Un
estudiante muerto, líderes mapuche heridos y niños asfixiados,
periodistas golpeados, tres personas con pérdida de un ojo y balines en
el cuerpo. Numerosos muertos en plena democracia. Denominador común:
carabineros, los custodios de la sociedad que vienen dejando tras
lumazos y disparos el recuerdo vivo de la dictadura que ya debió
terminar. Desde distintos espacios, las víctimas defienden su derecho a
la protesta social y critican la impunidad ofrecida por la justicia
militar.
“Esto es lo mismo que pasó con mi hermano”, declara Gerson Gutiérrez. Hace seis meses, Manuel Gutiérrez, de 16 años, recibió un disparo de carabineros mientras observaba las protestas de la paralización nacional convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Hoy, Gerson -quien estaba con Manuel cuando éste fue atacado por el ex oficial Miguel Millacura, falleciendo a las pocas horas después- visitó a Teófilo Haro, el aysenino que perdió su ojo tras el impacto de un proyectil lanzado por carabineros.
Gutiérrez no esperaba encontrarse, a la salida del Hospital El Salvador
– donde está internado Haro- con un tumulto de gente que esperaba
noticias de un estudiante también agredido por carabineros. Se trata de Sebastián Pedraza,
de 16 años, quien llegó ayer al mismo recinto hospitalario con un TEC
cerrado tras haber participado de una manifestación en apoyo a la lucha
del pueblo de Aysén.
Los relatos de abuso policial son encarnados por diversos protagonistas, pero tienen en común al mismo victimario: miembros de Carabineros de Chile.
QUÉ DIRÁ EL SANTO PADRE
A partir de la noche del 25 de agosto, Manuel Gutiérrez Reinoso
pasaría a la historia como el primer muerto de un año agitado para
Chile. En plenas movilizaciones estudiantiles y en el contexto de un
paro de dos días convocado por la Central Unitaria de Trabajadores,
Gutiérrez –quien no participaba activamente de política- acudiría junto a
su hermano, Gerson, y un vecino a observar las protestas que a esa hora
detonaban en Peñalolén. Tras pocos minutos, uno de
tres disparos impactó directamente el tórax de Manuel, quien cayó junto a
su hermano discapacitado para morir en un centro asistencial horas más
tarde.
Tras el incidente, Gerson
apuntó a la responsabilidad de la institución policial en la muerte del
estudiante, pero carabineros desmintió su versión rotundamente,
negándose a iniciar una investigación interna.
Sin
embargo, la verdad saldría a la luz. El ex carabinero –dado de baja-
Miguel Millacura asumió su responsabilidad en la muerte Gutiérrez,
desnudando la mentira de la que fueron partícipes sus compañeros de
institución, quienes negaron que algún carabinero hubiera disparado.
Hoy, Millacura se encuentra procesado en libertad y un descubrimiento reciente de la prensa permitió conocer que 3 de los 8 carabineros dados de baja por el caso se encuentran aún en ejercicio.
“Primero
dicen algo y después salen con otra cosa. Yo creo que definitivamente
los mandan, que las instrucciones vienen de arriba. Esto da pena, nuestra idea es que nunca vuelva a pasar algo como lo que le sucedió a Manuel, son niños, no lo merecen. Nadie lo merece”, declaró Gerson Gutiérrez.
Sin
embargo, durante la noche de ayer se conocería un nuevo episodio de
abuso policial contra un estudiante. Esta vez, se trata de Sebastián
Pedraza, de 16 años, quien participó de las manifestaciones convocadas
desde ayer en apoyo al Movimiento Social de Aysén.
Según la versión que el mismo Pedraza dio a conocer a su padre, éste
habría tratado de correr de carabineros subiendo a la pandereta de una
empresa, momento en el que fue empujado por el policía y cayó al suelo,
donde además fue golpeado.
“Lo
primero que dijeron por teléfono es que habían encontrado a un niño que
se había caído de un techo y lo trajeron hasta el hospital. Cuando
Sebastián despertó, me dijo llorando ‘papá, los carabineros me pegaron’”, declara Sergio Pedraza,
padre de Sebastián. “Si las cosas hubieran sucedido como ellos dicen,
según el procedimiento debieron llamar a una ambulancia, inmovilizarlo”.
Respecto
a la participación de su hijo en las protestas, Sergio Pedraza declaró:
“Estoy de acuerdo con mi hijo. Solidarizo con su causa. Sebastián cree
en una sociedad más justa, bajo esos valores ha sido criado. Nosotros
solidarizamos con lo que sucede en Aysén, con las demandas de los
mapuche y de los estudiantes”. Agregó, además, que “ya es hora de parar,
los carabineros siguen las mismas lógicas y doctrinas que hace 30 años
atrás”.
Durante la protesta de ayer, otro estudiante, llamado Marcelo Trincado, recibió en su cabeza el impacto de una bomba lacrimógena. Un video detalla lo ocurrido.
LACRIMÓGENAS EN LAS CASAS DEL WALLMAPU
Si existe un pueblo conocedor de la represión policial, ese es el pueblo mapuche. En pleno Wallmapu,
aislados de la ciudad y víctimas del cerco informativo, han padecido
durante los últimos años múltiples allanamientos a sus hogares y la
violencia desatada por parte de carabineros. Sin ir más lejos, desde
hace un tiempo, las bombas lacrimógenas de la policía han sido lanzadas
al interior de las casas de las comunidades mapuche que lideran procesos
de recuperación territorial. Además, en democracia, jóvenes weichafe
como Matías Catrileo, Jaime Mendoza Collío y Alex Lemún han fallecido a causa de la bala policial.
“Ustedes
han visto cómo las muertes de todos nuestros hermanos han quedado en la
impunidad, nadie asume su responsabilidad. Por ello a los carabineros
no les tirita la mano a la hora de matar a alguien, saben que están
protegidos”, señala Natividad Llanquileo, ex vocera de los presos mapuche de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM). “Aquí alguien debe asumir responsabilidad política”.
Según
Natividad, el rol que ha asumido la institución de carabineros ante las
diversas movilizaciones ocurridas en Chile apunta a “acallar la
protesta social, pero en algunos casos sucede lo contrario. En el pueblo
mapuche el miedo ha logrado que más gente se movilice”.
LA REPRESIÓN EN AYSÉN
La represión en la región de Aysén desde que se inició el Movimiento Social ha sido enorme. Observatorios de Derechos Humanos han denunciado la fuerza abusiva que ha ejercido la policía contra los ciudadanos del sur del país.
Un
grupo de observadores viajaron hasta la zona y tras evidenciar algunas
prácticas represivas, las recopilaron en un informe, destacando acciones
como el disparo de balines de acero a quemarropa, bombas lacrimógenas
al interior de las casas, y la irrupción de carabineros al interior de
estas.
Para Rodrigo Triviño, coordinador regional del Observatorio de Derechos Humanos,
la llegada de fuerzas especiales a la zona, revela que a pesar de haber
transcurrido casi 40 años de la dictadura, ésta sigue estando presente a
través de la policía militar que comanda el Ministerio del Interior.
“El
balín de plomo, de goma, de fierro, en fin: el tema es que están
apuntando hacia las cabezas. Y eso tratan de justificarlo”. Y agregó que
la misma justicia militar, órgano que supone una sanción a los actos de
violencia que realiza carabineros, “está diseñada bajo la misma lógica
autoritaria dictatorial del gobierno militar”, dejando fuera la
participación ciudadana.
Triviño
enumeró tres formas de represión que ha advertido en la región de Aysén.
La primera se refiere al “clima global” que predomina en la zona.
“Ahora mismo hay un Hércules sobrevolando el aire, y siempre llega más
contingente militar… todo eso forma un cuadro que justifica la represión
de la noche. Crea un clima de terror”, aseguró.
Segundo,
las poblaciones. El observador de derechos humanos sostiene que las
familias forman barricadas cerca de sus casas. “Mientras estas se
divierten con sus hijos a cualquier hora del día, son sorprendidos por
fuerzas especiales que arrasan el lugar. Llegan a provocar, y esa es una
forma de violar los derechos de las personas”.
Por
último, se refiere a la violencia directa y física hacia una persona.
Recordó el caso de “un tipo atropellado, que luego carabineros remató en
el suelo pegándole con bastones”. Uno de los casos más brutales es el
de Teófilo Haro, quien perdió un ojo tras recibir un escopetazo en el rostro y luego en el pecho, cuando ya estaba tirado en el suelo.
Patricio Segura,
vocero del Movimiento Social por Aysén, aseguró que el mismo gobierno
da carta blanca para que la policía actúe con “dureza” en la
manifestación. Además, criticó que el gobierno -como es de costumbre- ha
criminalizado la protesta social y la ha relacionado directamente con
el acto delictivo, mientras que Carabineros descarta la violencia
desproporcionada por parte de la institución policial, cuando son los
mismos hechos que demuestran lo contrario.
REPRESIÓN EN LA PRENSA
El viernes 24 de febrero, en plena “Marcha en apoyo a Aysén”, el periodista Félix Madariaga fue brutalmente agredido por carabineros de Fuerzas Especiales. El resultado: hemorragias, lesiones e hipertensión. Tuvo que ser trasladado hasta la Posta Central. Ahora tiene cuatro puntos en la cabeza.
Madariaga, encargado de comunicaciones de la Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu), era uno más de los cientos de manifestantes que ese día avanzaban por la Alameda en apoyo a las demandas de los pobladores de sur del país. Cuando el periodista llegó a Ahumada, fue víctima de la represión policial.
“Ese
día hubo despliegue increíble en contra de la gente que se estaba
manifestando de manera pacífica. Yo estaba sacando fotos y vi cómo
reprimían. Cuando le sacaba una foto a un gráfico que el chorro
del carro lanza aguas le había roto la cámara, recibo un golpe entre la
nuca y la oreja. No vi quién fue mi agresor, pero observadores
de derechos humanos dicen que fue carabineros. Yo recuerdo haber visto
un rato antes un piquete. Cai knock-out al piso”.
Madariaga
relató que una vez que despertó, estaba ensangrentado y el carro seguía
lanzando agua. La gente lo estaba cubriendo. “Carabineros intentó
sacarme de ahí pero la gente fue muy solidaria y no dejó. Yo creo que me
querían detener”.
“Una
persona que estaba conmigo llamo al taxi -prosiguió- y la gente me sube
en andas al auto. El taxista se mete por el bandejón que está en ese
cruce de peatones y el carro lanza agua le tiró un chorro, pudiendo
haber provocado un accidente. El taxista me llevó a la posta y en un
gesto noble no cobro su carrera. Demasiada solidaridad”, confesó
Madariaga.
Madariaga aseguró que el
salvajismo de carabineros responde directamente a instrucciones emanadas
desde el Ministerio del Interior. “Son políticas de gobierno,
son las mismas que utilizan contra estudiantes que exigen educación
gratis, las mismas en contra de los mapuches en el sur, las mismas
políticas represivas en contra de los ciudadanos de Aysén”.En
el hospital llegó carabineros, quienes le solicitaron que realizara la
denuncia correspondiente y dijera que ellos no lo habían golpeado.
Petición que el periodista rechazó de plano. “Yo dije que no, que
presentaría una denuncia cuando tuviera más antecedentes”.
Este
caso se suma a la serie de acosos que ha sufrido la prensa a fines del
2011 y comienzos de este. El informe presentado por la Organización No Gubernamental (ONG) Reporteros Sin Fronteras (RSF)
es revelador: Chile bajó 47 número -del 33 al 80- en materia de
libertad de prensa por la violencia que han sufrido los medios de
comunicación -periodistas y reporteros gráficos al momento de cubrir
manifestaciones-, por parte de la policía uniformada que ha descargado
toda su fuerza en contra de quienes ejercen su derecho a informar.
Fotografía 1: Fotomorfosis / Fotografía 2: Felipe Durán
Por Esteban Acuña Venegas & Vanessa Vargas Rojas
El Ciudadano
http://www.elciudadano.cl/2012/02/29/48980/la-respuesta-de-carabineros-a-la-respuesta-social/
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