Considerado uno de los ejecutivos más
ortodoxo y reacio a las regulaciones del sistema de Isapres, Luis Romero
dejó la subgerencia general de Colmena en febrero pasado y a partir del
8 de julio próximo será el encargado de fiscalizarla. En el camino
queda el hasta ahora superintendente de Salud, Vito Sciaraffia, quien
tenía una tensa relación con el ministro del ramo, Jaime Mañalich. Éste
defendió ayer el nombramiento de Romero, argumentando que no
intervendría en la regulación del sector ni en el diseño de la nueva ley
corta de Isapres y que precisamente por conocer el sistema por dentro,
sería un duro fiscalizador. El hecho cierto es que la Ley de Probidad le
impediría fiscalizar a su ex empleador por dos años.
Difícil tarea tendrá el nuevo superintendente de Salud, el ingeniero
Luis Romero Strooy, si quiere cumplir con la
Ley
de Probidad. Según el artículo 12 de la misma, Romero deberá
abstenerse de intervenir en los procedimientos en que tenga interés
cualquier persona natural o jurídica a la que haya prestado servicio en
los últimos dos años. El problema es que hasta febrero pasado, era el
subgerente general de Colmena, Isapre que controla el 16% del mercado
que debe fiscalizar.
¿Cómo lo hará? El ministro de Salud, Jaime Mañalich, tiene una
explicación simple: “El superintendente no debe tomar decisiones
regulatorias en ningún caso, él simplemente debe atenerse a la
legislación”. Específicamente, dijo el ministro, no participará del
diseño de la Ley Corta de Isapres II, que comenzará a redactarse a
partir de julio,
si
es que el Tribunal Constitucional (TC) anula la tabla de factores que
fija los precios de los planes según edad y sexo.
Sin embargo, quienes conocen cómo funciona dicha repartición pública
hacen ver que aún si Romero no interviene en el diseño de los cambios
legales, el superintendente de todos modos se verá obligado a hacerlo
después, cuando firme las circulares administrativas que permitan su
puesta en marcha. Así ocurrió tras las dos últimas modificaciones a la
Ley de Isapres, cuando el superintendente emitió más de 20 circulares
que regularon en los hechos la ejecución de la ley.
El perfil que
según el sistema de Alta Dirección Pública debe
cumplir el superintendente detalla entre sus funciones que deberá
“liderar y conducir a la institución para que en su rol de reguladora y
fiscalizadora colabore en la satisfacción de las necesidades de salud de
los chilenos”, “liderar el funcionamiento de la regulación” y
“supervigilar y controlar a las instituciones de salud previsional”.
En ese cuadro, también se le consultó a Mañalich cómo se respetaría
el principio de abstención cuando Romero tenga que fiscalizar a la
isapre en la que fue gerente, a lo que el ministro respondió con un
dicho: “No hay astilla más afilada que la del mismo palo, aquí el que
conoce el sector y sus deficiencias es el que puede ser un fiscalizador
mucho más duro”.
El gobierno parece creer en serio en ese dicho.
Así lo demostró cuando nombró a la fiscal de la
Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública.
(COPSA), Loreto Silva, como subsecretaria de Obras Públicas, y al
director del mismo gremio y ex gerente de la concesionaria Rutas del
Pacífico, Mauricio Gatica, como coordinador de Concesiones. Luego vino
la designación de Felipe Irarrázabal a la cabeza de
la Fiscalía Nacional Económica (FNE), pese a que él y su estudio
defendían emblemáticas causas en el lado contrario de dicha institución.
Un superintendente al que no le gustan los controles
Los temores de
que se avecina una gestión pro isapre no son sólo formales. Quienes
conocen a Luis Romero lo describen como uno de los más ortodoxos de la
industria, que siempre ha reclamado porque la superintendencia la
hostiga y vigila en exceso, exigiendo que los dejen “trabajar
tranquilos”.
“Somos duros de matar” dijo en 2006 para responder a
las críticas a las aseguradoras de salud privada que cumplían 25 años
de existencia. Romero representaba a Colmena como director de la
Asociación de Isapres y en su presentación en el Encuentro Nacional de
la Salud (ENASA) dejó plasmada su visión cuando delineó las debilidades
del sistema, entre las cuales no se contempla autocrítica:
-Su imagen pública ha sido constantemente vapuleada y por ende no
corresponde a la real percepción de sus usuarios.
-No han logrado como sistema posicionarse y ser aceptadas en el contexto
nacional.
-El sistema constantemente ha sido coartado en su capacidad inventiva y
de desarrollo de nuevos productos.
-Sus utilidades siempre han sido criticadas.
Entre las cuatro amenazas que describió hay tres que también son
decidoras:
-Políticas. Permanente inestabilidad del mercado; énfasis en lo
público-achicar las isapres; francotiradores.
-Regulatorias: Controles excesivos que incrementan los costos
administrativos.
-Judiciales: Aumento de la judicialización de los conflictos, con
interpretaciones “arbitrarias” de los hechos.
Romero es boliviano, nacionalizado chileno en agosto de 2009. Estudió
ingeniería civil industrial en la Universidad Católica de Chile y tiene
un master en Administración de negocios de la Universidad de San
Francisco, California.
Además de sus funciones en Colmena, era director de la isapre
Ferrosalud y de varias clínicas de la red de la Cámara Chilena de la
Construcción. En dos de éstas tiene participación en la propiedad desde
2007, según los datos del Diario Oficial: Clínica Regional La Portada de
Antofagasta y Clínica Regional del El Elqui.
En marzo pasado renunció a los directorios para asumir como gerente
general de la Clínica de Salud Integral de Rancagua.
Una caída anunciada
El miércoles 24 se
conoció la renuncia de Vito Sciaraffia, quien había sido designado como
superintendente de Salud en marzo pasado. Su nombramiento fue un premio
de consuelo, pues Sciaraffia, hasta entonces director del Instituto de
Administración de Salud de la Universidad de Chile, había dirigido el
grupo Tantauco que diseñó el programa de salud de Sebastián Piñera y era
el más probable candidato a ministro del ramo. Pero apareció Mañalich,
quien terminó siendo su superior. Quizás por eso la relación fue
complicada.
La primera señal pública se dio a comienzos de junio, cuando
Sciaraffia concedió entrevistas anunciando que el proyecto de la Ley
Corta de Isapres II estaría listo a fin de mes y contemplaba una tabla
de factores de riesgo para disminuir la brecha de precio en los planes
entre jóvenes y viejos y entre hombres y mujeres. Aparecía como quien
lideraba la propuesta, pero Mañalich no lo convocó cuando recibió al
diputado Jorge Burgos y al antecesor de Sciaraffia, Manuel Inostroza,
quienes le presentaron su proyecto de ley alternativo de fondo
solidario. Le explicaron que la propuesta de Sciaraffia podría ser
anticonstitucional, pues contemplaba la misma tabla que podría ser
derogada por el TC. Poco después el ministro, que había anunciado el
pronto envío de la reforma, dijo que esperaría el fallo para evitar
problemas. Esta semana informó que el nuevo proyecto sería diseñado por
un equipo de especialista y no por la superintendencia.
Pese al retraso de la solución a un problema que se ve como
inminente, la pausa aununciada por Mañalich fue un alivio para diversos
especialistas, que veían el proyecto de Sciaraffia demasiado parecido a
la propuesta hecha poco antes por las isapres.
La intervención del TC había hecho trabajar contra el tiempo al
gobierno de Sebastián Piñera,
cuyo programa ni siquiera contemplaba la palabra
isapre. La explicación podría encontrarse en que el tema había generado
cierta polémica dentro del grupo Tantauco que lideraba Sciaraffia. Esto,
porque en un comienzo el equipo estaba integrado Rafael Caviedes,
director ejecutivo de la Asociación de Isapres, cuyas propuestas eran
pro industria privada y sin pudor defendió a su gremio en la comisión
Tantauco.
Para explicar la salida de Sciaraffia, Mañalich dijo que se había
respetado la institucionalidad, pues Luis Romero tenía el mayor puntaje
en el concurso hecho a través del sistema de Alta Dirección Pública
(ADP). Aunque el ministro podía elegir a cualquiera dentro de la terna e
incluso declarar desierto el concurso, eligió a Romero. Los nombres de
los tres candidatos son secretos, lo que ha alimentado la especulación.
Los medios han señalado que Sciaraffia renunció porque estaba en el
segundo lugar, pero otras fuentes aseguran que ni siquiera estaba en la
terna.
El diseño del
concurso no lo favorecía, pues es un académico experto en salud y en el
perfil del candidato sólo se valoraba con un 10% los conocimientos
técnicos, mientras que se premiaban características como visión
estratégica, liderazgo, gestión y logro, relación con el entorno y
articulación de redes, que en total sumaban 60% del puntaje. Este
criterio, creen algunos, podría haber apuntado a perjudicar a
Sciaraffia.
Fueron 125 los postulantes y Mañalich recibió la terna el 7 de junio,
pero sólo anunció su decisión 16 días más tarde, cuando Sciaraffia
estaba fuera de Chile de vacaciones. Fuentes cercanas a la
superintendencia aseguran que él lo supo con anterioridad, pues habría
retirado sus pertenencias de la superintendencia antes de viajar.
Las mismas fuentes señalan que existiría molestia debido a que
Sciaraffia pese a no estar ratificado en su cargo por la ADP había
descabezado la superintendencia, despidiendo a funcionarios que sí
habían sido nombrados a través de dicho concurso.
Hoy la repartición pública no sólo no tiene un superintendente en
funciones, sino que se rescindieron los contratos del intendente de
prestadores José Concha, de la jefa de control y fiscalización Francisca
Navarrete, del fiscal Ulises Nancuante, de la jefa del departamento
gestión de clientes Rosana Pineta, y de la jefa de planificación y
gastos, Cristina Gueneau.
El antecesor de Sciaraffia, Manuel Inostroza, se mostró preocupado
por esta situación, pues a su juicio el descabezamiento del equipo
directivo de la superintendencia transmite la sensación de que los
ciudadanos no tienen quién proteja sus derechos.
No fue el único en criticar el nuevo escenario. Apenas se supo del
nombramiento de Romero desde la oposición arreciaron las críticas. “Es
como dejar al gato cuidando la carnicería”, sentenció el senador Guido
Girardi.
fuente, vìa :
http://ciperchile.cl/2010/06/25/nuevo-superintendente-de-isapres-agrava-conflictos-de-interes-en-el-gobierno/