En las próximas elecciones de Guatemala
–11 de septiembre– gravita el factor del narcotráfico. Lo admite el
propio presidente Álvaro Colom en entrevista con La Jornada: “Ellos (los cárteles) van a hacer lo imposible por penetrar en los partidos”.
–¿Lo han logrado?, ¿lo están haciendo?–No podría asegurar un caso en particular. No se tiene ninguna evidencia concreta. Pero va a haber intentos, posiblemente éxitos. De que hay la intención de copar, la hay.
Por eso, asegura, “le he pedido a todos los partidos, a todos los candidatos, que tengan mucho cuidado. Nuestro gobierno incauta 7.4 millones de dólares diarios. Hemos encarcelado a más de 6 mil 400 personas relacionadas con el narco. Siete de cada 10 integrantes de los cárteles guatemaltecos están en la cárcel. Y eso no les gusta. Van a tratar de recuperar su influencia a escala municipal, Congreso, presidencia, a todos los niveles. De ahí mi llamado a la precaución”.
Arrellanado en un sofá de la suite presidencial de un hotel de Polanco, el ingeniero Colom habla de cómo el crimen organizado trasnacional amenaza a su país y asegura que la estrategia oficial
ha funcionado bien. Comparte algunos detalles de los avances de la investigación de la matanza ocurrida en mayo pasado en el Departamento de El Petén, en la finca Los Cocos, donde presuntos zetas descuartizaron a 30 campesinos.
Judicialmente el caso está resuelto, afirma el mandatario.
Agrega que hay una veintena de detenidos como presuntos autores materiales, entre ellos ocho mexicanos, dos de ellos policías municipales de Jalapa,
muy jovencitos.
Un divorcio
por el bien del país
Colom aborda también el obstáculo legal que podría cortar la carrera hacia la presidencia de su hasta hace poco esposa y mano derecha, Sandra Torres. Dirigente política de larga carrera, Torres decidió eludir con su divorcio la ley electoral que prohíbe a los cónyuges y parientes cercanos de un mandatario aspirar a la presidencia y registró su candidatura. Tres instancias legales han determinado que no puede participar en los comicios, pero aún le quedan dos instancias –una apelación ante la suprema corte y el fallo definitivo de la corte de constitucionalidad– para decidir su futuro próximo.
Ella tiene legítimo derecho, pero no soy yo quien decide. Debemos respetar el debido proceso.
–¿Y usted cómo ha vivido personalmente este proceso? ¿Fue duro un divorcio en estas circunstancias?
–Complicado, pero todo sea en beneficio del país y de que en el proceso podamos tener un equilibrio de opciones.
–¿Su partido cuenta con un plan B en caso de que se impida a la señora Torres continuar en la competencia?
–Si no la inscriben habrá una opción que tomará el partido, pero no sé cuál será. Hay otros poderes en juego en las elecciones –diputaciones y alcaldías– y hay que luchar por ellos. Por prohibición constitucional no puedo opinar sobre el proceso electoral.
–¿Ve riesgos de retroceso en su proyecto político, en sus programas sociales, si no compite su ex esposa?
–Algunos candidatos dicen que los van a continuar, otros que los van a cortar a la mitad. Definitivamente hay un riesgo de regresión. Para empezar, con el tema fiscal. Es evidente que el próximo gobierno no va a tener la complacencia de la comunidad internacional si no hay reforma fiscal.
Sin aspavientos, Colom pone el dedo en la llaga. Históricamente, la poderosa oligarquía guatemalteca no paga impuestos y ha hecho fracasar todos los esfuerzos de los gobiernos por imponer políticas impositivas más o menos equitativas. El actual presidente no fue la excepción.
Los Zetas y las demás letras del alfabeto
–¿Cómo entiende el dominio del narco en su país?, ¿son todos mexicanos?, ¿son todos zetas? ¿Y los otros cárteles?.
–Guatemala ha tenido cárteles propios, pero ahora 7 de cada 10 capos locales están en la cárcel y el grupo de Los Zetas son una influencia muy seria.
–¿Qué propone para combatirlos? En El Petén y Alta Verapaz ha decretado estado de sitio. ¿Qué resultados ha tenido?
–Muy buenos. En El Petén ha bajado la criminalidad 45 por ciento. Los aviones de los narcotraficantes prácticamente desaparecieron en el norte del país. Este año llevamos dos aterrizajes ilegales, de 60, 70, que había al año.
–Antes de decretar esta excepción criticaba a su antecesor, Óscar Berger, por haber reducido la presencia militar en esos departamentos con altos índices de criminalidad...
–Fue un gran error. Más que desmilitarizado fue desprotegido el territorio. Yo no quiero militarizar las funciones de la seguridad ciudadana, pero en las áreas del narco se necesita una combinación de fuerzas militares y civiles que garanticen que se les pueda combatir.
–¿Una rama guatemalteca de Los Zetas?
–Ellos tienen una estructura jerárquica muy rígida, tipo militar. Sus mandos vienen de México todavía, pero su accionar y su evolución es regional.
–¿Y cómo contribuye el gobierno mexicano para ayudar a combatir este problema?
–Con México hay una relación muy privilegiada. Nos ha ayudado muchísimo con el apoyo satelital. La información fluye muy bien y ahora en tiempo récord se determina si un detenido es mexicano o guatemalteco. Además, recibimos capacitación tanto de México como de Colombia y Chile.
–¿Guatemala es parte de la Iniciativa Mérida?
–No. Hubo un error en el pasado, que al formalizar el Plan Colombia y la Iniciativa Mérida, no se hizo con nosotros, Centroamérica, que somos la misma historia. Ahora está cambiando, hay una conciencia de que debemos combatirlos todos juntos.
–¿El gobierno de Estados Unidos tendría que considerar tan importante para su seguridad nacional el tema del narcotráfico en Centroamérica como lo es el de México y Colombia?
–Sí, y hay que trabajar mucho en el tema de la corresponsabilidad.
–¿Se lo ha planteado al presidente Barack Obama?
–A Obama directamente no, a Hillary Clinton sí.
–Los entiendo. Están en su legítimo derecho. Yo, como padre, haría lo mismo por buscar a un hijo, una hija desaparecida. El migrante no es delincuente, son los delincuentes que están utilizando a los migrantes para su beneficio. Deberíamos declarar héroes a los migrantes.
–¿Cuántos guatemaltecos están reportados como desaparecidos en México?
–El tema de los números es complejo. Pero nuestra cancillería tiene como 60 expedientes.
Fuente, vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2011/07/27/sociedad/044n1soc
–Guatemala ha tenido cárteles propios, pero ahora 7 de cada 10 capos locales están en la cárcel y el grupo de Los Zetas son una influencia muy seria.
–¿Qué propone para combatirlos? En El Petén y Alta Verapaz ha decretado estado de sitio. ¿Qué resultados ha tenido?
–Muy buenos. En El Petén ha bajado la criminalidad 45 por ciento. Los aviones de los narcotraficantes prácticamente desaparecieron en el norte del país. Este año llevamos dos aterrizajes ilegales, de 60, 70, que había al año.
–Antes de decretar esta excepción criticaba a su antecesor, Óscar Berger, por haber reducido la presencia militar en esos departamentos con altos índices de criminalidad...
–Fue un gran error. Más que desmilitarizado fue desprotegido el territorio. Yo no quiero militarizar las funciones de la seguridad ciudadana, pero en las áreas del narco se necesita una combinación de fuerzas militares y civiles que garanticen que se les pueda combatir.
–¿Una rama guatemalteca de Los Zetas?
–Ellos tienen una estructura jerárquica muy rígida, tipo militar. Sus mandos vienen de México todavía, pero su accionar y su evolución es regional.
–¿Y cómo contribuye el gobierno mexicano para ayudar a combatir este problema?
–Con México hay una relación muy privilegiada. Nos ha ayudado muchísimo con el apoyo satelital. La información fluye muy bien y ahora en tiempo récord se determina si un detenido es mexicano o guatemalteco. Además, recibimos capacitación tanto de México como de Colombia y Chile.
–¿Guatemala es parte de la Iniciativa Mérida?
–No. Hubo un error en el pasado, que al formalizar el Plan Colombia y la Iniciativa Mérida, no se hizo con nosotros, Centroamérica, que somos la misma historia. Ahora está cambiando, hay una conciencia de que debemos combatirlos todos juntos.
–¿El gobierno de Estados Unidos tendría que considerar tan importante para su seguridad nacional el tema del narcotráfico en Centroamérica como lo es el de México y Colombia?
–Sí, y hay que trabajar mucho en el tema de la corresponsabilidad.
–¿Se lo ha planteado al presidente Barack Obama?
–A Obama directamente no, a Hillary Clinton sí.
Deberíamos declarar héroe al migrante
Para Colom, la creciente tragedia de los migrantes
centroamericanos –entre ellos muchos compatriotas suyos– que caen en
manos de los narcotraficantes que ahora operan las rutas y el negocio
del tráfico de personas,
–Pero es un drama que apenas empezamos a conocer en su magnitud.
Viene avanzando una caravana de familiares guatemaltecos que buscan a
sus parientes desaparecidos en México.se está manejando bastante bienen una mesa bilateral de los dos gobiernos vecinos. “Obviamente esta mesa no puede reducir los riesgos, pero sí mejora la información. Estados como Veracruz y Chiapas han dado pasos importantes, como el nombramiento de un fiscal especial. Hay muchísima comunicación entre las cancillerías y consulados; nosotros hemos llegado a tener 11 consulados.
–Los entiendo. Están en su legítimo derecho. Yo, como padre, haría lo mismo por buscar a un hijo, una hija desaparecida. El migrante no es delincuente, son los delincuentes que están utilizando a los migrantes para su beneficio. Deberíamos declarar héroes a los migrantes.
–¿Cuántos guatemaltecos están reportados como desaparecidos en México?
–El tema de los números es complejo. Pero nuestra cancillería tiene como 60 expedientes.
Fuente, vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2011/07/27/sociedad/044n1soc
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