Al menos seis personas han resultado heridas en los violentos
choques en Bucarest entre manifestantes y la policía, que por segunda
jornada se enfrentaron tras una protesta pacífica contra las medidas de
austeridad adoptadas por el Gobierno. Exigen la dimisión inmediata del
Presidente.
Prensa y Agencias
Decenas de jóvenes lanzaron piedras, objetos del mobiliario urbano, petardos y bengalas en el centro de Bucarest contra los gendarmes, que respondieron con gases lacrimógenos e intentaron dispersar a los manifestantes.
La policía retuvo e identificó a una treintena de personas aunque no hizo ninguna detención, según la prensa rumana.
Hasta ahora se han ofrecido datos oficiales de seis heridos, dos agentes y cuatro participantes en las protestas.
La manifestación, en la que se pide la dimisión del presidente y el Ejecutivo rumanos por sus drásticos recortes sociales, salariales y la subida de los impuestos, comenzó de forma pacífica al mediodía.
Cientos de personas de todas las edades pidieron la dimisión del presidente y el primer ministro y elecciones anticipadas.
Gritos y pancartas de “ladrones” y “abajo el dictador” contra el jefe del Estado y protestas por la gestión de las autoridades llenaron la plaza de la Universidad durante horas.
Cientos de personas se manifestaron simultáneamente en otras ciudades del país, sin que se registraran incidentes violentos.
En la capital, los altercados comenzaron con la llegada a la zona al caer la noche de miembros de los grupos ultras de los equipos de fútbol de Bucarest, informó la prensa local.
Cientos de manifestantes pacíficos permanecen en el centro de la capital, gritando “sin violencia” y pidiendo la dimisión del presidente, Traian Basescu, y el primer ministro, Emil Boc, a quienes acusan de corrupción y de distribuir de forma injusta los recortes.
En las calles aledañas, grupos violentos siguen lanzando todo tipo de objetos contra los agentes del orden, que los repelen con cargas y gases lacrimógenos.
Cinco gendarmes resultaron heridos en los enfrentamientos del sábado por la noche, muy parecidos a los de hoy.
La ola de protestas comenzó con el rechazo del proyecto de ley para reformar la sanidad pública, con el que el Gobierno pretendía privatizar algunos servicios del sistema.
Las autoridades anunciaron el viernes la retirada de la ley, después de varios días de protestas en varias ciudades del país.
En los últimos tres años, y en el marco de sus acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno rumano ha reducido en un 25 por ciento los salarios públicos, recortado también buena parte de las ayudas sociales e incrementado los impuestos.
Rumanía es junto a Bulgaria el país más pobre de la Unión Europea y los manifestantes criticaban que la factura de la crisis ha caído sobre las espaldas de los contribuyentes y ha reducido mucho su nivel de vida.
Se intesifican las protestas contra el gobierno en Rumanía
Bucarest, la capital de Rumania, ha sido el escenario de protestas contra el gobierno durante tres días consecutivos, con más de 2.000 personas gritando y enfrentándose el día 15 con la policia antidisturbios en la central Plaza de la Universidad.
Los manifestantes pidieron al presidente y al gabinete renunciar y pidieron una elección anticipada. Algunos manifestantes enojados lanzaron rocas e incluso bombas Molotov contra la policía, la cual, en respuesta, disparó gas lacrimógeno.
Los enfrentamientos dejaron heridos, tanto manifestantes como policías, y algunos fueron trasladados a hospitales para recibir atención médica.
Las protestas, las más serias desde que el presidente Traian Basescu asumió el poder en 2004, estallaron por la renuncia del prestigioso funcionario de salud pública Raed Arafat.
El médico de origen palestino nacido en Siria, renunció el martes a su puesto como subsecretario de estado del Ministerio de Salud, en protesta por una nueva ley de salud de las autoridades.
Finalmente, las protestas se tornaron contra las medidas de austeridad del gobierno y de políticas poco populares como recortes salariales y de las prestaciones de asistencia social, así como por impuestos más altos. El presidente Basescu anunció el viernes por la noche la suspensión de la ley de salud, pero eso no ha disminuido el enojo del pueblo.
El primer ministro Emil Boc llamó hoy al diálogo y destacó que "lanzar ladrillos por todos lados" no es una solución para resolver los problemas que enfrentan los rumanos.
"El diálogo es la única manera de resolver todos los problemas en Rumania", dijo Boc tras visitar en un hospital de Bucarest a un gendarme lesionado el sábado durante las protestas.
Se informó que las protestas también se presentaron en otras ciudades del país.
Más información de lo que está ocurriendo en Rumanía:
Decenas de jóvenes lanzaron piedras, objetos del mobiliario urbano, petardos y bengalas en el centro de Bucarest contra los gendarmes, que respondieron con gases lacrimógenos e intentaron dispersar a los manifestantes.
La policía retuvo e identificó a una treintena de personas aunque no hizo ninguna detención, según la prensa rumana.
Hasta ahora se han ofrecido datos oficiales de seis heridos, dos agentes y cuatro participantes en las protestas.
La manifestación, en la que se pide la dimisión del presidente y el Ejecutivo rumanos por sus drásticos recortes sociales, salariales y la subida de los impuestos, comenzó de forma pacífica al mediodía.
Cientos de personas de todas las edades pidieron la dimisión del presidente y el primer ministro y elecciones anticipadas.
Gritos y pancartas de “ladrones” y “abajo el dictador” contra el jefe del Estado y protestas por la gestión de las autoridades llenaron la plaza de la Universidad durante horas.
Cientos de personas se manifestaron simultáneamente en otras ciudades del país, sin que se registraran incidentes violentos.
En la capital, los altercados comenzaron con la llegada a la zona al caer la noche de miembros de los grupos ultras de los equipos de fútbol de Bucarest, informó la prensa local.
Cientos de manifestantes pacíficos permanecen en el centro de la capital, gritando “sin violencia” y pidiendo la dimisión del presidente, Traian Basescu, y el primer ministro, Emil Boc, a quienes acusan de corrupción y de distribuir de forma injusta los recortes.
En las calles aledañas, grupos violentos siguen lanzando todo tipo de objetos contra los agentes del orden, que los repelen con cargas y gases lacrimógenos.
Cinco gendarmes resultaron heridos en los enfrentamientos del sábado por la noche, muy parecidos a los de hoy.
La ola de protestas comenzó con el rechazo del proyecto de ley para reformar la sanidad pública, con el que el Gobierno pretendía privatizar algunos servicios del sistema.
Las autoridades anunciaron el viernes la retirada de la ley, después de varios días de protestas en varias ciudades del país.
En los últimos tres años, y en el marco de sus acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno rumano ha reducido en un 25 por ciento los salarios públicos, recortado también buena parte de las ayudas sociales e incrementado los impuestos.
Rumanía es junto a Bulgaria el país más pobre de la Unión Europea y los manifestantes criticaban que la factura de la crisis ha caído sobre las espaldas de los contribuyentes y ha reducido mucho su nivel de vida.
Se intesifican las protestas contra el gobierno en Rumanía
Bucarest, la capital de Rumania, ha sido el escenario de protestas contra el gobierno durante tres días consecutivos, con más de 2.000 personas gritando y enfrentándose el día 15 con la policia antidisturbios en la central Plaza de la Universidad.
Los manifestantes pidieron al presidente y al gabinete renunciar y pidieron una elección anticipada. Algunos manifestantes enojados lanzaron rocas e incluso bombas Molotov contra la policía, la cual, en respuesta, disparó gas lacrimógeno.
Los enfrentamientos dejaron heridos, tanto manifestantes como policías, y algunos fueron trasladados a hospitales para recibir atención médica.
Las protestas, las más serias desde que el presidente Traian Basescu asumió el poder en 2004, estallaron por la renuncia del prestigioso funcionario de salud pública Raed Arafat.
El médico de origen palestino nacido en Siria, renunció el martes a su puesto como subsecretario de estado del Ministerio de Salud, en protesta por una nueva ley de salud de las autoridades.
Finalmente, las protestas se tornaron contra las medidas de austeridad del gobierno y de políticas poco populares como recortes salariales y de las prestaciones de asistencia social, así como por impuestos más altos. El presidente Basescu anunció el viernes por la noche la suspensión de la ley de salud, pero eso no ha disminuido el enojo del pueblo.
El primer ministro Emil Boc llamó hoy al diálogo y destacó que "lanzar ladrillos por todos lados" no es una solución para resolver los problemas que enfrentan los rumanos.
"El diálogo es la única manera de resolver todos los problemas en Rumania", dijo Boc tras visitar en un hospital de Bucarest a un gendarme lesionado el sábado durante las protestas.
Se informó que las protestas también se presentaron en otras ciudades del país.
Más información de lo que está ocurriendo en Rumanía:
La revuelta rumana de las tijeras
Eurasianhub/Rebelion
Bucarest: ¿diciembre de 1989? No: enero de 2012. Pero los
ciudadanos de ese país ya hablan de la “revolución anti-Băsescu” o,
simplemente, “Revolución de 2012″. Han vuelto a aflorar las viejas
banderas de hace veintidós años, y los vídeos que emiten los noticiarios
o que se pueden encontrar en la red, tienen la calidad casi mágica de
lo intemporal. Estas protestas, que están pasando totalmente
desapercibidas en los medios de comunicación occidentales, van dirigidas
contra la polìtica del tijeretazo en gastos sociales, por lo cual los
agujeros en las banderas nacionales cobran un nuevo significado en
relación a las de aquel lejano diciembre de 1989. El historiador y
profesor catalán Àlex Amaya Quer, residente en Cluj, relata en crónica de urgencia los pormenores que llevaron a la tensa situación social en Rumania.
Dentro del programa de reformas aplicado por el gobierno rumano e inspirado por otras instancias el Primer Ministro Boc anunció hace ya bastantes semanas la propuesta de una nueva Ley de Sanidad. Ésta incluía el copago sanitario, que se sumaría al copago “en negro” que existe desde hace décadas, no solamente en Rumanía, sino también en otros países de la zona (el sobrecito al médico o al anestesista, los billetes que se cuelan en el bolsillo de la enfermera o el portero…). También preveía la entrada de gestión privada en hospitales públicos y la competencia de éstos entre sí, lo cual favorecería el despido de personal y el acceso desigual a fondos públicos. Sin embargo lo que ha producido mayor polémica es la posible eliminación del SMURD (Servicio Móvil de Urgencia y Reanimación) para dar entrada a empresas privadas en los servicios de ambulancias.
El SMURD es un servicio público de primeros auxilios, muy eficiente y desarrollado. Su creador es el médico de orígen palestino Raed Arafat, uno de aquellos estudiantes de medicina de la época ceaușista que vinieron a Rumania en los años 70 y 80. Arafat se quedó en el país y, tras conocer experiencias similares en Francia y Noruega, creó el SMURD en la ciudad de Târgu Mureș. La experiencia fue tan buena que el Estado la adoptó como propia y la extendió a todo el país.
Arafat, una personalidad muy conocida y respetada, tenía el cargo de Secretario de Estado de Sanidad como independiente. Opuesto frontalmente a la propuesta de nueva Ley, durante la última semana ha protagonizado con Băsescu una gran polémica en los medios. Los contraataques del Presidente han sido bastante agresivos, rozando el mal gusto en la crítica personal. Al final, hace dos días, Arafat dimitió. Sin embargo, la opinión pública parecía estar abrumadoramente a favor de Arafat, del mantenimiento del SMURD como servicio público y de la retirada de la propuesta de ley. Ha habido campañas en facebook, twitter y en la prensa, pero ninguna manifestación reseñable hasta que ayer el presidente Băsescu salió por la tele para anunciar que retiraba la propuesta de ley.
En un sorprendente caso de movilización social llevada a cabo después de que el objetivo político se haya cumplido (y no en el sentido de muestras de triunfo o alegría, sino de protestas contra el gobierno y el presidente por una propuesta de ley que ya había sido retirada), tanto el viernes por la noche como hoy (sábado, 14 de enero), ha habido concentraciones en Bucarest, Cluj, Sibiu, Târgu Mureș y otras ciudades. Rehén de su propia ley de manifestaciones públicas (aprobada hace un par de meses y una de las más restrictivas de la UE), el gobierno usó la fuerza pública para dispersar las manifestaciones. No ha habido violencia, porque en general las concentraciones eran pequeñas y la gente se marchó sin más. Pero lo de hoy en Bucarest ha alcanzado otras proporciones, que no se veían en Rumania desde hacía años. Para reabrir el tráfico en Piaţa Universităţii se ha cargado contra los manifestantes, y se han usado gases lacrimógenos. Han volado varios ladrillos y ha habido policías heridos. A las 21:30 se reabrió el tráfico, pero a los diez minutos la muchedumbre lo volvió a cortar. Bien entrada la noche siguen repartiéndose palos en el centro de Bucarest.
Veremos mañana cuál es el balance de la batalla, pero Băsescu seguro que se arrepiente de haber retirado la ley (sin duda para salvarle los muebles a su partido en un año electoral). Es seguro que si hubiese seguido adelante, esto no hubiera ocurrido, o no en la misma proporción.
En medio de todo ello, la iconografía de la Revolución de Diciembre de 1989 sigue poseyendo una fuerza incombustible. Gritos de “Libertate” y banderas rumanas con el círculo central cortado, como hace 22 años.
Fuente: http://eurasianhub.com/2012/01/15/la-revuelta-rumana-de-las-tijeras/
Vìa, fuente :
http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/4072-los-rumanos-no-se-conforman-con-paralizar-la-privatizaci%C3%B3n-de-la-sanidad-y-exigen-la-dimisi%C3%B3n-del-gobierno-neoliberal.html
Dentro del programa de reformas aplicado por el gobierno rumano e inspirado por otras instancias el Primer Ministro Boc anunció hace ya bastantes semanas la propuesta de una nueva Ley de Sanidad. Ésta incluía el copago sanitario, que se sumaría al copago “en negro” que existe desde hace décadas, no solamente en Rumanía, sino también en otros países de la zona (el sobrecito al médico o al anestesista, los billetes que se cuelan en el bolsillo de la enfermera o el portero…). También preveía la entrada de gestión privada en hospitales públicos y la competencia de éstos entre sí, lo cual favorecería el despido de personal y el acceso desigual a fondos públicos. Sin embargo lo que ha producido mayor polémica es la posible eliminación del SMURD (Servicio Móvil de Urgencia y Reanimación) para dar entrada a empresas privadas en los servicios de ambulancias.
El SMURD es un servicio público de primeros auxilios, muy eficiente y desarrollado. Su creador es el médico de orígen palestino Raed Arafat, uno de aquellos estudiantes de medicina de la época ceaușista que vinieron a Rumania en los años 70 y 80. Arafat se quedó en el país y, tras conocer experiencias similares en Francia y Noruega, creó el SMURD en la ciudad de Târgu Mureș. La experiencia fue tan buena que el Estado la adoptó como propia y la extendió a todo el país.
Arafat, una personalidad muy conocida y respetada, tenía el cargo de Secretario de Estado de Sanidad como independiente. Opuesto frontalmente a la propuesta de nueva Ley, durante la última semana ha protagonizado con Băsescu una gran polémica en los medios. Los contraataques del Presidente han sido bastante agresivos, rozando el mal gusto en la crítica personal. Al final, hace dos días, Arafat dimitió. Sin embargo, la opinión pública parecía estar abrumadoramente a favor de Arafat, del mantenimiento del SMURD como servicio público y de la retirada de la propuesta de ley. Ha habido campañas en facebook, twitter y en la prensa, pero ninguna manifestación reseñable hasta que ayer el presidente Băsescu salió por la tele para anunciar que retiraba la propuesta de ley.
En un sorprendente caso de movilización social llevada a cabo después de que el objetivo político se haya cumplido (y no en el sentido de muestras de triunfo o alegría, sino de protestas contra el gobierno y el presidente por una propuesta de ley que ya había sido retirada), tanto el viernes por la noche como hoy (sábado, 14 de enero), ha habido concentraciones en Bucarest, Cluj, Sibiu, Târgu Mureș y otras ciudades. Rehén de su propia ley de manifestaciones públicas (aprobada hace un par de meses y una de las más restrictivas de la UE), el gobierno usó la fuerza pública para dispersar las manifestaciones. No ha habido violencia, porque en general las concentraciones eran pequeñas y la gente se marchó sin más. Pero lo de hoy en Bucarest ha alcanzado otras proporciones, que no se veían en Rumania desde hacía años. Para reabrir el tráfico en Piaţa Universităţii se ha cargado contra los manifestantes, y se han usado gases lacrimógenos. Han volado varios ladrillos y ha habido policías heridos. A las 21:30 se reabrió el tráfico, pero a los diez minutos la muchedumbre lo volvió a cortar. Bien entrada la noche siguen repartiéndose palos en el centro de Bucarest.
Veremos mañana cuál es el balance de la batalla, pero Băsescu seguro que se arrepiente de haber retirado la ley (sin duda para salvarle los muebles a su partido en un año electoral). Es seguro que si hubiese seguido adelante, esto no hubiera ocurrido, o no en la misma proporción.
En medio de todo ello, la iconografía de la Revolución de Diciembre de 1989 sigue poseyendo una fuerza incombustible. Gritos de “Libertate” y banderas rumanas con el círculo central cortado, como hace 22 años.
Fuente: http://eurasianhub.com/2012/01/15/la-revuelta-rumana-de-las-tijeras/
Vìa, fuente :
http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/4072-los-rumanos-no-se-conforman-con-paralizar-la-privatizaci%C3%B3n-de-la-sanidad-y-exigen-la-dimisi%C3%B3n-del-gobierno-neoliberal.html
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