Imagen. El Arsenal.net
La visión de los pueblos indígenas y del Estado mexicano es
irreconciliable, por lo que la única alternativa que les queda para
relacionarse es la negociación, apuntó el catedrático de la Universidad
Intercultural Indígena, Carlos Montalvo Martínez, quien consideró obvio
que los gobiernos en México se opongan a que las comunidades definan a
sus autoridades por la vía de usos y costumbres, ya que esto debilita al
Estado desde su perspectiva de sistema de partidos.
.- Frente al proceso legal que han venido
desarrollando los habitantes de Cherán para que durante esta elección se
les permita definir a sus autoridades a través del método de usos y
costumbres, Montalvo Martínez consideró que el planteamiento de la
comunidad tiene sustento jurídico, ya que parte de lo establecido en el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, referente a
los pueblos indígenas, “ahí se prioriza que cualquier proyecto político o
de desarrollo debe ser consultado con las comunidades, por lo que con
base a eso Cherán puede entrar a un diálogo o negociación con el
Estado”.
El diálogo entre comunidades y Estado mexicano no deja de ser
complejo, según lo reconoce Montalvo Martínez, “no hay que perder de
vista que el Estado se conforma por una serie de instituciones que lo
sustentan, una de ellas que le da razón y vida es precisamente la de los
partidos políticos, entonces desde el punto de vista del Estado
renunciar a que los partidos tengan influencia en las comunidades es
como delegar su poder y eso para algunos se entiende como un
debilitamiento en su naturaleza de ser.“Sin embargo, desde la perspectiva de los pueblos indígenas es otra la lógica, ellos buscan tener condiciones para seguir siendo, históricamente se han constituido en un territorio y han conformado sus sistemas jurídicos que no son reconocidos por el Estado, y se les denomina como usos y costumbres.
“En la historia de los pueblos indígenas vemos que en la constitución del Estado siempre se ha dado una diferenciación, esto viene desde el proceso de colonización del país, es decir, de todo un proceso histórico para la conformación del Estado, por eso se observa muy complicado que éste renuncie a que los partidos ejerzan poder en una comunidad, porque es renunciar a esta hegemonía que se ha constituido históricamente”.
Es así como Montalvo Martínez subraya que si bien para los pueblos indígenas es bueno y necesario para su propia convivencia que se reconozcan sus mecanismos de organización y de decisión, no lo es para la normatividad ya instituida desde el Estado establecido y fortalecido.
“Aquí es una cuestión más de estrategia de los pueblos indígenas, de ver cómo pueden generar los caminos y las vías que les permitan garantizar estos mecanismos que tienen, entonces aparece la necesidad de una negociación, establecer un puente entre el derecho positivo y el derecho indígena”.
En lo cotidiano, el catedrático apuntó que uno de los problemas que los pueblos indígenas encuentran es el cómo vincular su autoridad tradicional con los partidos ya constituidos, a lo cual se suma el factor del financiamiento, “el problema es ver cómo pueden llegar a obtener el presupuesto que obtienen los partidos para sus actividades proselitistas. Es una cuestión muy complicada para que se le pretenda dar una respuesta simple”.
- ¿Hay hipocresía en la reforma constitucional federal en materia de derechos humanos?, porque finalmente no acaba aterrizando, por ejemplo, en la realidad de los pueblos indígenas por la falta de leyes secundarias que le den cauce.
“Si hablamos de Constitución hablamos de derecho positivo y éste no se puede separar del Estado, entonces no es que haya hipocresía, sino que simplemente es lo que le da sustento al Estado, por lo que renunciar a esa esencia es relegar o perder esa representatividad en los pueblos.
“Justamente aquí aparece el problema de la autonomía, ¿por qué no se le otorga a los pueblos indígenas?, porque precisamente las funciones que ahorita le dan razón de ser al Estado las asumirían otros sujetos políticos y se debilitaría, porque su naturaleza que existe con el derecho positivo entra en contradicción con la forma de regirse de los pueblos, y éstos caminan más hacia la autonomía, hacia los usos y costumbres y las tradiciones históricas, y vemos que esta historia es de dos grupos, dos bloques históricos, aquel que se ha constituido desde la Conquista, desde la Colonia y que sigue ahora a través de los sujetos económicamente fuertes, y el bloque de los pueblos indígenas que siempre han estado subordinados a las leyes que son el sustento del derecho”.
- ¿Entonces cuál es la alternativa?, ¿o es un asunto irreconciliable entre una visión y otra?
“Sí, es irreconciliable, y lo que se debe hacer es buscar una forma de negociar. Tampoco creo que sea imposible, las condiciones históricas están justamente llevando a reformas, tampoco las leyes son permanentes, van cambiando y la transformación es impulsada por el movimiento de los pueblos.
“El caso de Cherán es un punto muy importante, es un termómetro a nivel nacional porque hay un planteamiento político, es claro cómo no hay ya una creencia hacia las leyes y las instituciones porque éstas se han debilitado, la comunidad hace un planteamiento diferente que implica una transformación en la relación de las comunidades con el Estado.
“Por eso si el Estado logra que Cherán vuelva a la estabilidad va a ser un punto a su favor porque lo fortalece, es una cuestión de política estratégica, porque incluso en Cherán los indígenas ya están llevando a cabo sus propios mecanismos de justicia y de seguridad que evidencian que hay capacidad y alternativas para regirse, por eso considero muy difícil que el Estado se quede estático perdiendo capacidad de influencia en un territorio, por lo que buscará intervenir y mantener su fortaleza”.
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Fuente: Eco Portal.Net: http://www.ecoportal.net/content/view/full/100782
Vìa :
http://servindi.org/
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