La actual
administración dio inicio a su “nueva forma de gobernar”, ligando de
manera estrecha las figuras emblemáticas en el Gobierno –la figura del
Presidente en primer lugar- a su presencia en los medios de
comunicación. Esta estrategia posee la virtud de acrecentar la
popularidad de un personaje en directa relación a su valor exhibitivo de
manera muy rápida. Es el caso del ministro señor Golborne y del mismo señor Piñera durante el episodio de los mineros atrapados en la mina San José, hace ya un año.
La
misma estrategia, sin embargo, entraña el riesgo de crear una
dependencia muy fuerte entre la popularidad / aceptación de un personaje
o equipo de gobierno a los inestables indicadores de “rating” En el
ámbito comunicacional se sabe que los índices de popularidad son de suyo
inestables; esto porque no se fundamentan en la “convicción” o
adscripción valoriza o ideológica sino, por el contrario, responden a la
“seducción” afincada en el gusto de ciertos públicos en determinadas
circunstancias.
En la medida que las
promesas de campaña del actual mandatario se han visto desmentidas, sus
públicos, aun los más próximos, han ido desertando. Es necesario poner
atención al hecho de que la falta de popularidad del Gobierno es
paralela al decrecimiento en la aceptación de la oposición. Los públicos
desencantados reprueban a los actores institucionales y simpatizan con
un movimiento social emergente: los estudiantes. Cuando la aceptación o
rechazo hacia un gobierno ya no se relaciona con determinadas
convicciones, los índices pueden descender más allá del núcleo de apoyo
“duro”. Ello explica la baja del Gobierno en sectores altos,
tradicionalmente fieles a posturas de derecha.
En
pocas palabras: Como cualquier producto televisivo, el actual gobierno
ha apostado su destino político a las veleidades de la seducción
mediática. Desde un punto de vista positivo, la imagen hace posible una
capitalización política elevada en un plazo breve; en su aspecto
negativo, el capital político acumulado será siempre inestable y
volátil. De este modo, la inscripción mediática del actual gobierno lo
condena a la inestabilidad propia de sus públicos.
Por Álvaro Cuadra
Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. Elap. Universidad Arcis
Vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/09/10/pinera-un-gobierno-impopular/
http://www.elciudadano.cl/2011/09/10/pinera-un-gobierno-impopular/
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