Este reportaje se llama así, porque no
supe llamarlo de otra forma. Trata de las AFP y cuando logras
interiorizarte un poco en el tema y miras hacia el futuro, entonces pasa
eso. Se te rompe el corazón.
El ánimo de este texto, no es denunciar a
nadie ni descubrir la rueda; sino ilustrar de manera simple -lo más
simple que pude- varios aspectos que resultan fundamentales a la hora de
ver las noticias y saber al menos, contra quién hay que enchucharse
cuando te dicen que “se perdió plata en los fondos tal o cual” como si
se tratara de un acto de magia o como si no fuera culpa de nadie.
Te invito a que aunemos conceptos. Y que, al final del texto, putiemos juntos.
Vamos por partes
La seguridad social es un Derecho Humano
Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo N°22 dice que: “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a seguridad social”
Por otra parte, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales indica en su artículo N°9 que “Los estados partes en el presente pacto reconocen el DERECHO de toda persona a la seguridad social, incluso al seguro social”.
Siguiendo con la idea, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, en su artículo N°16 del acuerdo, dice que: “Toda persona tiene derecho a la seguridad social que le proteja contra las consecuencias de la vejez y de la incapacidad”.
La
quintaesencia de esta idea, radica en el reconocimiento de la obligación
y responsabilidad de la sociedad para con las personas que trabajaron
por la construcción y el mejoramiento de la misma y necesitan apoyo.
Vale decir, es una devuelta de mano para todos lo que se sacaron la
cresta trabajando toda su vida, sacrificando tiempo con sus familias
para ser parte del motor que le da la vida a Chile.
Cabe destacar que la OIT ha señalado que: “No
existe un modelo único de seguridad social, pero el Estado debe tener
la función prioritaria para facilitar, promover y extender la
cobertura”.
Y esa es
la clave. El Estado. Porque el Estado es el que debe velar por nosotros
y, en cambio, le han dado cancha, tiro y lado a las AFP para que hagan y
deshagan con el fruto de nuestro trabajo; con lo más sagrado, que son
nuestros ahorros, lo que quieran. Incluso que los pierdan. Y nos han
dejado completamente impotentes.
Nuestro
derecho a la seguridad social lo convirtieron en un “bien de consumo”
bajo la lógica del “sálvese quien pueda” y los pobres, que se jodan en
su mierda.
Para
conseguir todo esto, nos mintieron descaradamente e incluso, en muchos
casos, a los trabajadores se les obligó a cambiarse del antiguo sistema
de protección social bajo amenazas de despido, porque las empresas (y
algunos departamentos públicos, como las municipalidades) iban a
trabajar de forma exclusiva, imponiendo en las AFP.
Las mentiras y las promesas incumplidas
Fue José Piñera,
(el hermano de don Piñi, que otrora fuera presidente de Chile) quien
trajo este engendro monstruoso a Chile. Para “venderlo”, cual Pedro que
negó a Jesús tres veces antes de que fuera crucificado, José mintió tres
veces antes de clavarnos a todos:
La
primera mentira fue que supuestamente las remuneraciones líquidas serían
un 8% más suculentas que en el antiguo sistema, señalando que sólo
bastaría con el 10% de nuestras cotizaciones y no sería necesario, nunca
más que los empleadores cotizaran por nosotros de forma complementaria
ya que sería papá Estado quien iba a asumir el costo de las asignaciones
familiares y de otras prestaciones. Gran mentira ya que nuestras
pensiones son muy inferiores en proporción a las que entregaba el
antiguo sistema.
La
segunda mentira, vinculada con la anterior, fue que nuestras pensiones
serían equivalentes al 70% de nuestro último sueldo recibido. Vale
decir, si ganas, por ejemplo, 500.000, tu pensión iba a ser de 350.000
pesos. (Cuando está demostrado que las pensiones de personas que ganaban
500.000 pesos, en muchos casos no superan las 250 lukas (y estoy siendo
generosa, pensando que esta persona trabajó 40 años, sin vacíos en su
sistema de ahorro previsional).
La
tercera mentira fue que todo lo anterior iba a ser posible gracias a que
el trabajador aportaría el 10% de su salario para su pensión, más el 3%
del seguro de invalidez y sobrevivencia, plus un 4% para salud. Es
decir, se iba a ahorrar un 17% de nuestro sueldo.
Pero hay otro punto además, que estaba en tinieblas al implementar este cruel sistema de pensiones: el fin político.
Si los
ahorros de las pensiones de las personas pasaban a manos privadas, se le
restaba un importantísimo poder al Estado. Así las cosas, éste pasaba
necesariamente al servicio de los grupos económicos. De esta forma la
lucha de clases dejaba de ser una herramienta política ya que las
pensiones de cada uno de los trabajadores dependían, ya no del estado,
sino de la buena salud de sus respectivas empresas, lo que aminoraba la
posibilidad de paros ilegales u otras acciones.
En otras
palabras, nos volvieron sus esclavos. Y a pesar de todo lo que
hicieron, del poder que consiguieron, de todas las mentiras que dijeron,
el sistema fracasó rotundamente.
Los problemas reales del actual sistema
Estamos
claros en que este sistema no funciona. Ya lo ha reconocido todo el
mundo y cada uno de los jubilados lo sufre en carne viva, en una
situación vital en el que los gastos aumentan considerablemente ya que
la salud se va poniendo frágil.
Es
fundamental que entendamos los errores de este sistema para que estemos
más atentos frente a lo que se viene a este respecto en materia
política:
a.- La
primera piedra de tope para que esto funcione como debiera, es que los
grandes conglomerados son los que tienen la sartén por el mango. Ellos
tienen el poder de hacer y deshacer a su antojo y ese poder sale
directamente de nuestros ahorros. Sin nuestro dinero, estos infelices no
tendrían nada; sin embargo, gracias a los miles de millones que
ahorramos de forma obligatoria
(lo que es equivalente al peor de los asaltos), manejan las políticas
del país a su antojo gracias a la cooptación de los políticos y del
poder ejecutivo.
b.- La
prensa, que debiera cumplir el rol de educar y difundir información
respecto de lo que sucede con las AFP, depende de sus financistas, los
que tienen intereses políticos y económicos que obligan a la prensa a
desinformar en favor de sus propios intereses.
Acá el
tema es complicado ya que son muchas personas y sus familias las que
dependen de estos empleos. Lamentablemente, los que tienen el dinero y
el poder, son los que tienen el acceso para auspiciar todo lo que vemos
por TV y por la prensa. Y esto va más lejos de un mero anuncio
publicitario, para los que se han presentado figuras emblemáticas como
Delfina Guzmán, Fernando Farías, Julio Jung, Fernando Godoy y Marcelo
Pellegrini
Lo
cierto es que un contrato de auspiciador también incluye ciertas
cláusulas. Por ejemplo, no era de sorprenderse que en los canales que
auspiciaban con farmacias Cruz Verde, poco o nada se decía de los
empleados que sostuvieron una huelga que duró más de dos meses, los que
denunciaban el pago de “canelas” y otras cosas horribles. Pues no es
difícil suponer que con las AFP pasa lo mismo.
Basta
con darle un ojo a quienes son los controladores de los canales de TV,
las cadenas de radios y la mayoría de los diarios para sacar
conclusiones y entender que estas importantes vías de formación de
opinión, son manejados a voluntad y conveniencia de los grandes
conglomerados económicos, gracias, justamente al poder que les da
nuestro dinero.
Durante
los primeros días de enero, supimos por la prensa, que los fondos A y B
de las AFP perdieron todo lo ganado en 2015. De eso ya nadie se acuerda.
Hubo mucha gente que perdió millones de pesos y lo más terrible es que
estas pérdidas afectan mayormente a quienes están a punto de jubilarse
ya que son los que tenían más dinero ahorrado y las pérdidas son
directamente proporcionales a la cifra de tu ahorro. A esto se suma que
ya no habrá tiempo para ellos de recuperar dichos fondos y NADIE se va a
hacer responsable de devolver esos dineros que fueron malamente
invertidos. O sea, es lo mismo que si te robaran y no tuvieras a quien
reclamar ya que al poner tus ahorros en determinados fondos, se entiende
que asumes los riesgos. Obviamente, lo lógico es que las aseguradoras
dejen tu dinero intacto. Que las malas gestiones las pague la misma
empresa que cuando gana, te da un porcentaje menor de sus ganancias.
Pero ya ves. Las AFP tienen un pensamiento neoliberal cuando hay
ganancias y un pensamiento muy socialista cuando pierden ya que si
ganan, ganan ellos. Si pierden, pierde la colectividad.
Cabe
recordar que en el año 2008 se perdió el 40% de los fondos de pensiones.
En ese momento, todo también pasó como si lloviera. Y tampoco nadie se
hizo responsable de la pérdida de los cotizantes. Sin embargo las AFP no
perdieron ni un céntimo. Y para ese momento ni siquiera se
establecieron comisiones investigadoras en el congreso para tratar de
identificar qué sucedió.
c.- Lo
anterior me lleva necesariamente a hablar de la cooptación de políticos
para que operen a favor de los conglomerados financieros -insisto-
gracias al poder que le dan nuestros fondos y los recursos que de ellos
obtienen. No es un secreto, gracias al destape de casos como el de
Penta, que los políticos necesitan financiar sus campañas políticas.
Atrás quedaron los tiempos del debate de ideas, de los buenos oradores y
del trabajo puerta a puerta. Vivimos en una época donde lo audiovisual y
la publicidad ganaron el terreno de nuestros ideales y las campañas
políticas optaron por ese camino. No cuesta mucho recordar las caras
photoshopeadas de nuestros poco agraciados políticos, en tremendos
pendones.
O las poco afortunadas campañas con marionetas al estilo 31 minutos, pero después de años de pasta base.
Todo eso
cuesta dinero. También cuesta cara toda la basura con la que llenan
nuestras calles, sin ideas y con malos slogans. Pues ese dinero sale
directamente de los grandes consorcios empresariales y tenemos ejemplos
como los de Marta Isasi, Jaime Orpis y a Jovino Novoa, por dar los
ejemplos más representativos de este último tiempo.
De esta
forma, se aseguran que nuestros políticos muevan las leyes, no para el
bienestar del país y de quienes lo conforman, sino de las empresas que
nos explotan y se llevan el dinero fuera de Chile. Esto también explica
la falta de comisiones investigadoras que se interioricen, y discutan lo
que está pasando. Acá da la impresión de que TODOS tienen tejado de
vidrio.
d.- No
podemos dejar de mencionar como falencia de este sistema, los altísimos
costos administrativos (ya que entre ellos se pagan muy bien), que son
financiados exclusivamente por los cotizantes y asegurados, a los que
nos reducen los depósitos en nuestras cuentas individuales y en nuestras
pensiones futuras. Vale decir: Desde el sueldo de los gerentes, hasta
el aire acondicionado de sus oficinas, lo pagamos nosotros.
Y para
colmo de males, estos infelices aumentaron su capacidad de ganancias ya
que el Estado, a partir de 2015, obliga a cotizar también a los
trabajadores independientes, lo que hace más lucrativo el negocio de las
AFP. Sin embargo y frente a todo lo expuesto anteriormente, cuando han
surgido comisiones o proyectos que indican que deberíamos volver al
sistema anterior, las AFP se defienden con garras y dientes y se
aprovechan de nuestra ignorancia para hacernos creer que no hay más
alternativa que la mierda en la que nos tienen.
Los errores del sistema anterior
Cuando
el gobierno de Piñera hizo el traspaso de mando a Bachelet, le entregó
un documento de más o menos 90 páginas, que contiene en su interior
“Propuestas para Mejorar las Pensiones de Vejez”. Pero ya sabemos que
nuestra vejez les importa un comino y, lo que ese documento esconde
realmente es toda una estrategia “comercial” en donde garantizan que, si
nos aumentan los impuestos, a las mujeres nos hacen jubilar a los 65
años y si masifican el ahorro voluntario de forma colectiva, nuestras
pensiones van a subir.
Frente a la idea de volver al antiguo sistema de protección social, señalan que “Tomar
el camino de regreso a nuestro antiguo sistema previsional
representaría un grave error. La experiencia histórica de nuestro país
aporta suficiente evidencia respecto a la magnitud de las debilidades y
limitaciones de los sistemas de reparto”, dice. Sin embargo, la experiencia histórica del país dice que el antiguo sistema, recaudaba fondos suficientes para potenciar la economía y la industria del país, generando más empleo y que aumenta el PIB. Para que te hagas una idea, el fondo manejado por las AFP es equivalente -más o menos- al 70% del actual Producto Interno Bruto
(que es es el valor total de los bienes y servicios producidos en el
territorio de un país durante un tiempo determinado y se calcula
restándole a esa cifra valor bruto de producción y los bienes y
servicios consumidos durante el propio proceso productivo). Esto,
obviamente, le da más recursos al Estado y le resta al poder desmedido que tienen los controladores de las AFP.
Acá te dejo la lista de los integrantes de la Asociación Gremial de Administradoras de Fondos de Pensiones y una idea de quienes son, como un botón de muestra:
Ver memoria del 2013
Es
decir, con una campaña del terror (ya tan conocida por nosotros) nos
amedrentan y desinforman para que ellos sigan ganando, se sigan llevando
nuestro dinero al extranjero, y sigan comprando influencia política,
como ya lo hemos visto durante todo el transcurso de 2015 y ahora
seguimos en 2016.
Otro
punto importante a tener en cuenta en esta materia, es que las Fuerzas
Armadas son reconocidas por tener un excelente sistema de pensiones.
Pues bien. Ellos fueron los únicos que no se suscribieron al sistema de
AFP. Habría que preguntarse por qué sucedió que nos cagaron al resto de
chilenos, y a ellos se les dió la oportunidad de sustraerse de este
brutal sistema.
Publicidad engañosa y el delito de estafa
Lo que
sucedió en Chile fue que nuestra salud y nuestras pensiones están a
merced de financistas y especuladores que toman decisiones de inversión
con nuestros fondos. Y si esas decisiones son malas y pierden, nadie
responde a las víctimas por sus pésimas maniobras. Cuando existen
pérdidas en el sistema, castigan los fondos de pensiones; sin embargo,
las ganancias de las AFP, sólo aumentan.
De esta
forma, somos nosotros los que constantemente estamos perdiendo, mientras
que la minoría que maneja nuestro dinero, sólo gana, perpetuando así la
brecha de la pobreza y la desigualdad en nuestro país. Es tanto así que
incluso el Banco Mundial se ha pronunciado al respecto, criticando esta
creciente desigualdad.
A esto
debemos sumar la marginación de los afiliados y cotizantes de estas
entidades en el proceso de administración de los fondos, argumentando
siempre que “son procesos demasiado complicados”
y, quizás lo son, pero debiera ser un rol del Estado, educarnos para
comprender qué cresta pasa con nuestro dinero. Esta constante
desinformación ha sido criticada por la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) ya que nuestra ignorancia respecto de la toma de
decisiones es uno de los principales factores que permite que este
sistema se manipule exclusivamente con fines de lucro desmedido para los
controladores y sus cercanos, olvidando por completo el rol de
seguridad social que se supone, deben cumplir. Según todo lo anterior,
no queda más que denunciar a las AFP como lo que son: una ESTAFA.
Estafa: es un delito consistente en provocar un perjuicio patrimonial a alguien mediante engaño y con ánimo de lucro.
Según
nuestra legislación, la estafa es un delito que se encuentra definido en
el libro II, título IX del Código Penal, artículos 467 y siguientes. El
artículo 467 lo define como “el que defraudare a otro en la sustancia, cantidad o calidad de las cosas que le entregare en virtud de un título obligatorio”.
Además, el artículo 468 del Código Penal establece que “incurrirá
en las penas del artículo anterior el que defraudare a otro usando de
nombre fingido, atribuyéndose poder, influencia o créditos supuestos,
aparentando bienes, crédito, comisión, empresa o negociación imaginarios
o valiéndose de cualquier otro engaño semejante”. El artículo más amplio en la definición es el 473 que indica: “el
que defraudare o perjudicare a otro usando cualquier engaño que no se
ha expresado en los artículos anteriores de este párrafo”.
Se
supone que las AFP nos deben dar una pensión como una contraprestación
al pago de nuestras cotizaciones que se hacen de forma obligatoria. Sin
embargo, sistemáticamente nos han causado deudas de carácter
millonarias, únicamente por las malas decisiones de sus ejecutivos en
materia de inversión. Vale decir, más encima, nuestros economistas son
pencas.
A esto
se suman las afirmaciones de la asociación de AFP en las que asegura que
los fondos tienen una rentabilidad del 9,2% anual, cuando en realidad
varía a penas entre el 4 y el 6% anual y es todavía más baja para los
afiliados que son más nuevos en el sistema, según lo demostrado en los
estudios y documentos surgidos de los mismos partidarios del sistema,
como los que integraron la comisión Marcel (Que es la misma comisión que
propuso aumentar a 65 años la edad de jubilación de las mujeres).
Como
podemos ver, en el comportamiento histórico de las AFP hay engaño,
perjuicio, ánimo de lucro, error, etc. Y si vemos lo que dice la ley
citada anteriormente, no hay error al momento de acusar una gran estafa.
Lamentablemente
está la otra cara de la moneda. Esa en la que los controladores nos
escupirán en la cara un “hacemos lo que la ley nos permite” y la ley les
permite, porque quienes hacen las leyes están cooptados por ellos y nos
damos vueltas sobre lo mismo.
En la
prensa hay muchísimo para respaldar lo que estoy diciendo, pero te dejo
este link de Ciper que está re bueno si te quieres dar el plantón de
seguir investigando:
El rol de las Universidades
Cabe
preguntarse sobre el rol de las universidades en todo este desmadre. El
sistema tiene a nuestros jubilados en condiciones de lástima. Eso es un
problema real y todos vamos hacia ese mismo lugar de forma inevitable.
Sin embargo, falta debate y un aporte real de parte de las universidades
a pesar de la relevancia que este tema tiene en el ámbito académico.
Esto se
debe a varios factores. Principalmente yo apuntaría a la falta de
financiamiento público, lo que lleva a las autoridades académicas a dar
la orden de que se investiguen temas que no levanten controversia y que
dediquen los investigadores su tiempo, exclusivamente hacia lo que pueda
generar nuevos financiamientos para sus casas de estudio. La idea es
ser sumiso intelectualmente para evitar que los patrocinadores frunzan
el ceño y quiten los recursos.
En este
sentido, creo que no hay mucho más que agregar a lo que es más que
evidente. Nuestra intelectualidad, como buen país tercermundista que
somos, está limitada, no a las inquietudes que son importantes, sino a
las que te lleven a la mejor oficina y que, ojalá en la puerta tenga una
placa que diga “decano”. La academia hace rato que se nos fue a la
mierda.
Por otra
parte, en materia económica y de pensiones, tenemos profesores dando
clases sobre lo importante y lo bonito que es el sistema neoliberal ya
que están instalados en empresas a las que les conviene ese discurso y
sembrar esa semilla del exitismo estilo Miami, con ricos y famosos que
aparecen en páginas sociales. Eso está muy bien, cuando el patrimonio es
propio y ganado de forma legítima, pero es una olla llena de
podredumbre cuando los autos maravillosos y las tetas de la señora las
pagan a cuesta de la miseria de nuestros viejos a quienes se les quitan
sus ahorros de forma obligatoria. El Tío Emilio se hace mierda sapeando
lanzas que le quitan las pensiones a los viejos, pero no mueve el culo
para sapear con el mismo énfasis a los hijos de puta que nos roban los
ahorros de toda una vida. ¡Hay que tener prioridades!
Acá te dejo un fragmento interesante para que veas el trabajo de las AFP en las universidades, sacado directamente de la MEMORIA AFP 2013 para que veas que no estoy blufeando:
El trabajo de toda nuestra vida no es igual a un guaipe sucio o a un par de zapatos viejos
Quisiera
seguir el tema. Es realmente apasionante, pero también es algo denso,
confuso y estridente a ratos. Pero seguro será tema hasta que este
sistema se acabe. Es una pelea digna de dar aunque sea desde esta
humilde trinchera. Pero antes de finalizar, quisiera terminar con esta
idea. La seguridad social, tal como lo dije al principio de este
reportaje, es un Derecho Humano y quizás no sería una mala idea apelar a
eso en alguna corte interamericana si, en un Chile ideal, nos uniéramos
todos e hiciéramos una demanda colectiva. Quién sabe. Quizás podríamos
unirnos y acusar a las seis aseguradoras vigentes de estafa. eso tampoco
estaría mal. Pero se que nada de eso va a suceder y, por lo mismo
quisiera instalar, al menos una idea y con que sea leída e
interiorizada, ya me conformo.
No se puede considerar el trabajo de toda una vida de un ser humano, como una simple mercancía.
Con el
correr de los años, hemos aceptado, mansamente el abandono del Estado en
materia de seguridad social, que es el principio N°1 de la distribución
de la riqueza.
Los
chilenos estamos siendo tratados, meramente como un instrumento de
producción y no como personas que tienen familias, que envejecen, que
tienen sueños, y después de una vida de trabajo, que tenemos derecho a
un legítimo descanso antes de que nos llegue la muerte. Somos personas
que tenemos derecho a descansar cuando nuestros cuerpos ya no son
capaces de rendir y se van debilitando producto del peso de los años y
el cansancio. Nosotros somos artífices y creadores del país. También de
las empresas. Pero cuando ya no servimos, nos tratan como si fuéramos un
par de zapatos viejos, que se despachan y ya.
Yo se
que el público lector de El Ciudadano, es más bien joven, pero para que
entiendas bien lo que te digo, habla con tus viejos. pregúntales qué
pasó con ellos y verás lo que te va a suceder si no ponemos más ojo a
este tema.
Pude
haber aprovechado este espacio para dar nombres. Para sindicar
responsables, para acusar a ministros del interior de la Concerta en
todos sus períodos y denunciar también cómo se han sumado a esta
doctrina escandalosa que mercantiliza derechos y de las personas que
están más vulnerables, pero ya sería demasiado extenso.
Quedo en deuda con eso.
Por lo
pronto, toma este reportaje como una guía breve, con conceptos claves
que te van a ayudar a entender mejor dónde estamos parados.
Angela Barraza Risso
El Ciudadano
http://www.elciudadano.cl/2016/01/28/251848/este-es-el-reportaje-que-te-rompera-el-corazon/
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