Chile es el único país del mundo que tiene sus aguas privatizadas,
la vigencia del código de aguas es de una inequidad feroz, como feroz es
la defensa que se hace de la propiedad privada sobre el agua, políticos
transformados en apóstoles de la causa privada del agua, autoridades
que llaman a cuidar el agua, bombardear nubes o construir carreteras del
agua, soslayando el problema de fondo, en Chile se lucra con un bien
nacional que debería ser de uso y dominio público...
Resulta ser un lugar común sostener
que el agua es esencial para la vida, esencial para la preservación de
los ecosistemas, esencial para el desarrollo y bienestar de las
comunidades.
Del mismo modo, es de sentido común
entender y declarar que el acceso al agua es y debe ser considerado un
derecho humano, ya que esto forma parte de las garantías indispensables
para asegurar un nivel de vida digno y adecuado, en particular porque es
una de las condiciones indispensable para asegurar la pervivencia de la
sociedad.
En América Latina se vive un proceso
creciente de toma de conciencia en torno al derecho esencial de acceder
al agua, movilizaciones masivas en Argentina, en Perú, indican que los
pueblos toman la decisión de ejercer soberanía sobre sus recursos
hídricos.
La lucha por la promoción y defensa de
los Derechos Humanos, ha estado asociada a la condición singular de cada
ser, a su dignidad, y por ende, de esta condición se derivan un número
importante de libertades y derechos, los que en su conjunto, tienen por
misión salvaguardar la esencia de cada mujer, de cada hombre, lo que
coloca límites, obligaciones y deberes al Estado, así como también a los
demás sujetos que conviven dentro de una comunidad.
Los derechos humanos son el resultado de
la lucha incansable de la humanidad por alcanzar condiciones de vida
adecuadas, no sólo a nivel individual, si no también colectivo.
El respeto por los derechos humanos
trasciende los sistemas políticos y jurídicos, en rigor, es un asunto de
ética y de decencia.
El agua por ser esencial para los seres
humanos, se encuentra íntimamente relacionada en cuanto a su acceso,
suministro y potabilidad, al desarrollo de la vida en condiciones
dignas.
La carencia de agua, la falta de
abastecimiento continuo para los usos personales y domésticos, la
negación a su acceso por razones de sexo, raza, edad, condición social o
factores económicos, sus usos no adecuados y su insalubridad, son todos
y cada uno de ellos, factores que atentan directamente contra la vida
de las personas y las poblaciones.
El agua debe ser garantizada en todos
sus aspectos, su negación por acción u omisión o por falta de acciones
del Estado, objetivamente atentan contra los seres humanos, sin
distinción alguna.
A propósito de todo lo anterior, el agua
no puede ser considerada un simple compuesto, ni tampoco como un
elemento importante en la elaboración de estrategias, tampoco puede ser
considerada como un recurso natural renovable, ni como un bien
comercial, una mercancía o un bien económico.
En Chile el código de aguas que se
formula durante la dictadura el año 1981, y absolutamente vigente en la
actualidad, considera a las aguas como un bien social, pero también como
un bien económico, separa la propiedad del agua del dominio de la
tierra, y le transfiere la prerrogativa al Estado de que sea este, quien
concede los derechos de aprovechamiento de aguas a privados, de forma
gratuita y a perpetuidad, dando origen al mercado de las aguas, del
mismo modo, el código de aguas creo dos categorías de derechos de
aprovechamiento de aguas, consuntivas y no consuntivas, y la diferencia
entre ambas categorías de derechos radica en la obligatoriedad de
devolver o no devolver un caudal al río, hoy el 90% de los derechos de
aprovechamiento de aguas consuntivas (no devuelven un caudal al río) se
encuentra en manos de empresas mineras y agroexportadoras, y en el caso
de los derechos de aprovechamiento de aguas no consuntivos (devuelven un
caudal al río), prácticamente el 100% de estos derechos se encuentra en
manos de transnacionales como ENDESA.
Mención especial es lo que sucede con la
provisión de agua potable a la población, en América Latina, y durante
la década de los 90, gobiernos neoliberales liderados en su momento por
Fujimori en Perú, Sánchez de Losada en Bolivia o Carlos Menem en
Argentina, iniciaron la privatización de las empresas sanitarias,
iniciativa que en Chile tuvo su correlato durante el gobierno de Frei
Ruiz Tagle, concertacionista que inició la privatización del agua
potable. Hoy este proceso se encuentra prácticamente concluido, ya que
el gobierno de la Alianza, en menos de dos años, ha terminado de vender
la participación pública en las empresas sanitarias Aguas Andinas,
Essval, Essbio y Essal.
Las iniciativas privadas mineras,
agrícolas, eléctricas, o el afán de lucro de las empresas sanitarias, no
se condicen con la necesidad humana de acceder al agua, la constitución
política de la república de Chile consagra el carácter privado de las
aguas, y como tal, el Estado de Chile no salvaguarda el bien común, por
el contrario, deja librado al mercado los enormes conflictos que se
viven en las diversas hoyas hidrográficas del país, ejemplo de esto es
lo que sucede en el patio trasero de la V región, concretamente en la
Provincia de Petorca.
La Ligua, Cabildo y Petorca, son hoy el
reino de Machiavello, debido a que en estas comunas se aplica el
principio “El fin justifica los medios”, es decir, agua a cualquier
precio para aumentar la plusvalía de los empresarios agrícolas y
mineros, en detrimento del acceso al agua para bebida de la población.
Drenes y pozos sin agua legalmente
constituida agotan las napas subterráneas, cerros plantados hasta el
infinito con Paltos de exportación, cuencas sobreexplotadas,
institucionalidad indolente e incapaz, presiones, amenazas, castigos,
políticos y empresarios coludidos para usurpar agua, zanahoria y
garrote, zanahoria para los que hacen la vista gorda ante el robo de
agua, garrote para los que luchan para restituir el imperio de la ley en
los ríos de la provincia de Petorca, garrote para los que luchan por un
derecho humano esencial e imprescindible para las personas, AGUA, nada
más, pero tampoco nada menos.
Chile es el único país del mundo que
tiene sus aguas privatizadas, la vigencia del código de aguas es de una
inequidad feroz, como feroz es la defensa que se hace de la propiedad
privada sobre el agua, políticos transformados en apóstoles de la causa
privada del agua, autoridades que llaman a cuidar el agua, bombardear
nubes o construir carreteras del agua, soslayando el problema de fondo,
en Chile se lucra con un bien nacional que debería ser de uso y dominio
público, atentando contra los derechos humanos de las Chilenas y
Chilenos, los hechos son más elocuentes que mil palabras.
Rodrigo Mundaca. Ingeniero AgrónomoSecretario MODATIMA.
http://www.mapuexpress.net/?act=news&;id=8206
Vìa:
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/7652-en-chile-la-privatizaci%C3%B3n-de-las-aguas-viola-los-derechos-humanos.html
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