La masiva protesta online del
pasado miércoles, expresada en el cierre de miles de webs como Wikipedia
y que contribuyó al rechazo de controvertidas leyes sobre piratería en
el Congreso estadunidense, fue vista como una acción sin precedente que
superó a la influencia de grupos políticos de presión.
Una visión detallada de cómo se desarrolló el debate sugiere que
también se produjeron estrategias más tradicionales para influir en la
política en Washington.La industria tecnológica ha aumentado sus acciones políticas de forma drástica en los años recientes y, de hecho, ha gastado más que la industria del entretenimiento: invirtió mil 200 millones de dólares entre 1998 y 2011, frente a 906 millones de las empresas del entretenimiento. El último capítulo de lo que se ha convertido en una batalla épica y de varias décadas entre las dos industrias sobre el contenido digital protegido por derechos de autor comenzó de forma bastante inofensiva.
Los estudios cinematográficos de Hollywood, frustrados por el robo cibernético que según afirman les cuesta miles de millones de dólares al año y cada vez empeora, comenzaron a presionar en 2010 para que se aprobara una ley que permitiera bloquear el acceso e interrumpir los pagos a páginas extranjeras que ofrecieran mate- rial pirateado.
El senador demócrata Patrick Leahy, amigo de la industria desde hace tiempo, presentó entonces la denominada Ley para combatir las infracciones online y falsificaciones, la cual fue aprobada por unanimidad por la Comisión Judicial del Senado, pero nunca llegó más allá.
En mayo de 2010, Leahy lo intentó de nuevo, presentando su iniciativa para proteger la propiedad intelectual (PIPA, por sus siglas en inglés). En octubre, el congresista republicano Lamar Smith, quien preside la Comisión Judicial del Congreso, presentó una ley similar, conocida como SOPA por sus siglas en inglés. La reciente gran ley de los derechos de autor, la Ley Pro-IP de 2008, pasó por el Congreso sin mucha controversia, por lo que la industria mantenía sus esperanzas.
A finales de septiembre, Hollywood superaba a la industria tecnológica por dos a uno en donaciones a partidarios clave de medidas que respaldaba. Más de 950 mil dólares de la industria de la televisión, cine y música fueron a parar a patrocinadores directos de las leyes en la Cámara de Representantes y en el Senado en el curso hacia las elecciones de este año.
Esa cifra se compara con 400 mil dólares de las empresas informáticas y de Internet, según el Centro por Políticas Responsables. Las compañías tecnológicas preferían apoyar una ley alternativa más concreta. Esa industria dio más de 291 mil dólares a partidarios de esa medida, frente a 185 mil dólares de fabricantes de contenido. “Ambos son muy poderosos. Son grandes jugadores. Dan mucho dinero a los políticos.
Ésta va a ser una dura elección para los miembros del Congreso”, dijo Larry Sabato, experto en finanzas de campaña que da clases en la Universidad de Virginia.
Sin atención
Las leyes no habían atraído la atención pública, pero a
principios de septiembre el cofundador de Twitter, Evan Williams; el
cofundador de Foursquare, Dennis Crowley, y el cofundador de Linkedin,
Reid Hoffman, escribieron a los senadores para oponerse a la ley.
Posteriormente ese mes, la Cámara de Comercio de Estados Unidos recopiló
un grupo de 350 compañías en apoyo a la ley. La llegada de la norma a
la Cámara de Representantes, a finales de octubre, ya tuvo un
seguimiento mayor. Sus opositores, entre ellos la Asociación de
Electrónica de Consumo, se preocuparon por asuntos como si las webs de
Estados Unidos podrían ser cerradas o pudieran surgir riesgos de
seguridad a la infraestructura de Internet.
A mediados de noviembre, los ejecutivos tecnológicos prestaban
mucha atención. Muchos siguieron online la comparecencia de la asesora
de derechos de autor de Google, Katherine Oyama, ante la Comisión
Judicial del Congreso, el 16 de noviembre.
Otro ejecutivo, Ben Huh, presidente ejecutivo de la red de medios online Cheezburger Inc, ayudó a organizar el apagón online. Los miembros del Congreso
La combinación de las preocupaciones de la Casa Blanca, la inminente protesta en línea y la intensa presión sobre los legisladores de líderes de la industria de Internet cambiaron abruptamente la dinámica en el Capitolio.
El miércoles, cuando se celebraba el apagón, el apoyo a las leyes se derrumbó rápidamente. Algunos ejecutivos de Holly-wood reconocen su falla al tratar de ganarse la opinión pública conforme aumentaba la oposición.
Mientras las tecnológicas se abrazaban al poder de Internet, Hollywood dependía de viejas armas como anuncios de televisión o las pantallas de Times Square, en Nueva York. Resultó ser poco y tardío.
Un abogado de la industria del entretenimiento se quejó de que los argumentos de la parte contraria a menudo eran erróneos, pero se extendían como la pólvora por Internet, lo que los obligaba corregir la información sin el apoyo de una red virtual fuerte.
Amigos y enemigos de SOPA y PIPA no creen haber visto el final de la batalla.
Vìa, fuente :
http://www.jornada.unam.mx/2012/01/24/sociedad/048n1soc
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Otro ejecutivo, Ben Huh, presidente ejecutivo de la red de medios online Cheezburger Inc, ayudó a organizar el apagón online. Los miembros del Congreso
básicamente golpearon a Google, dijo Huh, quien siguió la comparecencia desde su oficina. “Lo estábamos viendo y dijimos ‘Esto es tremendamente injusto’”, agregó. Ese día habló sobre el testimonio con Erik Martin, gerente general del sitio de noticias sociales Reddit.com. Ambos liderarían los esfuerzos para conseguir el apagón, junto con otros, como el fundador de Wikipedia, Jimmy Wales.
Una gran combinación
Mientras la Casa Blanca se reunía con ambas partes, las
mayores compañías de telecomunicaciones emprendieron una campaña pública
con anuncios en los principales diarios, advirtiendo que las leyes
permitirían la censura, una petición en línea para vetar la SOPA sumó
casi 40 mil firmas en unos días.
Tres asesores de la Casa Blanca respondieron a la petición y
expresaron sus preocupaciones por las leyes, aunque pidieron mejorar la
ley antipiratería.La combinación de las preocupaciones de la Casa Blanca, la inminente protesta en línea y la intensa presión sobre los legisladores de líderes de la industria de Internet cambiaron abruptamente la dinámica en el Capitolio.
El miércoles, cuando se celebraba el apagón, el apoyo a las leyes se derrumbó rápidamente. Algunos ejecutivos de Holly-wood reconocen su falla al tratar de ganarse la opinión pública conforme aumentaba la oposición.
Mientras las tecnológicas se abrazaban al poder de Internet, Hollywood dependía de viejas armas como anuncios de televisión o las pantallas de Times Square, en Nueva York. Resultó ser poco y tardío.
Un abogado de la industria del entretenimiento se quejó de que los argumentos de la parte contraria a menudo eran erróneos, pero se extendían como la pólvora por Internet, lo que los obligaba corregir la información sin el apoyo de una red virtual fuerte.
Formamos parte de esas cosas en línea, pero se tiene que superar un comité de 14 personas, dijo.
La otra parte no tiene citatorios a comparecer. Simplemente cuelga la información, añadió.
Amigos y enemigos de SOPA y PIPA no creen haber visto el final de la batalla.
Las leyes son como los zombis, dijo Hug, de Cheezburger
Nunca se sabe si están muertos o van a regresar, observó. Cuando vuelvan, los grupos de presión de ambos lados pueden haber aprendido valiosas lecciones.
Vìa, fuente :
http://www.jornada.unam.mx/2012/01/24/sociedad/048n1soc
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