Pero este 11 no será una conmemoración más. Si bien el año pasado la fecha fue catalogada por el gobierno de derecha que lidera Sebastián Piñera como el más “tranquilo en muchos años”, gracias a un fuerte operativo policial que mantuvo a raya a los manifestantes y a la anestesia que aún significaba en la ciudadanía el efecto del terremoto y tsunami que devastó a gran parte del país, este año la cosa no será igual.Hoy se cumplen 38 años desde que Augusto Pinochet, el difunto general en jefe de las fuerzas armadas chilenas, encabezara un golpe militar que terminó por derrocar al presidente Salvador Allende y diera paso a una de las etapas más oscuras en la historia de este país, que incluyó miles de muertes y desapariciones, convirtiendo la dictadura chilena en una de las más sangrientas y en un ícono mundial de lo que nunca más se debe hacer y permitir. La imagen de La Moneda bombardeada sigue siendo sinónimo de horror y tristeza y, por cierto, un tema que sigue dividiendo a los chilenos.
Las multitudinarias manifestaciones, primero de los ambientalistas y ecologistas y luego el reclamo de los estudiantes, que acaparó más del 80 por ciento de apoyo de la ciudadanía, lograron condensar todo el descontento de la gente que se aburrió de tener que endeudarse para estudiar, de que se les cobren intereses abusivos en las universidades o que se dé una mala educación. Súmese a ello la cuenta que se le pasa a la administración de Piñera por promesas incumplidas, letra chica en algunos proyectos de ley presentados, como por ejemplo soluciones a la salud o a las jubilaciones, pero que ocultan triquiñuelas que sólo mantienen el modelo neoliberal imperante en Chile. “El gobierno de excelencia de Piñera no es tal, pues ha cometido un sinfín de errores y no ha cumplido. Además, ahora, por último, en las marchas se ha puesto a reprimir de una manera exagerada, incluso con la muerte de un joven (Manuel Gutiérrez de 16 años, asesinado por la policía). Se les ha pasado la mano”, dice a Página/12 Rodrigo Morales, sociólogo de la Universidad de Chile.
“Existe una efervescencia social no vista hace mucho tiempo”, reconoció hace unos días el general de Carabineros José Luis Ortega, institución que ha estado en tela de juicio en los últimos días. “Va a ser un año distinto. Hay variables que no estaban el año pasado y que van a influir directamente. La muerte de este joven es una bandera de lucha no solamente para Santiago, va a ser para todo el país. Hay variables que van a influir directamente”, agregó.
La Intendencia Metropolitana autorizó la tradicional marcha convocada por la Asamblea Nacional de Derechos Humanos para este domingo. El recorrido fue fijado con organizadores y Carabineros, pero no garantiza que no se produzcan desórdenes en el trayecto que va desde el centro de Santiago hasta el Cementerio General, donde se realizará un acto.
“Tenemos confianza en que la marcha se realizará con respeto y tranquilidad. En una semana tan dolorosa para Chile, en la que todos estamos conmovidos por la tragedia aérea de Juan Fernández”, dijo la intendenta Cecilia Pérez.
Lo cierto es que desde ayer se reforzó el contingente policial en al menos 14 puntos conflictivos de Santiago, principalmente en las poblaciones periféricas. Algunas de las numerosas marchas por la educación chilena que se han llevado a cabo en Santiago y regiones han terminado con violentos enfrentamientos entre jóvenes de rostro cubierto y carabineros. Además, en las numerosas protestas que se han realizado, incluidos los cacerolazos nocturnos, la policía ha reprimido duramente, situación que comenzó a repetirse desde anoche.
La jornada de hoy incluye, además de la caminata al memorial por los caídos en el cementerio general, la entrega de una ofrenda floral por más de 10 agrupaciones de derechos humanos en el monumento erigido en honor al presidente Salvador Allende en la Plaza de la Constitución, a unos metros de La Moneda.
La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, contó a Página/12 que la muerte del joven Manuel Gutiérrez es una situación que no se tolerará más.
“Cuando el gobierno de Piñera prohibió la marcha del 4 de agosto y hubo grandes enfrentamientos, a la marcha siguiente salieron miles y miles a las calles. Ahí quedó claro que en Chile nadie está dispuesto a aceptar y vivir eso. La violación a los derechos humanos es lo peor.”
En la vereda del frente, la Corporación 11 de Septiembre celebró un nuevo aniversario del golpe de Estado que los cada vez menos –en público al menos– seguidores de Pinochet califican como “una segunda independencia nacional”, homenajearon a los “combatientes” y “presos políticos militares”, actualmente en reclusión por violar los derechos humanos
La viuda del dictador, Lucía Hiriart, destacó el afecto que hasta el día de hoy recibe por parte de muchas personas que valoran lo que su marido hizo por al país.
Al evento asistieron autoridades de Carabineros y las Fuerzas Armadas de Chile, además de autoridades militares argentinas, según consignó radio Bio Bio. Hoy se realizará una misa por el ex general de Ejército Augusto Pinochet, en la Catedral Castrense de Santiago, donde los pañuelos con olor a naftalina cubrirán las lágrimas de muchos que cada día ven más lejos los tiempos en que el genocida gobernaba Chile.
@chripalma
Fuente, vìa :
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-176550-2011-09-11.html
Imagen EFE
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