El presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas, Giancarlo
Gramolazzo, falleció el pasado lunes 8 a los 65 años de edad, informó
este lunes la Radio Vaticana.
Las exequias del religioso, quien murió “a causa de una grave
enfermedad”, fueron presididas por el obispo auxiliar de Italia, el
jueves 11, en la parroquia romana de Todos los Santos.
Gramolazzo, nacido en Ortonovo, provincia italiana de La Spezia, fue
uno de los más importantes formadores de sacerdotes mexicanos dedicados a
expulsar demonios y formó parte de la congregación de San Luigi Orione,
en la que fue ordenado sacerdote en 1973.
Exorcista por más de 30 años, el cura italiano se convirtió en 1994
en el iniciador de la primera organización formal, estable y reconocida
por El Vaticano que vincula a sacerdotes autorizados en ejercer el
ministerio antidemoníaco.
Junto con personajes como Gabriele Amorth y Corrado Balducci, cobró fama internacional por sus conocimientos sobre demonología.
En 2008, en una larga entrevista, Gramolazzo --amigo personal de
Pedro Eusebio Mendoza Pantoja, coordinador de exorcistas de la Ciudad de
México e impulsor de la asociación de exorcistas a nivel nacional--
relató cómo fueron sus primeros años en la lucha contra Lucifer y cómo
aprendió el oficio acompañando a un sacerdote anciano en sus ritos de
liberación.
Además, contó cómo condujo una oración comunitaria para expulsar
demonios en una localidad del estado de Veracruz, de la cual no
recordaba nombre, pero que le impactó porque una de las poseídas le
habló en el dialecto de su región italiana natal: Liguria.
"En aquel lugar la oración liberadora se llevó a cabo en presencia
con toda la comunidad parroquial, por lo tanto varios fieles rezaban,
después estaban más de 10 personas de varias edades ya listas para los
exorcismos", dijo.
Según el presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas,
intervinieron tres exorcistas, además del párroco y del obispo; oraron
por varias horas, hasta la una de la madrugada, y una de las personas
llegó a dirigirse a él en dialecto.
"Cuando terminamos ellos se recuperaron, algunos nos esperaron hasta
las dos de la mañana, nos agradecieron y estaban bien; naturalmente los
exorcismos debían repetirse en sesiones sucesivas", dijo Gramolazzo, que
calificó la experiencia de "muy fuerte" e "interesante".
Sostuvo, asimismo, que en algunos pueblos de México existe mucha
confusión del mundo mágico mezclado con el cristianismo y otros ritos
paganos, lo cual provoca como resultado un aumento de la presencia
demoníaca.
"Muchos obispos se han sensibilizado en los últimos tiempos con el
problema y han nombrado exorcistas; a ellos (mexicanos) les tengo mucha
estima, muchos son nuestros amigos y nos conocemos desde hace años",
apuntó el prelado italiano.
Fuente, vìa :
http://proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/85394
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