La criminalización de luchadores y luchadoras
sociales adquiere múltiples disfraces en Colombia. Desde la
“construcción” de pruebas hasta la eliminación física. Tal es el caso
del dirigente del Proceso de Comunidades Negras (PCN), Félix Banguero,
cuyo apresamiento es rechazado y denunciado por los movimientos
sociales. “Se trata de abrir las puertas a las transnacionales para
apropiarse de los recursos naturales”, resume su hijo.
Como “falsos positivos judiciales” han sido
analizadas las acciones de criminalización, captura y judicialización de
procesos sociales y líderes de estos procesos en Colombia, quienes han
sufrido la persecución bajo el señalamiento de ser auxiliadores, enlaces
o militantes de la insurgencia armada.
La idea de “falso positivo” corresponde a una táctica del paramilitarismo en ese país donde se intenta hacer figurar como base insurgente, mediante el adosamiento de uniformes guerrilleros a civiles miembros de comunidades rurales ultimados.
Es parte de la estrategia “espada de honor” de las Fuerzas Armadas regulares, que, con base en información electrónica y versiones de testigos de dudosa veracidad pretenden desarticular las estructuras de apoyo de la guerrilla colombiana.
Pero las organizaciones sociales dudan de estas intenciones, toda vez que se reconoce la importancia estratégica de los territorios indígenas, campesinos y de comunidades negras para el mercado internacional, principalmente en cuanto tiene que ver con la industria extractiva (megaminería, proyectos energéticos, hidrocarburos, agrocombustibles) factor clave de las llamadas “locomotoras del desarrollo” que sirven de ejes a la gestión de Juan Manuel Santos, presidente colombiano.
Para dichas “locomotoras”, en efecto, las organizaciones en defensa del territorio son un estorbo.
A más de dos meses de la captura de cerca de treinta personas en el norte del Cauca, bajo acusaciones de presunto nexo con la insurgencia armada, llama la atención el manejo que de este proceso han hecho los organismos del Estado: traslados a guarniciones militares, debilidad en las pruebas y limitación de acceso a la información, principalmente en los casos de líderes comunitarios de Cabildos Indígenas y de Consejos Comunitarios de población Negra.
Bajo esta lógica y en el reconocimiento histórico de la criminalización de la protesta social las organizaciones sociales han cerrado filas por la defensa de sus líderes y la dignificación de sus procesos.
Tal es el caso del PCN (Proceso de Comunidades Negras) que adelanta la campaña “te amamos y te queremos libre” en acompañamiento y respaldo a Félix Banguero, líder del Consejo Comunitario del Pílamo y fundador del PCN.
Félix, como otros tantos hombres y mujeres ha participado activamente en procesos de defensa de los Derechos Humanos y de los Territorios para sus comunidades hace más de 20 años en el norte del Cauca.
Sobre su trayectoria, analizando su caso y leyendo el contexto de conflicto y territorio, Radio Mundo Real dialoga con Karin Banguero, compañero e hijo de Félix, quien asimismo lidera la campaña por la libertad de su padre.
“Esto obedece a una lógica estructural de deslegitimar la lucha y la acción en defensa de los derechos…es una persecución política y también una cacería de brujas”, apunta Karin.
En el diálogo se refiere a la ofensiva contra los procesos sociales, como parte de la estrategia político-militar de “consolidación” que con el despliegue de acciones militares y aumento del pie de fuerza “que implica dar carta blanca al capital extranjero a través de las multinacionales”.
Entrevista y foto: Don Palabras para Radio Mundo Real
La idea de “falso positivo” corresponde a una táctica del paramilitarismo en ese país donde se intenta hacer figurar como base insurgente, mediante el adosamiento de uniformes guerrilleros a civiles miembros de comunidades rurales ultimados.
Es parte de la estrategia “espada de honor” de las Fuerzas Armadas regulares, que, con base en información electrónica y versiones de testigos de dudosa veracidad pretenden desarticular las estructuras de apoyo de la guerrilla colombiana.
Pero las organizaciones sociales dudan de estas intenciones, toda vez que se reconoce la importancia estratégica de los territorios indígenas, campesinos y de comunidades negras para el mercado internacional, principalmente en cuanto tiene que ver con la industria extractiva (megaminería, proyectos energéticos, hidrocarburos, agrocombustibles) factor clave de las llamadas “locomotoras del desarrollo” que sirven de ejes a la gestión de Juan Manuel Santos, presidente colombiano.
Para dichas “locomotoras”, en efecto, las organizaciones en defensa del territorio son un estorbo.
A más de dos meses de la captura de cerca de treinta personas en el norte del Cauca, bajo acusaciones de presunto nexo con la insurgencia armada, llama la atención el manejo que de este proceso han hecho los organismos del Estado: traslados a guarniciones militares, debilidad en las pruebas y limitación de acceso a la información, principalmente en los casos de líderes comunitarios de Cabildos Indígenas y de Consejos Comunitarios de población Negra.
Bajo esta lógica y en el reconocimiento histórico de la criminalización de la protesta social las organizaciones sociales han cerrado filas por la defensa de sus líderes y la dignificación de sus procesos.
Tal es el caso del PCN (Proceso de Comunidades Negras) que adelanta la campaña “te amamos y te queremos libre” en acompañamiento y respaldo a Félix Banguero, líder del Consejo Comunitario del Pílamo y fundador del PCN.
Félix, como otros tantos hombres y mujeres ha participado activamente en procesos de defensa de los Derechos Humanos y de los Territorios para sus comunidades hace más de 20 años en el norte del Cauca.
Sobre su trayectoria, analizando su caso y leyendo el contexto de conflicto y territorio, Radio Mundo Real dialoga con Karin Banguero, compañero e hijo de Félix, quien asimismo lidera la campaña por la libertad de su padre.
“Esto obedece a una lógica estructural de deslegitimar la lucha y la acción en defensa de los derechos…es una persecución política y también una cacería de brujas”, apunta Karin.
En el diálogo se refiere a la ofensiva contra los procesos sociales, como parte de la estrategia político-militar de “consolidación” que con el despliegue de acciones militares y aumento del pie de fuerza “que implica dar carta blanca al capital extranjero a través de las multinacionales”.
Entrevista y foto: Don Palabras para Radio Mundo Real
(CC) 2012 Radio Mundo Real
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