Los universitarios y secundarios movilizados han llevado sus demandas a
establecimientos particulares y han encontrado respuesta. Así,
estudiantes de instituciones altamente costosas han ido a las marchas y
participan de acciones de difusión entre sus propios compañeros. ¿Qué
tienen que ver? “No podemos seguir creando burbujas” y “hay interés de
todos por cambiar las cosas”, son algunas de las respuestas.
Las movilizaciones protagonizadas en las últimas semanas por
estudiantes universitarios y secundarios han congregado a miles de
personas en múltiples actividades, paros, tomas y marchas por el centro
de Santiago y otras ciudades chilenas.
A ellas se han sumado alumnos de colegios particulares, entre ellos
varios de altos ingresos, que han participado también en actividades de
sus propios establecimientos. Altamira, San Ignacio El Bosque, Saint
George, Kent School y el Liceo Manuel de Salas son algunos de los
recintos donde ha habido movimiento: asambleas informativas, charlas,
acciones de difusión y los llamados “paros culturales” se han realizado,
especialmente en jornadas como la de este jueves, a la par de las
multitudinarias protestas en Santiago y otras regiones.
¿Por qué? “Hay que hacer cambios y no podemos seguir creando estas
burbujas que al final lo único que hacen son círculos viciosos. Aunque
suene mal: ¿de qué colegio salió el Presidente? De colegios privados. Si
no hacemos un cambio en la juventud y en la sociedad, ¿qué vamos a
lograr?”, cuestiona Clara Donoso, estudiante de segundo medio del
colegio Saint George.
Fernando Nilo, de cuarto medio del San Ignacio El Bosque, complementa
diciendo que la idea es “estar activos con la gente que está sufriendo
el problema de verdad”.
“Es preocuparnos por una comunidad en la que estamos inmersos. Yo
estoy en un colegio bastante católico que se preocupa por los fines
sociales, y estamos ante un problema que nos engloba a todos. Quiero
estar informado y tratar de moverme. Ser activo en el problema que
estamos viviendo”, agrega.
Algunos de los alumnos de colegios particulares incluso han
participado de actividades y movilizaciones por su propia cuenta, más
allá de las acciones que han desarrollado los centros de alumnos.
Es el caso de Maruxa Vargas, quien cursa cuarto medio en el colegio
Institución Teresiana, donde ha habido asambleas y actividades de
información sobre las demandas estudiantiles. “A pesar de que no nos
afecte directamente el problema de la educación en Chile, quizás
nuestros hijos o nietos se verán reflejados en este problema. Además,
somos un país y tenemos que luchar por la igualdad de derechos en todos
los ámbitos. Es valorable que los colegios particulares se unan a este
movimiento y los universitarios, porque demuestra que hay interés de
todas partes por cambiar las cosas”, asegura.
Los universitarios movilizados han llegado no solo a colegios
particulares, sino también a instituciones privadas de educación
superior, como centros de formación técnica e institutos profesionales.
Pedro Pablo Glatz, vicepresidente de la Federación de Estudiantes de
la Universidad Católica (FEUC), enfatizó la importancia de hacer
escuchar sus demandas en esos espacios: “Esto es un tema país, un tema
ciudadano, que les va a competer a ellos no solamente hoy sino el día de
mañana a sus hijos, a sus hermanos. Al final, la educación debe ser un
derecho garantizado para todos”, explica.
Según el dirigente universitario, las actividades en colegios
particulares son un llamado a la responsabilidad: “Más todavía en una
sociedad como la nuestra, en que lamentablemente los espacios de poder
normalmente están limitados a los alumnos que salen de esos lugares. El
mensaje hacia ellos es hacerse parte de la construcción de un proyecto
país distinto en que ellos deben, tal vez, ceder esos espacios de poder
que lamentablemente siguen cerrados a muy pocos”, señala.
A Pedro Pablo Glatz le ha ocurrido -según relata- que en
universidades privadas el petitorio que la Confech presentó al Gobierno
llega distorsionado: “Y se sorprenden al ver que estamos planteando las
mismas cosas que ellos. Cuando vamos a CFT’s se nos plantea ‘oye,
nosotros somos precisamente a los cuales no nos dejan organizarnos,
ayúdennos, ojalá puedan dar fuerte la lucha por eso’. Y cuando vas a un
colegio privado se dan cosas: el otro día en el San Ignacio vi un lienzo
que decía ‘La educación que recibimos tiene que dejar de ser un
privilegio para nosotros’. Es una recepción positiva”, concluye.
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