siete días dos puñaladas directas
al corazón, por más que desde La Moneda se diga que los sondeos no son
su principal motivación. La primera estocada llegó temprano, el martes,
cuando la encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea
(CERC) reveló que la desaprobación a la gestión del mandatario se elevó
de 41 por ciento a 53 por ciento en seis meses. La segunda, y más filosa
aún, se perpetró el jueves, mientras Piñera aterrizaba en México: el
influyente y esperado muestreo Adimark indicó que la evaluación a su
labor es rechazada por el 60 por ciento de la población, versus un 31
por ciento que la aprueba.
Ambos porcentajes son históricos y, al menos el primero, es el más
bajo que recibe un presidente desde que volvió la democracia, en 1990.
“El presidente Piñera tiene niveles de desaprobación más altos que el
propio Pinochet. Hemos llegado a un nivel brutal. Pinochet era más
popular que Piñera”, dijo el presidente del Partido Socialista Osvaldo
Andrade, mezclando ironía y preocupación respecto de las cifras logradas
por Piñera, que superan los peores registros de Michelle Bachelet,
cuando en septiembre de 2007 anotó un 46 por ciento (por la crisis del
Transantiago) y Eduardo Frei (45 por ciento de desaprobación en
diciembre de 1998, durante la crisis asiática).
Con su jefe de visita en el país del tequila, fue la ministra vocera
del gobierno, Ena von Baer, la que puso el pecho. Si bien reconoció la
baja sintonía del gobierno de derecha con la ciudadanía, diluyó los
números al referirse a las encuestas como un “descontento generalizado”.
Inteligentemente, la respuesta se había ido preparando con tiempo. En
los pasillos de La Moneda se sabía, de antemano, que las últimas
encuestas y las que vienen serán malas. Era evidente que el movimiento
estudiantil, que ha convocado a marchas multitudinarias en reclamo por
un sistema heredado de los tiempos de Augusto Pinochet, el reclamo
popular a la probable instalación de centrales hidroeléctricas en la
Patagonia y la estafa perpetrada por una gran tienda a miles de clientes
–en medio de un gobierno considerado de y para los empresarios–
golpearían con fuerza al propio Piñera y a su ministro de Educación,
Joaquín Lavín.
“Creemos que aquí, y lo muestran los números, hay un descontento
generalizado y éste es un llamado de atención a la clase política en
general, que tenemos que escuchar mejor y, al mismo tiempo, hacernos
cargo de las inquietudes de la ciudadanía.” Hábil, la ministra pasó la
pelota al otro equipo. De lograr el acuerdo en materia educativa, será
una demostración de que la clase política “puede estar a la altura de lo
que los chilenos esperan”.
Es que la oposición, aglutinada mayoritariamente en la Concertación,
tampoco ha estado en línea con los reclamos en la ciudadanía. En ambas
encuestas, su aprobación estuvo también bajo la línea histórica de
desaprobación, lo que encendió aún más las alertas. “Pero somos
oposición”, coinciden varios parlamentarios, restando dramatismo y
devuelven la pelota al gobierno. “Lo que se necesita es un cambio de
estrategia en el rol del gobierno, que tiene que dialogar en serio con
la oposición, buscar verdaderamente grandes acuerdos que el país espera
de nosotros. La ciudadanía busca que nos preocupemos por los problemas
reales y no por las ambiciones políticas personales o de protagonismos
que están desarrollando algunos hoy en día”, sostuvo el diputado
opositor Jorge Tarud.
Lo mismo opina la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei. “Tenemos que
entender que la ciudadanía está ‘cabreada’ (molesta) de todos nosotros,
de todos los políticos, de todos los sectores.” Ella pertenece a la
UDI, uno de los dos partidos de derecha que conforman el gobierno de
Piñera. Desde las filas oficialistas, la mirada tampoco es muy
halagüeña. Si bien confían todavía en que el ministro Lavín revertirá su
posición actual en las encuestas –de 70 por ciento en mayo cayó a 46 en
junio–, lo cierto es que las voces que piden cambios de gabinete crecen
y no sólo desde las huestes opositoras.
En el interior de Renovación Nacional, el otro conglomerado
oficialista, piensan de manera similar. Por ahora, Piñera no ha dado
señales en ese sentido. Sin embargo, esta semana se vienen días
complejos. El gobierno entregó el martes una propuesta por cuatro mil
millones de dólares para mejorar la educación superior y la entrega de
200 mil becas, entre otras medidas. Por ahora los estudiantes las
rechazaron de plano, mientras los rectores deberán decidir si la
aprueban o no. Junto a ello, los mineros del cobre anunciaron un paro
total de actividades para mañana, haciendo coincidir la fecha con los 40
años desde que el presidente Salvador Allende renacionalizó el cobre.
La fecha simbólicamente es potente, el mineral explica más de la mitad
de las exportaciones chilenas y la figura socialista de Allende ha
tomado fuerza en los últimos días en contra de la mirada que tiene de
este gobierno la ciudadanía.
“El grupo que más critica al gobierno son los más pobres, a esa
gente le irrita el exitismo del gobierno. El gobierno no puede
conformarse con las cifras macroeconómicas, pues en el Chile de hoy la
gran demanda es la igualdad”, explicó en una entrevista con un matutino
el presidente de Adimark, Roberto Méndez.
Habrá qué ver ahora cómo se desempeña el ministro de Minería,
Laurence Golborne, que todavía conserva y saca provecho al saldo que le
quedó del rescate de los 33 mineros. Por ahora mantiene un 75 por ciento
de aprobación y se perfila como el más seguro presidenciable para 2014;
no obstante y casi sin opinar de Chile, la ex presidenta socialista
Michelle Bachelet aparece en los rankings dando la pelea, sin querer
darla, al menos en público.
A ella, en su momento más difícil, no le tembló la mano para sacar a
ministros clave que no dieron el ancho. Ese recuerdo ha rondado en la
cabeza de muchos, pero no se debe olvidar que su sucesor es distinto. Un
presidente que ofreció excelencia y al que hoy más del 60 por ciento de
la población le reclama.
Vìa, fuente :
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-171957-2011-07-11.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-171957-2011-07-11.html
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