de Mexicana de Aviación que han sido
bloqueados; la CNTE de maestros que ha sido vanguardia de las luchas; la
APPO de los trabajadores oaxaqueños muy reprimidos; los mineros
encabezados por Gómez Urrutia, muy perseguidos. El problema de estas
organizaciones es que no han logrado una coordinación a la que el
movimiento estudiantil Yo soy 132, junto con Tranviarios, el FAT,
telefonistas, trabajadores de la UNAM, podría contribuir. Por ello,
aunque Anaya y Zambrano no están diciendo nada nuevo al hablar de
“estallidos sociales”, sus palabras deben ser tomadas en cuenta porque
están repitiendo algo que está presente entre el pueblo. (21/VIII/12)
Pedro Echeverría V.
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