Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces,
pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos como hermanos.
Martín Luther King
La historia del desarrollo del capitalismo demuestra que la xenofobia y el racismo siempre han sido utilizados por políticos inescrupulosos en los recurrentes ciclos de la crisis económica, para desviar el descontento y la ira de la mayoría del pueblo. Para ocultar las verdaderas causas de las dificultades económicas y financieras buscan a grupos minoritarios y los señalan como responsables de problemas que azotan a la nación.
Así sucedió en los Estados Unidos con los inmigrantes irlandeses, italianos y judíos. Ahora en este ciclo de la depresión económica, le toca el turno a los hispano hablantes, de ser chivos expiatorios de sus calamidades financieras. En Europa, persiguen a sudacas, africanos, musulmanes, y otras etnias minoritarias achacándoles las bancarrotas económicas, mientras que los banqueros y especuladores – reales causantes de la crisis global, siguen con sus fraudes, recreando nuevas pirámides financieras, cada vez más sofisticadas, aumentando sus ganancias y haciendo empobrecer a la mayoría de la población.
Aquí en los EE.UU. uno de los estados más pobres, Arizona con seis millones de habitantes y ubicado en la frontera con México, se convirtió por voluntad de los republicanos y con el consentimiento de un 70 por ciento de sus habitantes, en el primer Estado policiaco, al firmar su gobernadora Jan Brewer la Ley SB-1070 que convierte en delincuentes a unos 460,000 indocumentados. Esta ley, que permite a la policía usar el perfil racial para detener a cualquier persona si tiene “sospecha razonable” de que es un ilegal, convierte también a este Estado en el primer laboratorio del nuevo orden político y socioeconómico que los globalizadores sueñan con implantar en el país, bajo cualquier pretexto, sea terrorismo o inmigración ilegal.
Arizona está en bancarrota con un déficit presupuestal de casi tres mil millones de dólares y con un índice de desocupación cercano al 20%. Los parques estatales están cerrados, varios edificios gubernamentales se venden y los negocios están a medio andar. Con la nueva ley, que recibió el aplauso de las organizaciones neo-nazistas y de las 540 agrupaciones de milicias populares, se están vaciando los complejos habitacionales debido al éxodo de los inmigrantes tanto indocumentados como legales, debido al miedo a la persecución policial y la discriminación racial. El organizador de las milicias locales, Bill Davis está reclutando por televisión a los veteranos de guerra con “experiencia de matar” para “cazar ilegales”.
Estos racistas no quieren aceptar que en este Estado, un tercio de la población son inmigrantes hispanos, que constituyen el motor de la economía estatal aportando a Arizona 44 mil millones de dólares, de los cuales 29 mil millones son generados por 280,000 trabajadores indocumentados a tiempo completo y 80,000 a tiempo parcial, incluyendo 1,5 mil millones de dólares en impuestos. Perder esta mano de obra es irracional para un Estado en quiebra que no tiene ni condiciones para aplicar esta su ley inconstitucional delincuencial.
fuente, vìa:
http://www.argenpress.info/2010/04/arizona-oculta-su-bancarrota-con-el.html
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