El Gobierno decidió
reducir el porcentaje de crecimiento en el gasto público que propuso
para la ley de presupuestos del año. No es primera vez que cambia una
legislación adoptada poco tiempo antes. ¿Qué modificaciones se
produjeron desde entonces en materia de presiones inflacionarias,
definido como el propósito central de la decisión? El cambio principal
se registró en alzas de precios en los mercados internacionales, sobre
lo cual no incide en nada políticas que se adopten en Chile.
La medida se fundamenta en cumplir con un doble cerrojo que se impuso
al crecimiento del gasto público: la regla fiscal aplicada desde
comienzos de siglo, que ha conducido a colocar una suma significativa de
recursos fiscales en activos financieros en el exterior, y la defendida
en cualquier circunstancia por Piñera que el gasto debe crecer por
debajo del producto. Desde luego, ello limita destinar fondos a
necesidades básicas del país y a cumplir realmente en una medida
adecuada con promesas electorales efectuadas. Va en la dirección de
reducir del crecimiento de la demanda interna cuando datos sectoriales,
como el de la producción industrial, entregan señales que la economía se
estaría desacelerando.
El Ministro de Hacienda
dio a conocer una reducción en el gasto público acordado para 2011 de
US$750 millones a US$800 millones. La medida fue adoptada en una
reunión efectuada por Sebastián Piñera, los ministros del área política, junto a Felipe Larraín y la directora de presupuesto, Rosanna Costa, que entregaron la proposición, que se corresponde con una propuesta efectuada con anterioridad por el udista Instituto Libertad y Desarrollo
(ILD). Con esta disminución el crecimiento real del gasto será de 5%,
0,5 puntos porcentuales inferior al establecido en la ley de
presupuesto. Ya en 2010 el gasto público primero de redujo y luego se
subejecutó. O sea, corresponde a una orientación en aplicación desde el
inicio de la actual administración, a pesar del 27-F. “Esto cumple
–explicitó Felipe Larraín- con lo que nos hemos comprometido que el
gasto público crezca menos que lo que crece la economía (…)” (24/03/11),
cuya expansión con relación al año anterior estimó en 6,1%. De esta
manera, el manejo del gasto queda acotado en su disminución por dos
mecanismos, la regla fiscal establecida durante el gobierno de Lagos,
que se sigue aplicando, y su relación con el crecimiento del producto
pregonada insistentemente y en escenarios diferentes por Sebastián
Piñera.
Crecimiento del gasto público real 2000-2011 (Fuente: Dipres. En porcentaje de variación con relación al año anterior) | |||||||
Año | % | Año | % | Año | % | Año | % |
2000 | 2,0 | 2003 | 1,5 | 2006 | 6,8 | 2009 | 16,9 |
2001 | 5,7 | 2004 | 6,3 | 2007 | 9,2 | 2010 | 7,0 |
2002 | 4,1 | 2005 | 6,6 | 2008 | 8,2 | 2011 (*) Estimación | 5,0 |
El titular de Hacienda argumentó la
reducción acordada en el gasto como una forma de combatir las presiones
inflacionarias provenientes principalmente del incremento en los precios
internacionales de los alimentos y los combustibles. En verdad, el
gasto público en Chile en nada incide sobre las cotizaciones en los
mercados mundiales, sino la decisión más bien tiende a que la acción
presupuestaria aporte menos al incremento de la demanda interna, “Se
está buscando –manifestó Hernán Frigolett, de Aserta Consultores-,
una señal psicológica y dejar a algunos centros de estudios tranquilos.
Las presiones inflacionarias no tienen mucho que ver con el
presupuesto fiscal. (…) más bien debilita la demanda interna y, por
esa vía, podría tener algún impacto de menor crecimiento” (24/03/11).
Larraín subrayó igualmente que las
disminuciones no afectarán los compromisos adquiridos en beneficios
sociales. Lo cierto es que las promesas efectuadas se van
materializando lentamente y en un monto inferior a las posibilidades que
tiene el país si se considera la magnitud alcanzada en los ingresos
fiscales, variable que Larraín excluyó de su análisis. Un ejemplo lo
proporciona el ingreso ético familiar, que comenzará a
entregarse en una primera etapa partir del mes de abril. En primer lugar
se redujo el número de beneficiarios a solo las 130.000 familias
consideradas más vulnerables del programa Chile Solidario.
Luego, el total se subdividió en tres grupos. Al primero se le
entregará $7.500 por integrante del núcleo familiar, $6.000 a los del
segundo y $4.500 al tercero ($150 diarios). De esta manera, no se saca a
estas personas de la situación de extrema pobreza. ¿No habría sido
mejor, por ejemplo, destinar los recortes a efectuar en el gasto a
ampliar los beneficios a proporcionar? La contracción equivale a seis
veces la suma a entregar en 2011 por el bono ético familiar y ocho
veces más a lo que se va a destinar por concepto de posnatal.
En cuanto al 7% en salud que se le descuenta a los jubilados el
proyecto de ley dado a conocer lleva a 0% el descuento en el primer
quintil, o sea en el sector de la población de menores ingresos, recién
en octubre de 2012, para serlo en el segundo quintil en octubre de 2013 y
al tercero se le disminuirá el recorte impositivo de 7% a 5% en octubre
de 2014. Es evidente que existen condiciones fiscales para ir mucho más
rápido y no seguir demorando como se ha hecho su aprobación y para
ponerlo en ejecución en un plazo menor y más masivamente.
Es evidente que nuevamente la lentitud
en entregar el beneficio y acotarlo a parte de los jubilados está dado
por reducir el gasto fiscal tanto en el presente año como en los
siguientes. De acuerdo a estimaciones del ILD el gasto en el primer
quintil asciende a sólo US$11,7 millones y en el segundo a US$36,7
millones, creciendo a US$45,3 millones con la disminución del gravamen
propuesto para el tercer quintil, sumando el gasto total US$120 millones
el 2014, sin considerar los aumentos en el número de receptores a
partir del 2009, cuando se publicó la última encuesta Casen.
Al igual que en el ejercicio pasado, en
el primer bimestre se produjo una subejecución del gasto que alcanzó a
un 8,4%. Las reducciones, con relación a los montos proyectados, se
dieron entre otras partidas en subsidios y donaciones (10,6%), bienes y
servicios de consumo (10,4%), mientras que los gastos del personal
disminuyeron 2,4% en relación a enero-febrero 2010.
Desde luego, para ir más lejos se requiere modificar la regresiva estructura tributaria chilena. Tiene razón Ricardo Lagos
cuando en un reciente documento programático plantea a través de elevar
los impuestos a las utilidades de las empresas enfrentar el acuciante
desafío de mejorar la distribución de los ingresos, subrayando la
importancia de revisar “un sistema impositivo heredado de Büchi el
año 84”, en el cual se privilegió “que las empresas invirtieran y no
distribuyeran utilidades” (30/03/11). En verdad, se han dedicado en
sectores fundamentales con más frecuencia a llevarse las utilidades que
en invertir. “Hoy –añadió el ex presidente-, cuando tantos empresarios
chilenos invierten en otros países en los que se tributa sobre
utilidades devengadas y con impuestos muy superiores al 17% que se paga
en Chile en forma permanente, es necesario meditar muy seriamente acerca
de cómo encarar (…) este tema”. A lo menos, el incremento transitorio
para “financiar” la reconstrucción debería transformarse en definitivo.
José de Gregorio
explicitó más directamente el objetivo de la medida. Esta decisión,
manifestó, “debiera contribuir a la moderación de la demanda agregada”
(28/03/11), lo cual indica al mismo tiempo que se continuará moviendo al
alza la tasa de interés de referencia del Banco Central,
que se encuentra en 4% nominal anual. Agregando, dándole a la economía
chilena una incidencia en la mundial que evidentemente no tiene:
“Necesitamos contribuir al ajuste global (…)”. Sumándose así a las
formulaciones efectuadas por el director del FMI, Dominique Strauss-Kahn,
que “el crecimiento de la mayoría de las economías latinoamericanas
ahora ha regresado al potencial, y en muchas de ellas hay señales
preocupantes de recalentamiento”. Paralelamente hizo un llamado a las
economías latinoamericanas a dejar que sus monedas se aprecien, lo cual
contribuye a aminorar los ritmos inflacionarios y tiene consecuencias en
su comercio exterior y en el caso de Chile contribuye a acentuar la
deformación productiva del país.
Esta acción para frenar el crecimiento de la demanda se adoptó cuando el INE entregaba
la información sobre producción industrial a febrero. En doce meses
creció apenas en 1,9%, cuando en el mismo mes de 2010 había descendido
en 0,4% y en el segundo mes de 2009 en 11,7%, siempre en cifras
anualizadas. Es decir, la producción de febrero 2011 fue un 10,4%
inferior a febrero de 2008, indicando dramáticamente la realidad de la
industria manufacturera. Este reducido incremento de febrero pasado es
aún más llamativo ya que la comparación se efectúa con el mes del
terremoto. Y se vincula con cifras negativas de producción minera, que
descendió con relación a febrero de 2010 en un 4%, debido ante todo a
una menor extracción de cobre (-6,6%) y a un crecimiento en generación
de energía eléctrica de únicamente 2,1%. El sector que sigue con un
ritmo de expansión acelerado es el comercio, cuyas ventas reales al por
menor en febrero aumentaron en comparaciones anualizadas 16,8% y las de
los supermercados en 10,7%, favorecido siempre por la revaluación del
peso que abarata el costo en moneda nacional de las importaciones. El
aplanamiento de la actividad económica se expresó, también en que la
tasa de desempleo se mantuvo inmodificada en el trimestre móvil
diciembre-febrero en 7,3%, cuando por razones estacionales debería haber
disminuido.
El recorte se efectúa cuando el precio
del cobre sigue viviendo un “superciclo” excepcional, que eleva
espectacularmente los ingresos fiscales y sin que una parte importante
de este incremento se gaste sino que se destinará en definitiva a
colocarlo en títulos financieros en el exterior. En 2010, con un precio
promedio la libra de cobre en los mercados internacionales de US$3,4, Codelco anotó
excedentes por US$5.799 millones, aumentando en 46,9% con relación al
año anterior. ¿A cuánto llegarán en 2011 con un precio aún superior?
En el primer trimestre su precio promedio fue de US$4,37, no alcanzado
nunca históricamente. De estos excedentes se rechazó en una decisión
absurda que Codelco capitalizase en 2010 algún porcentaje, obligándole a
endeudarse para cumplir con sus planes de inversión y a vender
activos, como aconteció con su participación en la eléctrica E-CL,
recibiendo ingresos ascendentes a US$1.096 millones. ¿Se volverá a
aplicar un mismo criterio tan contrario al interés nacional en 2011?
¿Se preferirá colocarlos en el exterior en vez de destinar parte de
ellos a su plan de inversión, que generarán ingresos a futuro?
La disminución en el gasto público y el
elevado precio del cobre conducen a la conclusión que el presupuesto
2011 registrará un superávit. La ley de presupuesto se elaboró
estimando en el año una cotización promedio de US$3,24 para la libra de
cobre.
El gobierno de Piñera es un
propagandista activo y un impulsor de las políticas de austeridad fiscal
que se propician en varios países, particularmente en Europa. Al finalizar marzo, dichas políticas obligaron a dimitir al primer ministro de Portugal, José Sócrates, al ser rechazado por el parlamento portugués su plan de austeridad, concordado directamente con las autoridades del Eurogrupo. Estos planes, igualmente, condujeron a que la economía del Reino Unido pasase nuevamente a presentar cifras de crecimiento negativas, fracasando la ilusión del Gobierno de David Cameron que una política presupuestaria restrictiva haría reaccionar positivamente al gasto privado. Al finalizar marzo se efectuó en Londres una
gran manifestación en contra de los recortes en el gasto público por
US$130.000 millones. Fue la mayor expresión de protesta desde la
gigantesca marcha en 2003 contra la invasión a Irak.
Estas orientaciones tampoco resultan convincentes, como forma de superar
el problema de la deuda soberana en países europeos en situación más
precaria, muchas veces para los grandes intereses que se mueven en los
mercados financieros. En Irlanda, luego de su rescate y
el ajuste aplicado, las tasas de interés cobradas por sus deudas
soberanas se duplicaron, mientras internamente la desocupación subía al
13,5% de la población activa.
Este conjunto de hechos, escribió Paul Krugman,
“son pruebas de que reducir drásticamente el gasto cuando uno se
enfrenta a un paro elevado es un error. Los defensores de la austeridad
predecían que los recortes del gasto reportarían rápidamente dividendos
en forma de aumento de la confianza y que habría pocos efectos adversos,
o ninguno, para el crecimiento y el empleo; pero se equivocaban”
(27/03/11) Incluso, para Bradford DeLong ex subsecretario del Tesoro de EE.UU. y profesor de la Universidad de Berkeley,
estas políticas de austeridad le conducen a él a sus “límites de (…)
horizontes mentales como neoliberal, tecnócrata y economista neoclásico
tradicionalista. (…) la economía global –agregó- está sufriendo un
ataque convulsivo de menor demanda y alto desempleo. Conocemos la cura.
Sin embargo, parecemos decididos a infringir mayor sufrimiento al
paciente” (27/03/11). En Chile la política fiscal va en dirección
contraria a alcanzar la tasa de crecimiento promedio anunciada por
Piñera para los cuatro años de su administración.
Es cierto que en el país no se sufre
actualmente lo embates de una disminución de la demanda. Pero, es
efectivo también que su nivel no es todavía un factor de inflación,
existen aún muchos factores productivos disponibles para responder a sus
requerimientos, además de vivirse por la economía nacional una
situación en varios sentidos muy favorables debido a factores externos
que deban aprovecharse y que se vuelven a desperdiciar cuando los
problemas en capas muy amplias de la población son muy grandes y es
imperioso definir una política de desarrollo que modifique la
desequilibrada estructura productiva del país.
http://www.elciudadano.cl/2011/04/08/gobierno-reduce-gasto-publico-2011-%C2%A1-amarretes/
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