Lo
expuesto aquí es sólo parte de la sistemática destrucción del medio
ambiente que ocasionan las “potencias” que deberían cuidarlo. Pero no
sólo destruyen ecosistemas ajenos… son tan brillantes… que arruinan
también los propios. ¿Quizás pretendan mudarse de planeta una vez que
acaben con éste?… y hay gente que teme que seres extraterrestres
aniquilen el planeta… hasta donde yo sé… los Estados Unidos de
Norteamérica están dentro del globo terráqueo.
En
los años ’60, Egipto fue la pelota en un juego de rivalidades entre los
Estados Unidos y la Unión Soviética. Finalmente, los rusos del Este
levantaron una nueva represa en el Nilo.
Por
supuesto que no previeron que el lago Nasser resultaría de un tamaño
mayor al que habían planificado, pero no se preocuparon demasiado, sus
socios de la Unesco del Oeste llegaron para salvar los templos
monolíticos de Ramsés II en Abu Simbel, sólo tuvieron que trasladarlos
unos cientos de metros, (casi una escena de cine fantástico), para
evitar que el error de cálculo de los soviéticos sepultara bajo agua
estas reliquias de la cultura faraónica antigua, que toda su vida estaba
regida por las fértiles inundaciones del venerado río Nilo.
Todo el planeta estaba feliz. Se había salvado Abu Simbel.
El
pueblo nubio, que antes cultivaba las tierras donde hoy se encuentra el
lago, tuvo que ser reubicado, del mismo modo que ocurrió con los
templos.
El traslado fue menos
espectacular y más lejano, (en algunos casos cientos, y en otros miles
de kilómetros). La mayor parte de ellos fue reubicada en la región del
oasis Daklah. Es sabido que los oasis son microcosmos, cuyo equilibrio
ecológico depende de su número de habitantes, esto trajo aparejado
problemas sociales que resultan muy difíciles de resolver. El agravante
de estos problemas son las diferencias culturales pre-existentes entre
los indígenas de los oasis y los pobladores nubios. Si se tratase de una
hipótesis de conflicto, nadie dudaría en afirmar que el talón de
Aquiles del país es la represa de Asuán.
Para
colmo de males, en el desierto, el cinturón verde que crece a ambos
lados del río se reduce año a año. Los campesinos, desesperados por la
situación, huyen hacia la capital, El Cairo, la ciudad de mayor
dimensión de toda África.
Por
supuesto que esto trae aparejado un aumento del desempleo, que al irse
agravando con el transcurso del tiempo resultará en que no habrá comida
para comprar.
Las relaciones con los
vecinos se tornan difíciles, la población crece y la producción agrícola
disminuye. El río ya no fluye, los habitantes producen cada vez mayor
cantidad de heces, y los únicos que celebran este crecimiento, son los
parásitos que viven en el Nilo; y no es para menos… para ellos es el
paraíso, ya han infectado a uno de cada dos habitantes del país,
entrando por la piel y ubicándose en el hígado o la vesícula biliar,
mientras la población toma sus baños en el río.
Industrias sí que hay en El Cairo… pero el dinero no se come.
Y
luz eléctrica, está presente a orillas del Nilo, y en los oasis no
demasiado lejanos… solamente que la luz… no sirve para bañarse.
Lo expuesto es sólo parte de la sistemática destrucción del medio ambiente que ocasionan las “potencias” que deberían cuidarlo.
Pero
no sólo destruyen ecosistemas ajenos… son tan brillantes… que arruinan
también los propios, (¿quizás pretendan mudarse de planeta una vez que
acaben con éste?… y hay gente que teme que seres extraterrestres
aniquilen el planeta… hasta donde yo sé… los Estados Unidos de
Norteamérica están dentro del globo terráqueo).
Si
observamos lo que los propios yankies hacen en su territorio,
encontraremos que la mitad del Oeste de los Estados Unidos depende del
rico río Colorado en cuanto al agua y a la luz.
Han
construido artificialmente varias ciudades en el desierto sin respetar
las leyes naturales de un oasis. Las Vegas es un excelente ejemplo: sus
habitantes se duchan tres veces al día o se bañan en sus propias
piscinas; se visten cada día con ropa lavada a máquina, quizás también
secada a máquina, aunque el sol casi la seca más rápidamente; pero en el
piso 20º no se puede colgar afuera, quedaría hecha un trapo arrugado y
por otra parte, el acondicionador de aire perdería su efecto al abrirse
la ventana.
Durante las noches,
gastan su dinero jugando en todo tipo de máquinas, llenas de sonidos y
luces de todo color. Luego vuelven en avión a sus domicilios en Los
Ángeles, Nueva York o cualquier punto del país, donde viven diariamente
de manera muy intensa, esperando el gran cataclismo que va a destruir
sus edificios maravillosos, que es todo lo que poseen.
Conocen
el río Colorado por los avisos de cigarrillos que muestran antes de las
películas que producen en su barrio de Hollywood, para poder manejar su
angustia frente a este mismo cataclismo: gente encerrada en sus
limusinas, en un estacionamiento subterráneo, esperando la llegada del
agua de la represa, rompiéndose, lejos, para ahogarlos.
Esto
fue en los años setenta, ochenta, del siglo pasado. Ahora está
emergiendo otro tipo de miedo frente a una muerte más lenta. Los
estudios de sus universidades, líderes en el mundo científico, dicen que
en pocos años se van a quedar sin agua. Consumen demasiada. Van a tener
que cortar la producción de luz de sus plantas hidroeléctricas. Y la
mamá no sabe hacer la comida sin su horno de microondas, que, sin
electricidad, ha perdido su valor. Después, van a tener que racionar el
agua que puede beber cada persona. Van a esperar haciendo colas frente a
la última bomba que da a luz el agua.
Es
por esto que terminaron con la vida del Coronel Muammar Khadafi, entre
otros tesoros libios, codiciaban las reservas de agua y su proyecto del
Gran Río Artificial, que es una de las infraestructuras más importante
que se están llevando a cabo en el planeta. La idea consiste en extraer
agua de cuatro grandes acuíferos localizados en el centro del Sahara
libio para llevarla a las zonas de costa. Durante la búsqueda de
petróleo en Libia, los investigadores localizaron una importante área de
agua subterránea que se divide en cuatro cuencas.
La
cuenca del Kufra con casi veinte mil kilómetros cúbicos de agua, la
cuenca del Sirte con cerca de diez mil kilómetros cúbicos, la cuenca del
Marsik con cuatro mil ochocientos kilómetros cúbicos y la cuenca de Al
Hamada con cerca cuatro mil kilómetros cúbicos de agua. La suma de todos
estos recursos proporcionaría agua al país durante cuatro mil
ochocientos años. El sistema está pensado para abastecer a cerca de
ciento treinta mil hectáreas de tierras cultivables con los seis
millones de metros cúbicos que pueden extraer al día. Se podrán imaginar
lo que significa esto para los yankies, es oro puro.
Por
el mismo motivo buscan posar sus garras en el sur del hemisferio,
tratando de trasladar sus guerras hacia el Polo Sur, hacia las reservas
de agua de la Antártida. Con la zona de influencia de las Islas
Malvinas, están tranquilos. Con la zona perteneciente a Chile, súbdito
incondicional de la Corona británica y los Estados Unidos, también están
tranquilos. Pero surge un inconveniente con cuatro países que no están
alineados con su política de estado, que son Uruguay, Argentina, Brasil y
Paraguay. Y justamente bajo ellos yace el Acuífero Guaraní.
El
Sistema Acuífero Guaraní es uno de los reservorios de agua subterránea
más grandes del mundo, ocupa un área de alrededor de 1.190.000
kilómetros cuadrados (imaginen una superficie mayor que las de España,
Francia y Portugal juntas) por lo que también en un momento se lo
denominó “el Acuífero Gigante del Mercosur”.
En
Brasil abarca una superficie -en kilómetros cuadrados- de
aproximadamente 850.000 (9,9% del territorio) en Argentina 225.000
(7,8%) en Paraguay 70.000 (17,2%) y en Uruguay 45.000 (25,5%).El volumen
total de agua almacenado es inmenso (37.000 kilómetros cúbicos, donde 1
kilómetro cúbico es igual a 1 billón de litros). Todo hace suponer que
“surgirán” hipótesis de conflicto en la región y los gobiernos deberán
actuar de forma mancomunada para repeler la agresión.
Idénticos
motivos los lleva a preparar la entrada en México, subvencionando a
grupos armados, políticos de turno y medios “des”- informativos.
Utilizando
dos estrategias paralelas en la misma zona geográfica, el Corredor
Biológico Mesoamericano (CBM) y el Plan Puebla-Panamá (PPP),
(financiados por instituciones internacionales), se abre el camino a las
empresas trasnacionales para que accedan a la mayor riqueza biológica
de la región. Aquí se les hace más fácil, pues la frontera está a un
tranco de pollo, una invasión tendría el costo parecido a una “mudanza
doméstica”, casi hasta podrían hacerla a pie.
Ambos
proyectos son bien diferentes entre sí, (uno se plantea como objetivo
la “conservación” y el otro el desarrollo industrial), pero lo dañino es
que ambos representan el punto de partida para la explotación y
destrucción de ecosistemas únicos por su riqueza y diversidad biológica.
En el sureste de México y en Centroamérica se localiza el 11% de las
especies animales y vegetales del planeta, en ecorregiones de alta
prioridad. El problema radica en que el Estado mexicano se deshace de
sus responsabilidades en el área al ceder a las empresas los servicios
ambientales, y todos sabemos como termina el cuento: saqueo de recursos y
destrucción del medio ambiente con efectos residuales nocivos por
cientos de años.
El CBM está
considerado para los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo y
Yucatán, además de los países centroamericanos. El PPP comprende la
misma zona más los estados de Puebla, Guerrero, Tabasco y Veracruz.
El
PPP es un “regalo” que dejó el presidente Vicente Fox en 2000 y fue
aceptado por los presidentes de la región en el marco del mecanismo de
diálogo de Tuxtla en 2001. Y uno no puede dejar de preguntarse, ¿en qué
habrán estado pensando, (aparte del incentivo económico que las
multinacionales les deben de haber ofrecido), para proponer uno… y
aceptar los otros, un proyecto por el cual en la zona, la deforestación,
la contaminación y las endemias de flora y fauna amenazadas por el
tráfico internacional y los patrones de asentamientos humanos en áreas
ecológicas vulnerables y asociadas a fenómenos naturales de alto riesgo
agravan la calidad ambiental de la región.
El
PPP causaría un alto impacto negativo en la zona de
Acapulco-Zihuatanejo, Chilpancingo-Oaxaca, Tehuantepec-Tapachula,(áreas
de alta diversidad biológica).
También
está planeada una carretera que pretende cruzar los manglares de
Tabasco en México, y que dividiría la biosfera maya en los tramos de
Tikal-Calakmu.
Entre las empresas participantes están Tribasa, Texas Connection, Texaco, Pennzoil, Monsanto y Down Chemicals.
El CBM abarca cerca de 20 millones de hectáreas, con lo cual, el daño a producir será enorme, fatal e irrecuperable.
Vìa :
http://www.elciudadano.cl/2012/01/22/47277/saqueadores-de-tesoros-ahora-van-por-el-agua/
http://www.elciudadano.cl/2012/01/22/47277/saqueadores-de-tesoros-ahora-van-por-el-agua/
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