Las fuerzas dominantes están en guerra de conquista, y el nuevo teatro de operaciones, la batalla final, ya no se desarrolla en espacios físicos abiertos sino dentro de tu propia cabeza. Esa guerra es invisible, si no tienes el programa y la configuración mental para detectarla, te convertirás de a poco, y sin sospecharlo, en un robot mutante de los conquistadores pensando que actúas por voluntad propia. Hoy abrimos un prólogo, una primera aproximación filosófica, que abrirá a su vez un espacio continuado de varios informes (más específicos) orientados a revelar, paso por paso, con afán didáctico, el qué, el porqué y el para qué de esa guerra que se desarrolla por todos los espacios mentales, psicológicos y sociales de la vida que te tocó en suerte dentro del sistema. Del que, seguramente, tampoco sabes mucho de que se trata. Y Al que comenzarás a ver y a identificar en la medida que avances por los diversos teatros de operaciones de esta guerra sin fronteras ni espacios visibles que ha convertido a los humanos en víctimas y carceleros de su propia existencia. Bienvenido a bordo, vamos a navegar por los pliegues de lo desconocido: Tu cerebro.
No lo sabes, pero eres el cobayo, el blanco y el módulo experimental de una nueva estrategia de dominio para convertirte en un robot satisfecho del mundo diseñado por tus propios conquistadores.
Mientras trabajas, mientras descansas, mientras piensas o ejecutas, mientras te diviertes, un ejército invisible se apodera de tu mente, de tu conducta y de tus emociones. No puedes hacer nada para evitarlo, por la sencilla razón de que no lo ves ni sabes de que se trata.
En esta guerra que se disputa dentro de tu cabeza el nuevo teatro de operaciones es invisible, las acciones de conquista no son militares sino psicológicas.
Los blancos ya no son físicos (como en el orden militar tradicional) sino psicológicos y sociales. El objetivo ya no apunta a la destrucción de elementos materiales (bases militares, soldados, infraestructuras civiles, etc), sino al control del cerebro humano. El tuyo.
Ya no se trata de una guerra por conquista de territorios, sino de una guerra por conquista de cerebros, donde eres el blanco principal.
El objetivo ya no es matar, sino controlar. Las balas ya no apuntan a tu cuerpo, sino a tus contradicciones y vulnerabilidades psicológicas para convertirte en un soldado mental de su civilización y de sus valores.
Durante las 24 horas, tu mente y su psicología están siendo sometidas a operaciones extremas. Una guerra sin frentes ni retaguardias, una guerra sin tanques ni fusiles, donde eres a la vez, la víctima y el victimario.
A diferencia de las guerras militares, aquí el conquistador no está afuera sino adentro de tus pensamientos y de tu conducta. En esta guerra no hay cárceles ni encierros. El carcelero eres tú mismo.
Los conquistadores ya no necesitan torturarte para sacarte información, tu mismo se lo provees por medios que ni siquiera te imaginas.
Nadie busca tu cuerpo, a los conquistadores no le interesa tu alma, no les interesa lo que pienses o digas. Les interesa tu procesador humano, tu mente, para actuar sobre tus emociones, manipular tu voluntad, programar paso por paso tus pensamientos y tu conducta. Vaciarte de voluntad, convertirte en un zombie sedado y sin perturbaciones.
Te quieren vivito, rozagante, lleno de ilusiones, con pautas familiares, con pautas amigueras. Te quieren sin conflictos ni contradicciones con el mundo que te rodea. Te quieren un animal social, integrado, amable, dialoguista, pacífico. Un individuo sin más trámite, un ser pensante sin mucho espacio, que más que interrogarse sobre el mundo, se interrogue continuamente sobre sí mismo.
La guerra para conquistarte, aunque no la veas ni sospeches, está instalada durante las 24 horas de cada día que transcurres.
Cuando te levantas, cuando te acuestas, cuando abres la heladera, cuando enciendes la TV o la compu, cuando te entretienes, cuando haces el amor, cuando contraes matrimonio, cuando te divorcias, cuando estás de vacaciones, cuando te compras tu ropa favorita, cuando chateas, cuando besas a tus niños, cuando consumes fiestas y productos, tienes una guerra de conquista funcionando en tu cabeza sin que lo sepas.
Tu situación, varía objetivamente entre seguir como hasta ahora (víctima y soldado de tu propia destrucción) o tomar la ofensiva para darle la batalla a tus conquistadores en el terreno adecuado.
Para combatir con cierta chance contra tus conquistadores en esta guerra invisible, es preciso primero conocer el teatro de operaciones donde se desarrolla: Tu cabeza.
¿Qué es tu cabeza? ¿Cómo se configuran y programan tus pensamientos y tu imaginación? ¿Qué te convierte en ser humano y no en animal? ¿Que te convierte en objetivo de una guerra de conquista invisible que tal vez te parezca ciencia ficción?
¿Porqué los conquistadores ya no utilizan las balas ni la fuerza física para dominarte?
¿Y porqué y para qué te han convertido en variable de ajuste de una guerra psicológica sin fronteras?
Si tienes paciencia, con afán didáctico, haciendo lo difícil en llevadero, de a poquito, vamos a llegar al punto.
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Fuente, vìa:
http://www.iarnoticias.com/2010/secciones/contrainformacion/0020_guerra_invisible_1_23feb2010.html
http://www.iarnoticias.com/2010/secciones/contrainformacion/0020_guerra_invisible_1_23feb2010.html
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