No se dice.
Acude a nuestros ojos,
a nuestras manos, tiembla, se resiste.
Dices que esperas —te esperas— desde entonces,
y sabes que el adiós es inútil y triste.
Acude a nuestros ojos,
a nuestras manos, tiembla, se resiste.
Dices que esperas —te esperas— desde entonces,
y sabes que el adiós es inútil y triste.
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