1. De entrada había que definir que es un gobierno de izquierda diferenciándolo con los gobiernos socialdemócratas. Los gobiernos de izquierda nacieron a partir de rebeliones y revoluciones armadas (desde abajo), en sus primeros años: Rusia, China, Cuba, Nicaragua, aunque después se hayan burocratizado o derechizado. Los gobiernos socialdemócratas o de centro izquierda, son producto de procesos electorales muy disputados: Allende en Chile, Chávez en Venezuela y Morales en Bolivia. Los tres primeros, con excepción de Nicaragua, tomaron el poder buscando eliminar a la burguesía; los sandinistas, allendistas, chavistas y evomoralistas –en nombre de la democracia y la pluralidad- han permitido que el imperio yanqui y las burguesías locales –que controlan el poder- se organicen para recuperar el gobierno.
2. En ninguno de aquellos países se registra con gravedad el narcotráfico como en los gobiernos derechistas de México, Colombia, EEUU y países centroamericanos. Parece que el país más poderoso en economía y venta de armas –el de los yanquis- es sumamente atrayente para los negocios del narcotráfico por eso México (también Colombia y CA) distribuye allí el 90 por ciento de su producción. Y si en la relación producción-consumo lo determinante es esto último, la solución sería cerrar el gran mercado yanqui o abrirlo totalmente para que los gringos se llenen de la hierba y otros sofisticados productos. ¡Qué importante sería que la introducción libre de mayores cantidades de esos productos que sirven para pensar, ayuden al pueblo norteamericano a destruir a su propio imperio opresor del mundo! Una guerra de la droga que sirva para la liberación del mundo.
3. En el desayuno de 2006 del embajador yanqui Tony Garza con López Obrador se dijo que el consumo de drogas estaba creciendo y que el combate al narcotráfico y el terrorismo deberían ser temas importantes para la próxima administración. "López Obrador respondió que deseaba darle a los militares más poder y autoridad en las operaciones antinarcóticos porque eran fuerza menos corrupta de las agencias mexicanas y la más efectiva". Expresó su intención de "consolidar las agencias de seguridad e inteligencia, incorporando a la Policía Federal (PF) y al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) dentro de la Secretaría de Gobernación (Segob)". Argumentó que la concentración "ayudaría para ahorrar dinero, eliminar las luchas de poder entre agencias y darle a Gobernación un papel más importante en asuntos internos”.
4. Hoy es casi imposible acabar con el narcotráfico en México porque se ha penetrado en todas las esferas de poder. Sin embargo, para acabarlo, debe ponerse en primer lugar el pensamiento, las reflexiones, y muy atrás la violencia y las armas. ¿Puede hacerse a un lado los intereses que se mueven a su alrededor? No debe olvidarse que paralelo al narcotráfico funciona un gigantesco negocio de venta de armas ubicado en EEUU, una justificación política en el país para todo y una preparación sicológica de masas para usarla cuando a las clases dominantes interese. La guerra, que ha traído 40 mil muertes en México, sólo es lo que más llama la atención, el espectáculo; tras ella está esconder el gigantesco desempleo, los salarios de hambre, la ingobernabilidad, la desconfianza de inversionistas, los arreglos de partidos por la sucesión presidencial.
5. ¿Qué hubiese hecho un gobierno de izquierda, o qué se debió hacer desde que en diciembre de 2006 Calderón asumió la Presidencia? En primer lugar una serie de reuniones con especialistas para analizar la situación del país y comprender el contexto del narcotráfico. Calderón hizo reuniones con sus cercanos y sus amigos quienes le recomendaron colocar inmediatamente al ejército en las calles –con el pretexto del narcotráfico- para demostrarle a la oposición amloísta su capacidad para movilizar al ejército, la marina y la aviación. No se trataba de combatir al narcotráfico –como se dijo- sino de demostrar que se tenía fuerza, una estrategia militar de gobierno y que cualquier oposición contra su régimen se la iba a pelar. Los narcos hacían sus negocios de manera pacífica y comerciaban con enorme amplitud en los EEUU.
6. Pero Calderón tenía mucho miedo que su gobierno no pudiera estar siquiera un año porque la presión continuaba. Los narcos, en las primeras semanas, avisados de los movimientos del gobierno, jugaban al gato y al ratón; sabían que era una simple campaña política que concluiría hasta que el presidente ilegítimo se consolidara. Pero los narcos no tenían ni un pelo de tontos y se dedicaron a comprar a más jefes policiacos y del ejército. Mientras Calderón buscaba lucirse con su espectacular guerra, los narcotraficantes crecían en número mientras el ejército y la policía sufrían miles de deserciones cuyos militares iban a formar parte de nuevos grupos del narco. ¿Dónde se formaron y entrenaron los llamados Zetas sino dentro de las escuelas policíacas y del ejército? Mientras el ejército contrata campesinos, los zetas se hacen de ellos después de ser entrenados.
7. Si López Obrador (según Wikileaks) por presión del embajador yanqui planteó el fortalecimiento del ejército y la unificación de las fuerza de seguridad, hoy debe saber –y lo ha dicho varias veces- que las fuerza armadas son simples ídolos con pies de barro cuando el pueblo en las calles se decide a luchar. Sabe AMLO que ninguna salida militar y represiva deja de ser asesina y que cualquier narcotráfico o “delincuencia” se resuelve creando millones de empleos y pagando salarios que den dignidad a la vida de los trabajadores y sus familias. Sabe que en lugar de estar esperando inversiones extranjeras basta rascar los miles de millones que tienen los empresarios en bancos extranjeros, reducir el 50 por ciento de los salarios y gastos de funcionarios, para que la inversión social en educación, salud, vivienda y servicios, hagan que los trabajadores recuperen su confianza.
http://pedroecheverriav.
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