Estados Unidos y Gran Bretaña quedaron nuevamente envueltos en graves
acusaciones por abusos de derechos humanos cometidos en Irak, luego de
que el sitio de Internet Wikileaks difundió, el pasado 22 de octubre en
Londres, unos 400 mil documentos secretos del Ejército estadunidense que
detallan casos de tortura, ejecuciones sumarias y crímenes de guerra
ocurridos en ese país árabe, y que cifró los fallecidos en el conflicto
iraquí en más de 150 mil, 80% de los cuales eran civiles.
Wikileaks, que recibió ayuda del grupo independiente Iraq Body Count
(IBC), publicó 391 mil 831 documentos secretos --la mayor filtración en
la historia militar de Estados Unidos--, y descubrió que hay al menos 15
mil muertes de civiles hasta ahora no reportadas.
Las notas e informes muestran cómo las autoridades estadunidenses y
también británicas se negaron a investigar cientos de casos de abusos,
torturas, violaciones y asesinatos por parte de la policía y soldados
iraquíes, cuyo comportamiento violento fue sistemático y en general no
reprendido.
Wikileaks reveló los documentos secretos referentes a las acciones de
los Ejércitos estadunidense y británico durante la guerra de Irak, que
indican que las tropas supuestamente conocían decenas de casos de
torturas de prisioneros a manos de policías y soldados iraquíes, que no
fueron investigados.
Los seis años (2003-2009) de informes recopilados en esta
documentación incluyen referencias a las muertes de al menos seis
prisioneros bajo custodia iraquí, así como golpes, quemaduras y
flagelaciones.
La filtración de Wikileaks incluye un recuento de víctimas elaborado
por el Ejército de Estados Unidos que cifra los fallecidos en Irak en
150 mil, 80% de los cuales son civiles (unos 120 mil), 23 mil 984
insurgentes, y el resto miembros de las fuerzas gubernamentales iraquíes
y de las fuerzas de la coalición.
De los civiles muertos, unos 15 mil no se habían documentado hasta
ahora. Las cifras contradicen la hasta ahora posición oficial del
Ejército de Estados Unidos, que había negado mantener récord’s del
número de civiles muertos.
Los documentos también revelan el supuesto papel que desempeñó Irán
como proveedor de armas a las milicias iraquíes, incluidos misiles,
bombas magnéticas --para su uso como bomba-lapa--, y dispositivos
explosivos penetradores (EFP, por sus siglas en inglés), capaz de
perforar blindajes.
La página fundada por Julian Assange adelantó el contenido de los
documentos de manera simultánea el día 21 del mes pasado a diarios
internacionales, como el estadunidense The New York Times, el británico The Guardian y la cadena árabe Al Jazeera.
Luego de darse a conocer la noticia, la secretaria de Estado
estadunidense, Hillary Clinton, condenó las revelaciones y dijo que las
filtraciones ponen en peligro las vidas y seguridad nacional de Estados
Unidos, así como de sus países aliados y de más de 300 informantes
iraquíes que trabajan directamente para el gobierno estadunidense.
Geoff Morrell, secretario de prensa del Pentágono, desestimó los
reportes publicados por Wikileaks como “observaciones crudas de unidades
tácticas”, que narra “sólo atisbos de eventos trágicos y mundanos”.
Gran Bretaña también condenó la publicación de documentos secretos y,
a través de su Ministerio de Defensa, indicó que con ellos se “pone la
vida de soldados británicos y de aquellos países aliados en peligro,
complicando la situación en el terreno de combate.
“Si surge cualquier nueva evidencia (sobre abusos de soldados
británicos) como resultado de esta información, la consideraremos”,
admitió la fuente en Londres.
La filtración de los informes secretos se produce cuando el Ejército
estadunidense planea retirar los 50 mil soldados restantes en Irak para
finales de 2011 y cuando Londres había anunciado una retirada de todas
sus fuerzas en el país árabe para el 2011.
Los informes secretos fueron en su mayoría escritos por soldados
estadunidenses luego de ataques contra la insurgencia, tras explosiones
de bombas en caminos o como simples descripciones del trato a detenidos
iraquíes. El lenguaje fue militar, seco y atenuado.
En uno de los documentos, fechado el 29 de febrero de 2004, un
soldado estadunidense describe cómo disparó y mató a un civil iraquí en
Mosul.
“Reporto (nombre borrado) que un civil iraquí recibió mis disparos y
fue muerto cerca de…, en Mosul”, narra el militar, sin dar detalles de
las razones por el asesinato a quemarropa.
En esa misma página otro incidente, ocurrido el 15 de mayo de 2007,
indica que un soldado iraquí mató a un miembro del consejo regional
local. “El incidente ocurrió en su casa. Fue un asesinato”, agregó el
narrador, en un lenguaje seco y frío.
Uno de los casos, ocurrido en marzo de 2005, se refiere al hecho de
un detenido iraquí entregado por las fuerzas estadunidenses a los
soldados de Irak, cuyos abusos y tortura "no requieren de mayor
investigación". Esa entrada desestima que la tortura deba ser
investigada "porque las causas son demasiado inciertas".
Otro documento muestra que el Ejército estadunidense recibió un video
en el que supuestamente se mostraba a oficiales de la Armada iraquí
ejecutando a un prisionero en el poblado norteño de Talafar, y a pesar
de la evidencia clara, no hizo nada para detenerlo.
"La grabación muestra a unos 12 soldados iraquíes mientras trasladan
al detenido a la calle, lo arrastran por el suelo, le pegan antes de
asesinarlo a disparos. Uno de los soldados fue identificado como el
mayor Ali Jadallah Husayn Al-Shamari. El detenido no fue identificado",
describe el informe, que nombra a uno de los responsables.
En otro caso, soldados estadunidenses admiten sospechar de oficiales
de la Armada iraquíes por la mutilación de los dedos de un detenido,
como también por haber sido sujeto a quemaduras con ácido y otros
químicos altamente corrosivos.
Los documentos divulgados por Wikileaks también revelan muchas
instancias no reportadas anteriormente en las que las fuerzas
estadunidenses asesinaron a civiles en puntos de controles y durante
operativos de "rastrillaje".
En un incidente ocurrido en julio de 2007 (sin detalle del día
específico), al menos 26 iraquíes fueron asesinados por un helicóptero
de guerra, la mitad de ellos siendo civiles.
Otra entrada del reporte indica que un helicóptero Apache
disparó y mató a dos iraquíes que habían disparado morteros contra una
base militar en Bagdad, en febrero de 2007, incluso a pesar de que los
insurgentes se habían rendido portando banderas blancas.
El documento indica: "Ellos no pueden rendirse al helicóptero y por tanto siguen siendo blancos válidos de ataque".
Un helicóptero estadunidense Crazyhorse 18 también se vio
envuelto en un incidente similar en junio de ese año en Bagdad, en el
que dos periodistas de la agencia Reuters fueron asesinados junto a
varios civiles, entre ellos niños.
En ese incidente, el helicóptero disparó misiles a otros dos camiones
que creía llevaban municiones, a pesar de haber visto a cuatro mujeres
en una casa cercana que enarbolaban sábanas blancas. Seis “enemigos”
murieron en ese ataque.
En julio de ese año, otros dos helicópteros, esta vez los números 20 y
21, fueron llamados a atacar a un grupo de insurgentes que se habían
congregado en o cerca de una mezquita. La lista “no confirmada” de
muertos fue de 12 insurgentes y 14 civiles. Fotografías tomadas por
sobrevivientes del hecho muestra que dentro de la mezquita no había
armas.
Otro documento detalla lo ocurrido el 4 de agosto de 2005, cuando un
militar reporta “que atacantes desconocidos asesinaron a un insurgente y
su familia en… Los niños fueron hallados muertos en su casa”.
Los documentos revelan también la vinculación de Irán en el conflicto
iraquí, con reportes de insurgentes entrenados y que fueron provistos
de armas por la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC).
En dos casos iraquíes de autopsias se revela evidencia de muerte por
tortura. El 27 de agosto de 2009, un médico militar no identificado
descubrió "heridas por golpes y quemaduras, como también heridas
visibles en la cabeza, brazo, torso, piernas y cuello" del cuerpo de un
hombre que según la Policía se suicidó.
El 3 de diciembre de 2008, otro detenido, que la policía dijo murió
de "problemas de riñón", fue hallado "con evidencias de algún tipo de
operación/incisión en su abdomen".
Luego de la publicación de los documentos secretos, Naciones Unidas
(ONU) exhortó el 23 de octubre al presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, a ordenar una investigación completa sobre la supuesta
implicación de las fuerzas norteamericanas en abusos de derechos humanos
en Irak.
Manfred Nowak, principal investigador de la ONU en casos de tortura,
declaró a la radio 4 de la BBC de Londres que los informes "apuntan a
claras violaciones de la Convención contra la Tortura, que la
administración de Obama tiene la obligación de investigar".
El funcionario dijo además que los acuerdos de derechos humanos
"obligan a las naciones firmantes a criminalizar toda forma de tortura,
ya sea directa o indirecta, además de investigar cualquier forma de
abuso".
Nowak, que pasó años investigando denuncias de participación
estadunidense en la llamada "rendición extraordinaria" y abusos de
detenidos, dijo que el gobierno de Obama "tiene la obligación legal y
moral de investigar las denuncias de complicidad de Estados Unidos en
casos de tortura".
Según el experto, una negativa a investigar dejará a la
administración estadunidense "en clara violación de sus obligaciones a
la ley internacional".
El pedido, hecho por el principal investigador de la ONU sobre
tortura, Manfred Nowak, se hizo poco después que el abogado Phil Shiner,
experto en temas de derechos humanos de la coalición Public Interest
Lawyers, advirtió que algunas de las muertes documentadas en los
reportes de guerra podrían involucrar a las tropas británicas, y serán
llevados a las Cortes de Gran Bretaña.
La coalición citó un caso en el que un soldado británico asesinó a
disparos a una niña de ocho años que estaba jugando en una calle de
Basora, en el sur de Irak. "Por alguna razón el tanque se detuvo al
final de la calle, ella (la niña) estaba allí con su vestido amarillo,
el soldado (británico) con su rifle se asomó y la destrozó a disparos",
indica uno de los documentos secretos.
El jurista demandó a Londres una investigación pública por dichas
alegaciones, que involucran a soldados británicos en la muerte de
civiles durante el conflicto iraquí.
Del mismo modo, organismos defensores de derechos humanos instaron a Estados Unidos y Gran Bretaña investigar las acusaciones.
Amnistía Internacional (AI) exhortó a Washington a lanzar una
pesquisa para conocerse la verdad. "Los documentos se suman a nuestras
preocupaciones acerca de que las autoridades de Estados Unidos
cometieron serias violaciones a la ley internacional cuando entregaron a
miles de detenidos a las fuerzas de seguridad iraquíes quienes, y ellos
lo sabían, siguieron torturando y abusando a detenidos en una escala
verdaderamente espeluznante", declaró Malcolm Smart, director de
Amnistía para Oriente Medio y el Norte de África, en un comunicado dado a
conocer el 23 de octubre último.
Los documentos de Wikileaks se asemejan a las conclusiones del
reporte de AI titulado "Nuevo orden, mismos abusos: detenciones ilegales
y torturas en Irak", publicado en septiembre de 2010 por la ONG
británica. En ese reporte, Amnistía dio cuenta de torturas y malos
tratos generalizados a detenidos por las fuerzas iraquíes y cometidos
con total impunidad.
"Miles de iraquíes detenidos por las fuerzas estadunidenses fueron
transferidos de la custodia norteamericana a la iraquí entre comienzos
de 2009 y julio de 2010, bajo un acuerdo entre Estados Unidos e Irak,
que no incluía ninguna provisión para garantizar la protección de los
derechos humanos de los detenidos", agregó.
Según AI, los documentos de Wikileaks "aparentemente proveen nueva
evidencia acerca de que las autoridades de Estados Unidos estaban al
tanto desde hacía años de los abusos sistemáticos, sin embargo,
siguieron con la entrega de miles de iraquíes que habían detenidos las
fuerzas de seguridad iraquíes".
En ese sentido, advirtió que Estados Unidos "tiene la obligación
bajo la ley internacional de asegurarse que sus fuerzas no usen la
tortura, pero también que las personas detenidas bajo sus fuerzas no
sean entregadas a otras autoridades que puedan terminar torturando a los
prisioneros".
"Las autoridades estadunidenses no respetaron esta obligación en
Irak, a pesar del gran volumen de evidencia disponible desde muchos
sitios, que concluye que las fuerzas de seguridad iraquíes utilizan la
tortura ampliamente y se les permitió hacerlo con total impunidad",
afirmó Smart.
Fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/85374
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