Afp, Dpa, Ap y Reuters
Las movilizaciones fueron reprimidas y cubiertas de manera parcial por la prensa local
Simpatizantes de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura prendieron fuego a barricadas que instalaron cerca del Estadio Nacional, en Tegucigalpa.
Numerosas protestas, repelidas por la policía y cubiertas de manera mínima y sesgada por la prensa local, marcaron ayer el inicio del segundo mandato consecutivo del presidente Juan Orlando Hernández, relecto en los comicios de noviembre pasado, los cuales se caracterizaron por sospechas de irregularidades y denuncias de fraude por la izquierdista Alianza de Oposición Contra la Dictadura.
Con gases lacrimógenos, vehículos y tanquetas de agua, las fuerzas de seguridad se lanzaron contra los manifestantes, quienes sostienen que Hernández fue relecto como resultado de un fraude electoral masivo.
Prometo cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, declaró Hernández, abogado de 49 años y líder del Partido Nacional, al momento de juramentar y recibir la banda presidencial durante una sesión del Congreso efectuada en el estadio nacional de esta capital, a la que asistieron miles de simpatizantes. El acto fue resguardado con un fuerte operativo tierra-aire, aplicado por el ejército y la policía, para evitar cualquier tipo de ataque.
Entre aplausos, Hernández expresó: Mi compromiso es trabajar por todos los hondureños, sin importar por quién votaron. Estoy consciente de que existen diferencias, tenemos que sentarnos a dialogar, sin barreras, tenemos que unir al país. Se comprometió a mejorar la seguridad e invertir más en salud, educación, empleo y agricultura, al tiempo que llamó a la oposición a establecer un diálogo para superar la polarización política que dejó el proceso electoral del 26 de noviembre del año pasado.
En el centro de Tegucigalpa, mientras seguía el discurso, miles de seguidores de la alianza salieron a las calles en rechazo a la toma de posesión. Las movilizaciones devinieron enfrentamientos con los integrantes de los cercos de seguridad, cuando los inconformes trataron de dirigirse hacia el estadio nacional. Sin embargo, los grupos fueron dispersados con granadas de gas lacrimógeno y tanquetas.
Así reprime el dictador a su pueblo, expresó Salvador Nasralla, ex candidato presidencial de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, en la colonia Miraflores, donde se concentró la oposición para marchar. Respaldó la invitación de Hernández al diálogo, pero aclaró que debía hacerse con un mediador que garantice que lo que se acuerde en las conversaciones sea cumplido.
Seguiremos en la lucha por rescatar al país de la dictadura, sin reconocer a Hernández como presidente, enfatizó Nasralla, acompañado por el ex mandatario Manuel Zelaya Rosales, derrocado por un golpe de Estado en 2009.
En otros cuatro departamentos del país los manifestantes bloquearon carreteras e incendiaron un camión de carga, reportó el portavoz del Ministerio de Seguridad, Jair Meza. Críticos del gobierno señalaron que las cadenas de radio, televisión y medios impresos brindaron una amplia cobertura al acto oficial para minimizar el impacto de las protestas.
Veintiún días después de las elecciones, el Tribunal Supremo Electoral declaró –el 17 de diciembre– a Hernández ganador de los comicios, con 42.95 por ciento de los votos, frente 41.25 de Nasralla. Los primeros resultados desataron violentas protestas, las cuales dejaron al menos 37 muertos, luego de que se detectaron irregularidades durante los escrutinios y la alianza interpuso un recurso de nulidad por fraude.
vía:
http://www.jornada.unam.mx/2018/01/28/mundo/020n1mun
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