(Foto de archivo)
Los fanáticos religiosos culpan a estos herederos y transmisores de los conocimientos ancestrales de haber pactado con el diablo y de ser responsables de la mortalidad infantil en la zona, a pesar de los reportes de salud que arrojan altos índices de males bronquiales y diarreas.
Al no poder curar a los enfermos se les culpa de provocar la muerte de los menores con rituales de brujería.
Solo siete cuerpos han podido ser rescatados del río con muestras de haber sido torturados con machetes, hachas y armas de fuego. El resto de cadáveres probablemente haya sido devorado por los peces.
Vicente Otta, viceministro de Interculturalidad, señaló que tanto el alcalde Alfredo Torres como su hermano Augusto están bajo investigación de la fiscalía de Yurimaguas.
“Estos crímenes se han producido a consecuencia del abandono, indiferencia y falta de comprensión frente a la cultura de los pueblos indígenas y amazónicos”, dijo.
Es conocida la postura del alcalde de Balsapuerto, Alfredo Torres, sobre los chamanes a quienes ha calificado de demonios.
Por lo pronto, desde el ministerio de Cultura se ha establecido contacto con la policía y la fiscalía para que aceleren las investigaciones.
Gracia Ojeda, directora de Inclusión de Conocimientos Ancestrales, sería parte del equipo que viajará a la zona en los próximos días y cuestionó que las autoridades pretendan excusarse de acudir oportunamente al lugar de los hechos por problemas logísticos.
De otro lado, la policía tampoco descarta la existencia de celos entre curanderos y problemas de tierras.
Vìa , fuente :
http://servindi.org/
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