No faltarán los que digan que la lucha
de clases es cosa del pasado, que el tema de ricos y pobres está en el
olvido, que eso ya no son argumentos para exigir cambios sociales
profundos, que ese es tema y asunto de los abuelos, y que ahora la
realidad obliga tener actuaciones con ‘realismo político’, que así son
los “nuevos tiempos”, y la verdad es que… nada es más falso.
En todos estos años hemos visto y queda de manifiesto con la actual manera de operar del gobierno de la Derecha, que la Concertación se
dedicó por dos decenios a mantener un modelo socialmente excluyente y
de derecha. Posiblemente los discursos presidenciales le daban aspectos
de progresistas por la política asistencial y caritativa, pero de allí a
iniciar una transición real y efectiva, o dar pasos serios en construir
esquemas que perfilen un país más democrático, con futuro para los
millones de indispensables… estuvo muy lejos.
Hace algunos años Chile quedó
asombrado con las manifestaciones de los estudiantes que denunciaban el
modelo educativo imperante que tanta marginalidad provoca, clasista y
mezquino. La Concertación guardó silencio, sus ministros cerraron las
puertas de sus oficinas. Despertaron los rebeldes pingüinos. La
educación, el proyecto educativo nacional que aplicaba la Concertación,
era el heredado de la dictadura de las Fuerzas Armadas,
es decir, es el que está construido en los conceptos de clase desde
siempre, donde se prioriza por la elite social chilena. En ese tipo de
proceso educativo está la piedra angular del Chile que se necesita
mantener, o que se les hace necesario para los dueños del país.
Grandes beneficios hicieron y hacen
actualmente algunos altos dignatarios, que son parte de enormes
complejos educativos que cumplen con las leyes del mercado, a costa de
un modelo injusto, donde los resultados son pobres en la calidad, los
resultados son la mejor muestra, y así es muy difícil poder iniciar el
camino hacia la universidad.
El futuro de miles y miles de jóvenes es
la universidad, estudios en la educación superior, eso asegura mejores
posibilidades, pero si se mantiene el mismo esquema, el mismo sistema
educativo lo que se está empobreciendo es a un país entero, y en esto
hay responsabilidades ineludibles, la DICTADURA, la CONCERTACIÓN y la
DERECHA… así de sencillo.
Un ejemplo dramático. Los resultados de la PSU
son la radiografía del Chile real, ese que no se manipula en encuestas y
falsas interpretaciones. Como los países no se ganan la lotería, están
obligados a construir proyectos y alternativas para que sus habitantes
puedan hacer uso de sus derechos ciudadanos, consagrados universalmente.
Y claro, los derechos de los pobres están muy alejados de los que tiene
la clase más acomodada, de los más ricos, de la clase dominante, de la
burguesía, en los mejores colegios.
Cuando los resultados de la PSU dejan
ver al país real, el mismo que se ve como si se tratara de lluvias
torrenciales, los mejores resultados los encontramos en los sectores más
acomodados, los que tienen mejores ingresos. Debemos suponer que eso
está muy bien para ese sector social, esa clase dominante se perpetúa en
la manera de administrar el modelo y mantener estabilizado el sistema,
no se está diciendo que los hijos de los ricos se quedan con las
industrias de su papá, sino que se aseguran su derecho a la educación
superior que es finalmente la que administra el país y saluda y aplaude
al modelo.
Los resultados de la PSU, de esta última
2011, sí son la foto del mañana y del hoy que vemos todos los días en
los aspectos laborales, allí está la mano de obra barata, los sueldos
miserables a pagar, esos que deberán esperar años la promesa de “salario
ético familiar” que tanto habló el actual más derechista presidente.
Los resultados de la PSU son bajos en zonas que son históricamente de
ingresos mínimos, sectores pobres, zonas del proletariado, para que no
se nos olvidemos el concepto. De allí saldrán los campesinos,
temporeros, trabajadores eventuales, empaquetadores de supermercados, y
otros tantos oficios.
Y la foto del Chile no cambia.
Allá la UDI, RN, PS, PPD, PDC, todos juntos y bien acomodados, y en otro extremo el país real, ese que habitan millones de excluidos y marginados.
Vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/01/04/alla-la-derechaconcertacion-aca-el-chile-pobre/
http://www.elciudadano.cl/2011/01/04/alla-la-derechaconcertacion-aca-el-chile-pobre/
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