Luego de 32 días de huelga
legal, los trabajadores de Farmacias Ahumada (Fasa) finalmente
depusieron su movimiento. Sólo consiguieron igualar el sueldo base de 32
mil pesos -y menos en regiones- al salario mínimo, que hoy alcanza los
172 mil pesos. La empresa les ofreció un “crédito blando” a 24 meses,
pues tampoco accedió a otorgarles bono de término de conflicto, lo que
significa en buen chileno que no tendrán sueldo por el mes en huelga.
Además, verán disminuir sus comisiones
por ventas. “Fasa pudo más”, dicen los trabajadores, bastante
desilusionados e impotentes, pues el poder de las grandes empresas
pareciera no tener límite.
“Prácticamente sólo conseguimos quedar
con el sueldo mínimo que establece la ley, que era uno de nuestros
puntos aunque no el más importante. La comisión por ventas será desde
los 120 mil pesos para arriba en promedio. Lo vamos a pagar nosotros
pues no regularon como queríamos “, dice Fidel Leiva,
secretario del Sindicato Nº1, bastante desilusionado. El dirigente
afirma que Fasa “no accedió a pagar la gratificación legal”. Se negó
absolutamente otorgarles la gratificación garantizada, a pesar de
millonarias utilidades que ha conseguido en los últimos años y que la
hacen empinarse entre los principales consorcios de Latinoamérica. “La
gratificación era la principal demanda. Tampoco accedieron a igualar
beneficios, solamente algunos bonos puntuales. La inequidad dentro de
Farmacias Ahumada se mantiene”, agrega Leiva.
A pesar de la impotencia y desilusión,
muchos valoran la unidad que se alcanzó, y el respaldo que consiguieron
en otros sindicatos en conflicto y organizaciones sociales; también, el
irrestricto apoyo de los medios de comunicación independientes, y de “la
gente de a pié”. “Nos vimos prácticamente obligados a bajar la huelga
pues no teníamos recursos para mantenerla, las ganas estaban, pero Fasa
pudo más. Apostó por dilatar la negociación lo más que pudo, para
cansarnos. Pero la lucha va a seguir, ahora por medio de los
parlamentarios para que se cambie la ley”, agrega. La inmensa mayoría de
los trabajadores no quedó conforme con el acuerdo, aunque la asamblea
accedió a firmarlo.
SABOR AMARGO
El lunes 8 de noviembre volvieron a sus labores “con un sabor amargo”. Mauricio Acevedo,
presidente de la Federación de Trabajadores de Farmacias, dice: “Se
terminó la huelga, pero quedó un sentimiento de pesar. Lamentablemente,
primó la irresponsabilidad y el poder económico. Farmacias Ahumada dejó
de vender unos mil millones de pesos, pero lo que obtuvieron los
trabajadores fue poco y nada. Si bien existió un alza en el sueldo base,
es dinero de los propios trabajadores, pues bajan las comisiones. En el
caso de las gratificaciones -34 mil pesos- que se solicitaban, no
dieron nada. La igualdad de sueldos ante una misma labor también seguirá
pendiente”. Las vendedoras y vendedores de Fasa están desilusionados,
muy descontentos e impotentes frente al poder del empresariado, y ante
lo que califican como “colusión empresarial, mediática y política”.
El 3 de noviembre, cuando cumplían un
mes en huelga, convocaron una multitudinaria marcha. Contaron con la
colaboración y el apoyo de la CUT, y realizaron la protesta en conjunto
con trabajadores en conflicto, como el Sindicato de Transaraucaria, y el
Sindicato del Casino Monticello, de Rancagua, en sus respectivas
huelgas hace meses.
“Se trató de una manifestación
absolutamente pacífica y exitosa, que demostró el alto grado de
solidaridad que se está tejiendo entre las organizaciones de
trabajadores, reuniéndose más de 1.500 personas. Se llamó la atención
sobre la desventajosa situación de los trabajadores de nuestra empresa y
de tantas otras, para quienes la legislación laboral se ha quedado
corta: es el caso de la gratificación, la ley 20.281 sobre sueldo base
igual al ingreso mínimo, y el derecho a huelga. También se hizo un
llamado a que las autoridades dieran un apoyo real y concreto para la
resolución de este conflicto.
En empresas transnacionales como éstas,
donde hay jugosas utilidades, no es posible que a los trabajadores no
les den gratificación. Este es el gran problema del retail”, dice Imarú Martínez,
presidenta del Sindicato Nº1. “La respuesta y adhesión de los
trabajadores fue muy buena, al igual que el apoyo de otros sindicatos y
organizaciones sociales. Cuando marchamos desde Plaza Italia hasta Los
Héroes, reunimos a miles. Ahí se vio que debemos estar unidos y luchar
por todas nuestras demandas”, agrega Fidel Leiva.
Mientras los dirigentes negociaban, las
vendedoras y vendedores, durante todos los días que duró el movimiento,
permanecieron en las afueras de los locales, solicitando a los
transeúntes que no ingresaran a comprar. “Nos fue bastante bien. Las
personas que pasaron por fuera de los locales nos preguntaban por
nuestra situación, se indignaban y nos colaboraron”, dice una vendedora
del local de calle Estado. “La empresa apostó a cansarnos, al descuelgue
de algunos compañeros, por eso dilataron lo más que pudieron la
negociación. Lo que pedíamos era lo que nos corresponde, lo justo”,
agrega otra.
“Hizo falta más voluntad de la empresa
para poder negociar”, dice Imarú Martínez. “Fasa reiteró sus
‘ofrecimientos’ que ya estaban sobre la mesa: la última oferta legal y
la oferta de buenos oficios, que fue precisamente lo que nos llevó a
decidir la huelga… Lo único nuevo que incorporaron, como gran ‘favor’,
es un ‘crédito blando’ para distribuir el descuento de los días no
trabajados. Es una burla. Consideramos insuficientes las propuestas de
la empresa. Ni siquiera ofrecieron un bono por término de conflicto.
Nada”, dice Fidel Leiva.
Fidel lleva más de trece años trabajando
en Farmacias Ahumada como vendedor multifunción, gana menos de 300 mil
pesos mensuales. Indica que las otras cadenas farmacéuticas que tuvieron
sueldos base de 20 mil ó 30 mil pesos, regularizaron su situación el
2008. “Se regularizaron como la ley lo indicó. Lo que pasó es que
Farmacias Ahumada se acogía a un dictamen de la Dirección del Trabajo
(DT), y sacaba del variable el ajuste del sueldo base. Legal o no, no
está basado en el espíritu de la ley”, dice.
“Farmacias Ahumada no cedió. Cuando la
DT los citó, no se llegó a nada, incluso no asistieron. Por nuestra
parte siempre tuvimos las mejores intenciones de llegar a un acuerdo,
pero la empresa no tuvo voluntad”, dice Imarú Martínez. “Fue muy poco lo
que se obtuvo y quedamos con un sabor amargo, aunque se inicia una
nueva etapa en nuestro sindicato”, agrega Fidel Leiva. Durante las
últimas asambleas y en los mítines, los huelguistas recibieron el
aliento de dirigentes sindicales como Cristián Cuevas, de la
Confederación de Trabajadores subcontratados del Cobre, y directivo
nacional de la CUT, y de Luis Mesina, dirigente de la Confederación
Bancaria, entre otros.
“Lo que buscamos siempre es que se
cumplieran las leyes laborales, en especial que se nos gratificara en
función de las cuantiosas ganancias que tiene Fasa”, dice Leiva. Agrega
que lamentan que la farmacéutica niegue a sus trabajadores la
posibilidad de un acuerdo favorable, considerando que se trata de una
exitosa transnacional: “Sólo exigíamos un poco de justicia en materia
laboral y seguiremos luchando, ya sea en la próxima negociación como por
la vía legislativa”, concluye.
El Ciudadano
Fuente, vìa :
http://www.elciudadano.cl/2010/11/15/fasa-pudo-mas/
http://www.elciudadano.cl/2010/11/15/fasa-pudo-mas/
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