Ya sabemos los inconvenientes o problemas que trae aparejados el
hecho de adaptar una novela al formato imagen. Todavía se convierte en
un trabajo de mayor riesgo si la obra elegida es de una gran calidad o
de un potente contenido. Cierto que por una parte manejar un texto de
calidad es siempre gratificante pero la responsabilidad de llevar todo
su contenido y virtudes a la pantalla suele conllevar una gran
responsabilidad.
El iconoclasta, provocador y algo irregular Michael Winterbottom
(“Jude”, “Wonderland”, “9 canciones”, “Camino a Guantánamo..) ha
elegido la obra de Jim Thompson, “El asesino dentro de mí”, para su
nueva realización. Estamos ante un asombrosa novela que como pocas se
adentra en el comportamiento maligno del ser humano, en este caso
personificado en un sheriff.
El film, con un título en castellano (“El demonio bajo la piel”)
inexplicablemente alejado del original , hace un acercamiento bastante
literal a la obra del escritor. El guión de John Curran se nutre de
historias, diálogos y giros tomados de las páginas del original. Aspecto
éste que no tiene ninguna connotación positiva o negativa respecto al
resultado final, en el que influirán otros muchos aspectos más
relevantes.
Situada a mediados del siglo pasado en un pueblo de la Norteamérica
profunda, el director se sirve de todos los elementos típicos de ese
ambiente, sofocante calor, música típica de la zona (country, blues,
jazz), biblias, carreteras desérticas etc.. para dar forma a la historia
de Lou Ford, sheriff de la zona, respetado, de buena reputación y
elogiado por los ciudadanos pero que guarda una cara oculta y no duda en
hacer cualquier cosa para mantener su imagen.
Dicho papel está interpretado por un sobresaliente Casey Affleck,
encargado de poner rostro, que va desde la sonrisa malévola hasta el
hieratismo más terrorífico, a este encargado del orden y la ley que
debido a sus impulsos homicidas, denominado en el libro como “la
enfermedad”, le llevan a verse involucrado en un tortuoso caso de
múltiples ramificaciones. Todo comenzará cuando es mandado a desalojar a
una prostituta que se aloja en el pueblo, perfectamente interpretada
por Jessica Alba.
Desde los primeros minutos de la película observamos la diferencia
entre lo que parece y lo que es, tanto en la descripción de un pueblo
supuestamente tranquilo y basado en la moral y en el cumplimiento del
orden como en el personaje del sheriff, que pasa rápidamente de ser
alguien tranquilo a un desquiciado que apalea a la joven prostituta para
tener posteriormente relaciones sexuales con ella, siempre marcadas por
la fuerza y la sumisión. Dichas escenas están rodadas con gran
realismo, lo que las hace más crudas todavía y que en los festivales por
las que pasaron antes del estreno han causado estragos.
Pero no será el único personaje que muestre su lado más oscuro,
aunque sí con más contundencia. Casi todos los que aparecen por la
película forman un retrato de las peores cualidades, sindicalistas de
sucios intereses, magnates de nula moral , pobres infelices que son
engañados por una tormenta de intereses o aquellos que pese a ser
conscientes de lo que sucede deciden mirar a otro lado o aceptarlo.
Todo ello esta rodado con un poso clásico evidente pero influenciado
por la forma de actuar de su director, entre lo que incluye un papel
primordial de la música, muchas veces conductora del drama, un manejo de
la cámara de una manera muy fluida y la utilización del “flashback”
tanto como evocador del pasado como representación de los pensamientos.
Esta mezcla, aunque pudiera parecerlo, no da un resultado para nada malo
y consigue crear una ambientación lograda la mayoría de las veces y en
consonancia con las características del personaje principal.
Hasta aquí lo positivo del film, pero tal y como decía al principio,
había un escollo muy importante a superar , manejar la fuerza y
radicalidad del libro original, y en esta labor Winterbottom no sale del
todo bien parado. El propio director ha admitido que su intención era
centrarse en las peculiares relaciones de amor (tanto la de Jessica Alba
como la que mantiene el protagonista con su prometida , perfectamente
interpretada también por Kate Hudson) que había en el relato y
prescindir de las pocos y escuetas explicaciones que se daban sobre la
actuación de Lou. Tal vez por este hecho, o por lo que sería peor, las
limitaciones a la hora de entender y desgranar al máximo la soberbia
obra de Thompson, el resultado en pantalla no consigue transmitir la
verdadera esencia del horror humano.
En resumen, mientras que la realización de Winterbottom lleva a
cerrar los ojos por lo impactante de sus escenas debido a la mezcla de
sexo, violencia y amoralidad, en el transcurso de las páginas del libro
la sensación de angustia y desolación llega a dejar paralizado de
angustia y horror. Y esa es una diferencia que podría convertir una
buena película, que lo es, en una soberbia, cosa que sí es el libro.
Fuente, vìa :
http://tercerainformacion.es/spip.php?article21570
http://tercerainformacion.es/spip.php?article21570
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