Ay, este pinche dolor; de verdad que no pensaba yo que en por días de
violencia hubiera algo que me llegara tanto al alma como lo que hoy
pasó en la “estúpida Guatemala” y léase bien, dije “estúpida Guatemala” y
no dije “los guatemaltecos son estúpidos” ; si el gigante llamado
“Violencia extrema” se está tragando a México, los mexicanos nos estamos
volviendo hipócritas por tanta violencia que dejamos pasar y los
Políticos se están convirtiendo en los ganadores de todo pues colocanen
lugares clave a “tontos útiles” como digo “Ay, nunca pensé que el dolor
me llegara por ese lado.
Lo conocí cuando yo tenía 15 años, lo oí
cantándole a la señora de Juan Fernández y la picaresca de su canción me
hizo pensar en nuestro Chava Flores, pero también al escucharlo la
imagen de invitar a mi mundo de ideas a Joan Báez llegó; así, ellos, más
Oscar Chávez, mi iniciaron en eso de encontrarle el cuerpo a mi alma.
Con
Facundo Cabral supe que Dios discutía en español, ese hablar desde el
fondo de la cueva con el inigualable acento italo/español inventado por
los rio platenses y ese cantar platicando o platicar cantando obligaba
al tiempo a que se detuviera.
Cuando mi tiempo dentro del cuerpo
llegó a calificarme ya como un adulto, él, Facundo me permitía detener
mi andar para escucharlo, supe de sus tragedias, escuché que la muerte
ya lo había abofeteado y el, estoicamente convertía su dolor en canción,
supe que el destino le había arrancado un huevo, y siguió cantando.
Alguna
vez lo vi junto a Alberto Cortez y siguió siendo soberbio, enorme,
angélico, Alberto dejaba de cantar y lo miraba, ahí, entendí que Facundo
Cabral además de cantar, hacia las ve médium entre el ser y el deber
ser.
Una vez lo escuché diciendo un rosario de verdades, ahí
explicaba lo que en realidad es la vida del hombre Latino Americano
Moderno, Facundo dijo “este mundo suele ser gobernado por pendejos
porque son muchos, porque, al ser muchos, y tener el voto, por añadidura
votaban por lo que naturalmente lo jalaba, por un pendejo” Facundo
hablaba con tal fuerza que no podía parar, era como un tren perfecto
pero sin frenos… paro, hasta que un pendejo la mató.
Pero, ¿saben?
Yo no lo voy a dejar morir, no voy ni siquiera a buscar en las páginas
del diablo (la web) la causa, el porqué, el cómo, o donde a Facundo le
arrebataron el alma, no quiero saber donde le abrieron los agujeros para
que se le escapara el alma, …no quiero.
El punto es que aFacundo lo mató uno de esos a los que su abuelo refería como a los únicos que se les debería de tener miedo.
La
noticia de la Muerte de Facundo Cabral me le dio hoy, a las 11 de la
mañana mi Mercedes, sabía que solo me tenía que decir poquitas cosas
pues en eso del sentido musical ella y yo estamos más que casados,
Mercedes supo que solo me tenía que decir las primeras letras y yo
adivinaría las siguientes.
Mi tristeza entonces no me llevará a
leer la biblia, mejor leeré a Julio Cortázar, a García Márquez, a Jorge
Lofredo;y cuando le pida a los dioses que el alma de Facundo este
contenta, no me santiguaré, en lugar de ello arrojaré con violencia mi
puño hacia atrás de mi espalda al tiempo que diré “!que chinguen a su
madre los pendejos!”
Ultimo patrullaje.- este México nuestro está ya viviendo una guerra civil, en esta no hay buenos, pelean malos contra mas malos.
Balazo al aire.- -Humanidad, ¿hasta dónde nos vas a llevar? –pobrecito del mundo, pobrecito de mi,
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