La Unión de Trabajadores Costureros (UTC) y la Alameda denunciaron en el mes de marzo que los trabajadores textiles no sólo tienen tuberculosis sino que la atención de la obra social es nefasta.
Esta denuncia se llevó a cabo frente a la clínica Esperanza, ubicada en Tres Arroyos al 2000, en esta Ciudad de Buenos Aires.
A principios de marzo se supo de la aparición de un caso de tuberculosis en una fábrica que produce para Adidas y Puma. Además, dejó al descubierto a la obra social.
El enfermo es el trabajador Reynaldo Tola Yupanqui costurero de dichas marcas que contrajo un grave cuadro de neumonía y tuberculosis.
La empresa Sportech le exigió que siga trabajando, pero el cuadro se agravó “a la semana siguiente tuvo que ser atendido en una clínica de la Obra Social del Personal de la Industria del Vestido y Afines (OSPIVA), que confirmó la tuberculosis, pero dejó al paciente en la calle y sin derivación por falta de camas.
Finalmente fue atendido en otra clínica, pero lo dejaron al cuidado de su esposa que estaba embarazada de siete meses, Zhenia, y sin barbijos. "La intervención de delegados de varias fábricas, periodistas y el temor al escándalo obligaron el sindicato del vestido (SOIVA) a mejorarle la atención", contó Ezequiel Conde de UTC (Unión Trabajadores Costureros).
Asimismo, otros trabajadores costureros, de otras fábricas denunciaron la bancarrota de la Obra Social del Vestido y que no pueden garantizar la atención básica a sus afiliados.
En el caso del hospital Muñiz, especializado en enfermedades infecto contagiosas, da cuenta del aumento de la tuberculosis entre los trabajadores costureros que prestan sus servicios en las fábricas y talleres clandestinos.
El problema esencial es la falta de higiene, seguridad y largas jornadas en espacios que sirven para trabajar, dormir, comer y vivir.
Soledad Graciela Ramos es una ex trabajadora de SportTech de Argentina y relata lo sucedido: "Trabajaba en SportTech hasta hablar de tuberculosis y fui despedida. Nosotros hicimos una denuncia por tuberculosis de nuestro compañero que lo tuvieron trabajando una semana con tuberculosis ahí, adentro de la fábrica. Nos enteramos un sábado, el lunes lo comunicamos a los compañeros dentro de la fábrica, ese mismo lunes la patronal, dice que bueno, que ellos están tomando medidas. Pero nosotros sabemos por la mujer, Zhenia Iriarte, que ellos le habían mandado un fax el miércoles anterior a la fábrica avisando que el compañero Reynaldo, tenía tuberculosis y ellos, el jueves y viernes, no habían tomado ninguna medida al respecto. El lunes cuando yo comento a los compañeros ellos ahí recién toman medidas y yo soy despedida el viernes.
Cuando le consultan sobre si habían concurrido para ser atendidos, la trabajadora contesta que sí y que en realidad, la Clínica La Esperanza donde le hacen los estudios le confirma la tuberculosis, pero le dicen que no tienen cama y que debe buscarse por la planilla que tiene algún otro lugar de atención.
Ellos quedaron en la calle o sea, solos ahí los dejaron abandonados. O sea, es un abandono de persona obviamente.
No fueron derivados y a la 10 de la noche y la esposa embarazada en ese momento de ocho meses, son atendidos en otro lugar pero no le dan barbijo para la esposa. Se lo pide a una enfermera que no se lo trae y es una trabajadora de la limpieza que le pregunta ¿Qué estas esperando mami? ¡Barbijo! Y entonces fue a una habitación y le trajo un barbijo".
Los salarios rondan los 1.500 pesos mensuales, con horarios de más de 12 horas diarias, si se enferman les descuentan las horas o el día, si llegan tarde se descuenta el presentismo y así pueden quedar 1.100 pesos, y con este panorama remata diciendo que un sándwich de milanesa estaba en ese momento 3 pesos y no se puede comer bien.
Ante la pregunta de si habían hablado con el dueño, Soledad relata lo siguiente: "Nosotros hablamos con el dueño, yo hable con una de las hermanas del dueño y me dice que deje de decir mentiras. Siendo que ellos en la carta documento dicen que yo estuve hablando de la tuberculosis, que es un caso real en la fábrica.
Nosotros hacemos ropa para Adidas, Puma; trabajamos en SportTech, Pablo Rubén Enríquez es el presidente de la empresa.
En cuanto a las condiciones de la fábrica. Como todos saben son fabricas cerradas, casi no tienen ventilación. Trabajamos con muchas telas a nuestro alrededor y esas son las condiciones en las que trabajamos. A veces hay que pelear para que te traigan un poco de hielo por el calor que hace; hay que pedir por favor que nos arreglen los baños, porque son 3 baños para 150 personas, de las cuales casi el 90 por ciento son mujeres y en los baños de mujeres hay tres baños nada más, imagínate".
La empresa SportTech de Argentina está ubicada en Quesada 5940 en el barrio de Villa Urquiza, desde el año 1997 dice tener 100 trabajadores y fabrica con un sistema llamado de termotransferencia para las más importantes marcas deportivas, la selección nacional y los más renombrados clubes de fútbol.
Deporte y explotación...
La tuberculosis aumenta en la Ciudad de Buenos Aires, para fines del 2009 se registraban 11.000 casos anuales. Las franjas con mayor disposición a contraer la enfermedad son justamente las más empobrecidas, las que tienen peores condiciones de habitación, higiene, salud y seguridad laboral.
En la ciudad se sumaron 2.500 casos nuevos, se calcula que más de 1.000 personas pierden la vida, el registro para el 2006 fue de 805 pacientes con tuberculosis que murieron, según los datos del Ministerio de Salud de la Nación.
La tuberculosis avanza entre los trabajadores, en este caso los costureros, y las grandes ganancias de las empresas tienen una directa relación.
Es el empobrecimiento y la riqueza incalculable, no hay término medio, la ecuación cierra de esta forma diabólica: pobreza y riqueza, una contradicción irreconciliable.
http://www.argenpress.info/2010/04/talleres-clandestinos-y-la-tuberculosis.html
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