Libertad: la demanda
del mundo árabe
del mundo árabe
Manifestante sirio, muestra las palabras árabes en sus manos "Sií a la libertad, no a la violencia". Foto Ap/Salman Muzaffar |
Una entrevista con el
poeta sirio Adonis
poeta sirio Adonis
Defensor
histórico de la creación de democracias laicas en el mundo árabe,
aunque también opositor irreductible de las intervenciones extranjeras
en los asuntos internos, el poeta sirio Adonis (Ali Ahmad Said Esber)
–varias veces candidato al Premio Nobel de Literatura y una de las
voces literarias más relevantes del mundo árabe– reconoce en las
demandas de los movimientos actuales algunas de las banderas que
defendió a lo largo de su vida y se muestra optimista, incluso ante la
reacción brutal de dictadores como el libio Muammar Kadafi.
–Usted
siempre se ha manifestado en contra de la injerencia extranjera en
asuntos árabes y ha dicho también que “si queremos tener sistemas
democráticos, tenemos que tomar las riendas de la situación”. ¿Qué
opina de las manifestaciones populares que se han esparcido por Túnez,
Egipto, Libia, Yemen y otros países de la región en las últimas
semanas?–Lo que hoy día sucede en los países árabes es importante no sólo en el plano contemporáneo, sino histórico. Son eventos atípicos en la historia árabe, por cuatro razones básicas. Primero, porque esas manifestaciones no son ideológicas, no fueron lideradas por una clase, ya sea de trabajadores, militares o burgueses. Segundo, por la gran participación de las mujeres, sobre todo las jóvenes, algo completamente nuevo en la sociedad árabe. Tercero, porque, salvo en el caso de Libia, son revueltas sin violencia. Cuarto, porque no son manifestaciones volcadas hacia el exterior, no son en contra o a favor de ningún otro país o pueblo, su única demanda es la libertad. Estamos ante un movimiento que va a durar, porque su espíritu es nuevo. Aun cuando haya algunos obstáculos en estos instantes, ese movimiento va a continuar y se va a extender a otros países.
–¿Existen condiciones para la democracia laica en los países árabes? ¿Cuál es el papel que la religión debe tomar en esas sociedades?
–La cuestión no es propiamente la religión, sino el monoteísmo, que para mí es esencialmente antidemocrático. Sea cristiano, musulmán o judío, el monoteísmo cree que posee la verdad última. Así, el individuo no tiene nada que aportar a la sociedad, sólo debe creer y obedecer. ¿Cómo puede haber democracia en esas condiciones? Sobre todo en sociedades mixtas como las de nosotros, donde hay practicantes de todas las religiones y también muchos ateos. Sólo podemos ser demócratas si las creencias religiosas se vuelven hábitos individuales. Musulmanes, cristianos y judíos deben tener su espacio, pero la sociedad no puede tener religión, ella pertenece a los seres humanos, con sus derechos y libertades. Es necesario separar la política de la religión, lo cual suena simple, pero no lo es. Cuando entendamos eso, abriremos un nuevo horizonte en nuestras sociedades. Pero será un combate largo, porque la democracia es un tema de educación y cultura, y exige antes que nada un reconocimiento del otro. Lo que está sucediendo ahora es un comienzo. En vez de disputar quién ostenta la verdad última, debemos creer que la verdad es una búsqueda común y que está en el futuro y no en el pasado.
–Usted acostumbra decir que la cultura árabe está basada en dos cosas esenciales pero opuestas: la religión y la poesía. ¿Qué papel tuvieron esos dos elementos en la formación de la cultura árabe?
Adonis (Ali Ahmad Said Esber) en foto tomada de: praguepost.com |
–¿Cómo es hoy esa relación entre poesía y religión? ¿Existe un espacio para artistas e intelectuales que no celebran el status quo religioso y político?
–Si lo que uno quiere es crear poesía verdaderamente nueva, es necesario combatir las ideas heredadas de la religión, porque crear es ser libre de toda ideología y de todo pensamiento a priori. En nuestra cultura actual, encontramos una gran influencia de la religión en todos los estratos de la sociedad, porque la educación, la familia, las relaciones sociales, la universidad, todo está fundado o influido por el espíritu religioso. Si comprendemos la poesía como visión del mundo, y no sólo como cantos o versos, entonces hoy no encontramos gran poesía entre nosotros. Los grandes pensadores y artistas que rechazan los valores vigentes son mal vistos y malditos.
–Su obra se halla ligada siempre a la idea de “modernismo árabe”. ¿Cómo se relaciona su trabajo con la tradición poética árabe?
–Tengo una relación profunda con el lenguaje de grandes creadores que hicieron una abstracción de la religión como visión del mundo. La cultura árabe tiene muchos de esos poetas: Abu Nuwas, Abu Tammam, Al-Ma’arri, los grandes místicos. Todos eran antirreligiosos. Intento hacer una lectura de la tradición que rehabilite a esos grandes personajes, porque considero que no podemos ser modernos y religiosos al mismo tiempo. Las sociedades árabes fallaron, esencialmente, porque aprovecharon sólo los subproductos de la modernidad. Tenemos carros, aviones y todo aquello que superficialmente indica progreso. Pero no podemos tomar un avión y rechazar el espíritu que lo inventó. Los árabes adoptamos los productos de la racionalidad moderna, pero rechazamos los principios de la razón que los hizo posibles. O repensamos nuestra relación con la religión o jamás seremos modernos.
–¿Qué opina de la obra de los modernistas occidentales, como T.S. Eliot y James Joyce? ¿Qué autores occidentales fueron importantes en su formación?
Manifestante pro-presidente sirio, muestra su bandera en la mano con las palabras: “Sólo Bashar”. Foto: AP/Bassem Tellawi |
–Usted vive en Francia desde los ochenta. ¿Cómo ve la evolución (involución) del diálogo entre Occidente y Oriente en ese período?
–Civilización es apertura, diálogo e intercambio. Pero hoy sólo hablamos de intercambios que poco tienen de humanos, basados en el interés y en la política. Si mi creencia es una negación de la suya, ¿cómo podemos dialogar? Podemos convivir, mantener relaciones comerciales, pero un verdadero intercambio es imposible. El diálogo que tenemos hoy no sirve para nada. El único diálogo eficaz es aquel que da entre creadores, porque no hay prejuicios ni verdades a priori. Es eso lo que crea unidad entre los seres humanos. Es necesario insistir en el diálogo cultural, no sólo en el comercial, político y militar. En vez de pensar en el mundo como un mercado, deberíamos pensar en él como una universidad.
–¿Está de acuerdo con las teorías de Edward Said sobre el “orientalismo”? ¿Cuáles serían hoy las mayores limitantes de Occidente para comprender la historia y la cultura árabes?
Un manifestante anti-Kadafi hace el signo de la víctoria con la mano pintada con la antigua bandera de Libia Foto AP/ Hussein Malla |
* Publicada el 19 de marzo de 2011 en Prosa e verso,
suplemento literario de O Globo.
suplemento literario de O Globo.
Traducción del portugués de Iván García
Fuente, vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2011/04/10/sem-sirio.html
http://www.jornada.unam.mx/2011/04/10/sem-sirio.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario