Chile: Por qué nos preocupa la “ley Hinzpeter”...por Ana Piquer

Con la “Ley Hinzpeter”, se abre la posibilidad de considerar como delito, punible con hasta 3 años de cárcel, conductas que no son más que el ejercicio de derechos humanos, tales como participar en una marcha pacífica, detener el tránsito con pancartas, manifestarse en la vía pública e incluso promover estos mismos actos en redes sociales.

El Proyecto de Ley que Fortalece el Resguardo del Orden Público, conocida como “Ley Hinzpeter”, modifica, entre otras cosas, el delito de desórdenes. Se ha argumentado mucho en torno a cómo esto permitirá detener el vandalismo y la violencia ocasionadas por encapuchados en las marchas, y cómo la legislación vigente está obsoleta y no permite hacer esto de manera efectiva.
Sin embargo, el texto propuesto para ello significaría una protección desproporcionada de la noción del orden público, a costa de limitar o vulnerar gravemente derechos humanos tales como la libertad de expresión y de reunión.
Es cierto que el Estado tiene el deber de resguardar el orden público, pero eso debe hacerse siempre dentro del marco del pleno respeto de todas las personas involucradas. Es cierto que el orden público se reconoce como límite a la libertad de reunión y de expresión, pero ese límite debe siempre cumplir con un “test” de 3 partes: estar establecido por ley, tener un propósito legítimo y ser demostrablemente necesario y proporcional para el logro de ese propósito. Y, de acuerdo al Comité de Derechos Humanos de la ONU, estas restricciones nunca pueden ser tan extensivas como para poner en entredicho el derecho mismo.
Con la “Ley Hinzpeter”, se abre la posibilidad de considerar como delito, punible con hasta 3 años de cárcel, conductas que no son más que el ejercicio de derechos humanos, tales como participar en una marcha pacífica, detener el tránsito con pancartas, manifestarse en la vía pública e incluso promover estos mismos actos en redes sociales. Transformar el ejercicio de derechos humanos en delito es probablemente una de las maneras más graves y directas de bloquear su ejercicio, lo cual iría en vulneración directa de los tratados de derechos humanos que el propio Estado de Chile ha ratificado.
Es por esto que Amnistía Internacional ha estado manifestando su preocupación ante este proyecto de ley desde el inicio de su tramitación, envió una carta a los parlamentario/as en marzo de este año con sus preocupaciones y ahora, en alianza con Acción AG y con el apoyo de Greenpeace Chile, se encuentra en campaña para recolectar firmas de quienes comparten nuestras preocupaciones.
Esto resulta aún más preocupante cuando se analiza la situación más amplia de las manifestaciones en Chile desde el año pasado. Ya se había manifestado preocupación respecto de las denuncias de violencia policial, tanto en la disuasión de las manifestaciones, como también tras la detención de los manifestantes. Muchas de estas denuncias provienen de personas que se manifestaban pacíficamente, y han visto en esto un mecanismo que busca coartar su derecho a manifestarse.
La presentación del proyecto de “Ley Hinzpeter” parece venir a coronar estas preocupaciones vinculadas con el respeto a los derechos humanos involucrados en la protesta social, y la utilización de medios desproporcionados para el control del orden público.
Para detener a un grupo pequeño de personas cometiendo desmanes, no parece necesario ni proporcional arremeter con el carro lanzaaguas y gases lacrimógenos contra todos quienes están marchando pacíficamente e incluso vecinos del sector. Para castigar de manera más efectiva a quienes causen desmanes, no parece necesario ni proporcional criminalizar a todos y todas quienes se manifiestan legítimamente.
Cualquiera sea la medida que se adopte para resguardar el orden público, debe imperar el pleno respeto de los derechos humanos de todas las personas involucradas.
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Foto: Cristián Rodríguez – Facebook de elquintopoder.cl

Vía:
http://www.elquintopoder.cl/ciudadania/por-que-nos-preocupa-la-ley-hinzpeter/