sábado, 22 de enero de 2011

Cine : "El demonio bajo la piel", Michael Winterbottom. El horror humano . Crítica sobre la nueva película de Michael Winterbottom, basada en el sobrecogedor libro de Jim Thompson. Kepa Arbizu - Tercera Información

Ya sabemos los inconvenientes o problemas que trae aparejados el hecho de adaptar una novela al formato imagen. Todavía se convierte en un trabajo de mayor riesgo si la obra elegida es de una gran calidad o de un potente contenido. Cierto que por una parte manejar un texto de calidad es siempre gratificante pero la responsabilidad de llevar todo su contenido y virtudes a la pantalla suele conllevar una gran responsabilidad.
El iconoclasta, provocador y algo irregular Michael Winterbottom (“Jude”, “Wonderland”, “9 canciones”, “Camino a Guantánamo..) ha elegido la obra de Jim Thompson, “El asesino dentro de mí”, para su nueva realización. Estamos ante un asombrosa novela que como pocas se adentra en el comportamiento maligno del ser humano, en este caso personificado en un sheriff.
El film, con un título en castellano (“El demonio bajo la piel”) inexplicablemente alejado del original , hace un acercamiento bastante literal a la obra del escritor. El guión de John Curran se nutre de historias, diálogos y giros tomados de las páginas del original. Aspecto éste que no tiene ninguna connotación positiva o negativa respecto al resultado final, en el que influirán otros muchos aspectos más relevantes.
Situada a mediados del siglo pasado en un pueblo de la Norteamérica profunda, el director se sirve de todos los elementos típicos de ese ambiente, sofocante calor, música típica de la zona (country, blues, jazz), biblias, carreteras desérticas etc.. para dar forma a la historia de Lou Ford, sheriff de la zona, respetado, de buena reputación y elogiado por los ciudadanos pero que guarda una cara oculta y no duda en hacer cualquier cosa para mantener su imagen.
Dicho papel está interpretado por un sobresaliente Casey Affleck, encargado de poner rostro, que va desde la sonrisa malévola hasta el hieratismo más terrorífico, a este encargado del orden y la ley que debido a sus impulsos homicidas, denominado en el libro como “la enfermedad”, le llevan a verse involucrado en un tortuoso caso de múltiples ramificaciones. Todo comenzará cuando es mandado a desalojar a una prostituta que se aloja en el pueblo, perfectamente interpretada por Jessica Alba.
Desde los primeros minutos de la película observamos la diferencia entre lo que parece y lo que es, tanto en la descripción de un pueblo supuestamente tranquilo y basado en la moral y en el cumplimiento del orden como en el personaje del sheriff, que pasa rápidamente de ser alguien tranquilo a un desquiciado que apalea a la joven prostituta para tener posteriormente relaciones sexuales con ella, siempre marcadas por la fuerza y la sumisión. Dichas escenas están rodadas con gran realismo, lo que las hace más crudas todavía y que en los festivales por las que pasaron antes del estreno han causado estragos.
Pero no será el único personaje que muestre su lado más oscuro, aunque sí con más contundencia. Casi todos los que aparecen por la película forman un retrato de las peores cualidades, sindicalistas de sucios intereses, magnates de nula moral , pobres infelices que son engañados por una tormenta de intereses o aquellos que pese a ser conscientes de lo que sucede deciden mirar a otro lado o aceptarlo.
Todo ello esta rodado con un poso clásico evidente pero influenciado por la forma de actuar de su director, entre lo que incluye un papel primordial de la música, muchas veces conductora del drama, un manejo de la cámara de una manera muy fluida y la utilización del “flashback” tanto como evocador del pasado como representación de los pensamientos. Esta mezcla, aunque pudiera parecerlo, no da un resultado para nada malo y consigue crear una ambientación lograda la mayoría de las veces y en consonancia con las características del personaje principal.
Hasta aquí lo positivo del film, pero tal y como decía al principio, había un escollo muy importante a superar , manejar la fuerza y radicalidad del libro original, y en esta labor Winterbottom no sale del todo bien parado. El propio director ha admitido que su intención era centrarse en las peculiares relaciones de amor (tanto la de Jessica Alba como la que mantiene el protagonista con su prometida , perfectamente interpretada también por Kate Hudson) que había en el relato y prescindir de las pocos y escuetas explicaciones que se daban sobre la actuación de Lou. Tal vez por este hecho, o por lo que sería peor, las limitaciones a la hora de entender y desgranar al máximo la soberbia obra de Thompson, el resultado en pantalla no consigue transmitir la verdadera esencia del horror humano.
En resumen, mientras que la realización de Winterbottom lleva a cerrar los ojos por lo impactante de sus escenas debido a la mezcla de sexo, violencia y amoralidad, en el transcurso de las páginas del libro la sensación de angustia y desolación llega a dejar paralizado de angustia y horror. Y esa es una diferencia que podría convertir una buena película, que lo es, en una soberbia, cosa que sí es el libro.

Fuente, vìa :

http://tercerainformacion.es/spip.php?article21570

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